Nayib Bukele en su
pugna de poder con el FMLN, claramente ha dicho, que recoge los principios
revolucionarios y comunistas de la antigua guerrilla, considerando traidores a la actual cúpula del FMLN, por no
haber destruido el modelo neoliberal, a que obliga nuestra Constitución. Su
visión es que la Empresa Privada no debe de existir, aunque es creación de la libre iniciativa, del hombre
en el pleno goce de su libertad.
La crisis económica
nacional, débese a la crisis fiscal del Estado y, al desincentivo a
la iniciativa privada, creada por el Gobierno, pues considera que las obligaciones del Estado son sólo
en relación material de los derechos atribuibles a la colectividad y no, en
relación con la realidad de su entorno. La existencia de la Empresa Privada
debe de estar supeditada a la satisfacción de los requerimientos del Gobierno.
La crisis obliga a
endeudamiento y a que su dinero se diluya en corrupción, pues la inversión social realizada por el
gobierno es histórica - política y no, para un desarrollo sostenible. No hay
diferencia conceptual entre Bukele, sus seguidores y el FMLN gobernante. La
diferencia es de ejecución. El FMLN ha logrado su objetivo, de no pagar su
deuda con las AFP y, de tener liquidez
suficiente, hasta que finalice su período. Le ha asegurado su existencia y su
dinero a las AFP, mediante ilusiones y está ya preparando nuevas estrategias para
avanzar en su voracidad de dinero: anunció que necesita otros $ 500 millones
para el 2018. Bukele pretende el método revolucionario: la confiscación directa
y satisfacción del populismo.
Se diría que la
revolución es ya del pasado, pero no, en Noticias Menotty, del 27/9/2017, el Padre Atilio Sánchez, en un llamamiento a
las bases del FMLN, dijo: “Espero que nos tomemos las calles, que marchemos y
que nos tomemos los pueblos, para protestar contra las AFP”, esto dentro de la
conmemoración del natalicio de Schafik Hándal. Algunos pensarán que al Padre Sánchez perdió
bandera, con las reformas a las leyes previsionales, pero no, es la expresión del radicalismo
revolucionario, controlado en parte, por el FMLN. Sin embargo, parece que ahora Bukele, busca el control de esa base política,
tildando de tibieza y tolerancia al FMLN, para con la Empresa Privada. El grupo
“amigos de Mauricio Funes”, excluido hoy del Gobierno y sus negocios, se suma a Bukele.
Las declaraciones de
Bukele han movido al FMLN, al centro o
izquierda moderada, sin que por ello, hayan cambiado sus objetivos, pues el radicalismo lo asume Bukele,
restándole poder al FMLN y dificultando su gobernabilidad.
Las últimas encuestas
de la UTEC indican un empate técnico entre ARENA y el FMLN por San Salvador,
tendencia que ha sido favorable para ARENA, en un mínimo porcentaje, pero se consolida Bukele, lo que permite afirmar que su distanciamiento
ya está haciendo mella al FMLN, en
consecuencia, se ahondará el radicalismo
contra la Empresa Privada, para aumentar su popularidad.
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