Publicación Acción

Es necesario expresar libremente el pensamiento político para el fortalecimiento de nuestro sistema democratico, republicano y representativo.



sábado, 5 de abril de 2025

EVOLUCION DEL PODER LATENTE Y ACTUAL EN EL SALVADOR

 


 

Por     

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓNACCION 

 

La pérdida de la institucionalidad y la crisis económica que vive El Salvador, es consecuencia política de la transformación y cambios en el poder, el que puédese estudiar a partir de la evolución del poder latente y el poder actual. El cambio en la forma de poder, marca la evolución económica y política del país.

 

El poder latente es el poder que está en suspenso o sin expresarse, mientras que el poder actual, es la capacidad de acción o que otros actúen de determinada manera, creando un efecto político.

 

Desde finales de 2017 hasta abril de 1019, Nayíb Bukele, construyó un poder latente, que se fundaba en la esperanza de un cambio político, señalando las deficiencias y acciones de las cúpulas partidarias para mostrar la corrupción partidaria y atribuirlas a la organización de los partidos políticos, presentándolos como organizaciones nacidas para sostener la corrupción dentro del Estado, justificando la necesidad de un cambio, que desembocaría en un nuevo sistema político y por ende, económico.

 

La penetración de esta nueva idea política, utilizó el marketing desde las redes sociales, mesclando verdades con falsedades y proyectos imposibles, para afirmar la idea de la posibilidad de un cambio centrado en la persona de Bukele como líder nacional. Este sistema  un difundió un mensaje único, que podría ser interpretado favorablemente a la creencia de cada persona según su visión política, creando el efecto “molecular”, para poder actuar conjuntamente ante un evento determinado: las elecciones de 2019, sin necesidad de organización previa.

 

Al apartarse del esquema del márquetin político tradicional, se dio la incomprensión de su estrategia, hasta llegar a afirmarse que, “sin estructura partidaria, no sería posible una campaña electoral, ni la defensa del voto”. Este error llevo a pensar que sólo era necesario llegar a acuerdos entre cúpulas partidarias y la elección estaría ganada, pues se sumarían  sus militancias.

 

La estrategia molecular de Bukele, iba dirigida a indecisos y la militancia resentida con las cúpulas. Hubo tratos directos con estructuras municipales pequeñas, ofreciendo algún tipo de estímulo, para que no se organizara convenientemente la defensa del voto o diera la impresión de deserciones partidarias masivas. De esta manera, el triunfo de Nayíb Bukele estuvo asegurado con el 53.8% de los votos, frente al 13.7 % de ARENA.

 

A partir de su triunfo, da inicio su revolución, exigiendo a la Fuerza Armada, lealtad a él y no a la Constitución: la que asegura las garantías individuales, la institucionalidad del Estado y la libertad económica dentro de un marco social.

 

En ese momento comienza a construir su estructura, utilizando como núcleo la disidencia del FMLN y la estructura de GANA, que en la medida que se desarrollaba la transformación institucional a partir del 9F  (Asalto a la Asamblea el 9 de febrero de 2020).

 

Así abandona el poder latente pre electoral, y ejerce el poder efectivo fundado en la Fuerza Armada y cambia a muchas de sus estructuras tomadas del FMLN y GANA y las substituye por otras, leales por la atracción natural del poder o la corrupción en la administración pública.

 

Este cambio político, utilizó la debilidad y los problemas propios de la democracia liberal para crear un modelo nuevo, basado en el autoritarismo, pero se destruye también el andamiaje económico, que necesita la institucionalidad del Estado para su funcionamiento. Prospera el empresario que apoya al gobierno y castiga al que no, en una suerte de libertad económica dentro de una economía dirigida. Los cambios municipales obedecen a una visión de economía dirigida.

 

La crisis económica generada por el cambio económico mundial, golpeara en los próximos meses a El Salvador y la falta de libertad económica aunada a la disminución de las remesas, puede crear una crisis social que tendrá que ser contenida por la fuerza militar, lo que hará que se de un giro que se de en el pensamiento colectivo, y se desee el orden anterior, sin régimen de excepción y sin la burocracia estatal actual, sino la que la Constitución prescribe bajo un equilibrio en el ejercicio del poder.