Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
San Salvador, 18 de
febrero de 2013.
Afirmase, con
insistencia, que la lucha por las
ideologías es asunto del pasado, más, en busca de la verdad, reflexionemos
sobre tal afirmación: ¿es esta, verdad absoluta o sólo la percepción
mayoritaria de quienes sustentan una ideología universalizada?
Para concluir con la
verdad, hagamos un fugaz recorrido del pasado y señalamientos del presente.
El final de la Guerra
Fría tuvo por causa el colapso de las economías socialistas. Dicho colapso
abrió paso a una nueva forma de pensar sobre la vida humana, forma que adquirió
universalidad. Las sociedades se preguntaron: ¿sufriremos por una visión de la
realidad o, disfrutaremos la realidad imperante? La respuesta de las naciones a
esta cuestión, fue la globalización, basada en el libre comercio, sin importar
las formas políticas internas de los Estados. Esta manera nueva de vivir, se ha
universalizado, de tal manera, que nos ha hecho creer que las luchas
ideológicas son hechos del pasado, que se
han extinguido y, que ya no existe otra realidad que la que sostiene la
globalización por medio del libre comercio. Para entender ese cómo nos absorbe
esa globalización, atendamos a este símil: ¿Quién piensa en el diario vivir, en que vivimos dentro de un medio gaseoso?
Nadie se preocupa de eso, pero sí lo advierte en el caso de que el aire falte o
que el medio ambiente cambia de alguna forma.
Pues bien, de la misma
manera, parece que no advertimos que las varias fuerzas políticas manipulan las
diferentes ideologías de conformidad con su conveniente marketing político.
Enfoquemos con un pequeño esfuerzo, lo que con las principales fuerzas
políticas nacionales manifiestan algunos actores que pretenden ejercer un
incuestionable y fuerte liderazgo.
Comencemos con la muy
reciente controversia suscitada entre ANEP y el ALBA, que ha descubierto que
ALBA no está constituida sólo por asocio público-privado; esta también por
empresas privadas sin fines de lucro o sea ONG, y otras, de capital
estrictamente privado. Dicha composición ha cambiado la percepción ideológica
que se tenía de los altos dirigentes del FMLN, es decir que, la clase media
urbana que dio el triunfo a su partido en las últimas elecciones
presidenciales, perciben, en ellos, un desviacionismo ideológico tal como en
repetidas ocasiones lo ha señalado Dagoberto Gutiérrez. Es de suponer que la
percepción de este cambio perjudica a los altos dirigentes del FNLN, a quienes
daña más que cualquier demanda judicial o administrativa promovida directamente
por la ANEP, pues es natural que, si su militancia percibe traición o engaño a
su ideología, buscará otros líderes históricos del FMLN. Observando el peligro,
José Luís Merino ha sido enfático, al afirmar reiteradamente que los ataques al
ALBA, provienen definitivamente de ARENA, siendo una contradicción ideológica
de ANEP. Así procura desviar la realidad económica de las empresas ALBA y ha acentuar un supuesto ataque político.
La pérdida de militancia
del FMLN, ha hecho que dicho partido se esfuerce por preparar nuevas bases,
recreando métodos de antaño, por ejemplo, ofrecer tierras, hoy del ISTA. El
método es muy ingenioso: se crean grupos que como la “Coordinadora de
Campesinos”, realiza “toma de tierras”, propiedad del ISTA, pero le pide a éste
que acepte la toma como hecho consumado. Este recrear actos de los años 80, es
un como escuela ideológica de los nuevos cuadros y les hacen sentir: “derechos
de antiguo combatiente”.
Otro hecho digno de
observar, es la alianza Saca-Funes o Funes-Saca, fundada para resolver el
problema de la difícil gobernabilidad (un presidente sin partido y un dirigente
sin poder), con una ideología ajena a la de sus electores; hecho que le sitúa
en una posición ideológica centro- izquierda y no como sería natural que fuese:
puramente izquierda, pues fue de ésta, el candidato.
Para mantener el
acuerdo Saca-Funes, las acciones del bloque de partidos políticos, bajo el liderazgo
del ex Presidente Saca, obliga a éste a pronunciar discursos de “derecha” con
acciones de izquierda. Posición ambigua
y difícil de sostener y que puede llevarle tanto a un fracaso como a
lograr su propósito: consolidarse en el poder, organizando un binomio
Funes-Saca y, luego Saca-Funes, hasta el 2024, tal como ya lo han expresado
dirigentes de Concertación Nacional. Este hecho, probable, presenta dos
situaciones o problemas. El primero a largo plazo, que sería el surgir una
dictadura similar a la de los hermanos Ezeta o a la de los Meléndez. El pueblo
salvadoreño, siempre ha reaccionado negativamente, a esta clase de pretensiones.
El segundo problema es a
brevísimo plazo: si Saca eligiese como compañero de formula a quien haya
luchado por una candidatura presidencial
en ARENA, Saca afirmaría su posición de Derecha; más, si eligiese a una persona
de la confianza de Funes, se le titularía de izquierda y su pretensión de
atraer el voto de derecha, se habría desvanecido.
Por otra parte, el
candidato Norman Quijano, presenta problemas ideológicos, por que en su pretensión
de que el pueblo olvide los errores supuestamente cometidos por su partido
ARENA, afirma que hará un gobierno no de su partido, sino del pueblo, sin
explicar cual es el gobierno que el pueblo desea. Esta estrategia de marketing,
va encaminada a captar voto nuevo o voto indeciso, en el supuesto que el voto
duro de ARENA (27% del electorado), seguirá fiel a éste, aunque el candidato parezca
desvincularse de su ideología. Este peligro podría conjurarse si el candidato
de formula, fuese una persona joven, que haya defendido los principios de
ARENA, aún sin pertenecer formalmente al partido. Pero si se nombra a cualquier
persona que actualmente ocupa algún cargo de elección popular, la percepción
sería que ha triunfado el interés de una facción de ARENA y no el interés
nacional.
Para que una ideología
tenga fuerza, no basta solo que ésta exista en la conciencia del individuo, o de un grupo, sino
sobre todo, en la dirigencia de quienes la sustentan. Además deben estos dirigentes
estar cohesionados y, expresar la ideología en una estructura política
vertical, que permita la deliberación administrativa, pero no, en cuanto a la
visión ideológica. El militante percibe la unidad y rectitud ideológica como
una fortaleza política y si ésta no se manifiesta, puede dar su apoyo a otras visiones
ideológicas cercanas a la suya, pues el ciudadano quiere que al final, su voto
valga y su candidato sea el próximo presidente. En política el débil y el
dudoso, no recibe apoyo, tienen que comprar lealtades.
Podemos también comprobar
que no sólo los partidos políticos se esfuerzan en manipular las ideologías en
su favor; lo hacen también los políticos individualmente en busca de sus
propios intereses; por ejemplo, en días recientes, tanto el Dr. Hernández
Turcios como el Coronel Ochoa Pérez han tratado de manipular a la Fuerza
Armada; el primero, a las jefaturas actuales
y, el segundo, a los elementos de tropa, que ostentan la calidad de veteranos
del pasado conflicto armado.
El Dr. Hernández
Turcios, mediante carta dirigida al Ministro de la Defensa, pretende que la
Fuerza Armada, asuma los principios ideológicos que gestaron el golpe de Estado
del 15 de octubre de 1979, con la finalidad de que la Fuerza Armada, muestre y
asuma, una posición política sobre el caso ENEL. Una posición que,
constitucionalmente, no le compete a la Fuerza Armada, como no sea por vía del
ejercicio del poder civil, legítimamente ejercito. Esta posición ideológica, exigida
hoy por el Dr. Hernández Turcios, deforma los principios de la Proclama de la
Fuerza Armada de 1979, pues pondría a la Fuerza Armada, en línea
concordante con la rebeldía del FMLN guerrillero y no, en su papel constitucional,
de brazo armado del Estado de El Salvador. La conducta exigida a la Fuerza
Armada por el Dr. Hernández Turcios, la pondría al margen de la Constitución y
en el plano del Ejercito venezolano, que en su saludo a la bandera dice: “Socialismo
o muerte”.
En un sentido opuesto,
el Coronel Ochoa Pérez, pretende que los veteranos vean en el Gobierno actual,
a sus enemigos de antaño, sin reconocer su legitimidad y haciéndole responsable
por la no entrega de un bono de diez mil dólares. El paralizar calles y
amenazar con cerrar las fronteras, de no dárseles el dinero ofrecido, implica
una conducta contraria a la ejecutada por ellos durante el conflicto armado:
defender la institucionalidad nacional. Y los rebaja al grado de mercenarios,
situación en que jamás ha caído la Fuerza Armada desde su fundación.
Para concluir, diré que
cuando un profesional tiene que anteponer a sus ideas, su titulo de doctor en
Filosofía de una universidad del Reino Unido y, su cargo de investigador en el
Ministerio de Educación, para darle fuerza a su opinión, la cual presupone que
la ideología de un partido político, que ha estado en el poder por veinte años
y hoy es el mayor partido de oposición, depende exclusivamente del pensar de un
empresario, que no forma parte de la estructura de dicho partido, me hace
recordar este erróneo pensar en la célebre inscripción, que se dice estaba en
el frontispicio de la Universidad de Salamanca y que rezaba: LO QUE NATURA NON
DIO, SALAMANCA NON LO PRESTA.
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