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viernes, 8 de marzo de 2024

LA JUSTICIA TRANSICIONAL Y NUESTRA REALIDAD

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

El abstencionismo electoral es síntoma manifiesto, de la crisis política, creada por el oficialismo: permite considerar, la aplicación de los principios de la Justicia Transicional, como medio de retorno al Estado de Derecho, ejercido por la sociedad civil.

 

La actual aplicación de la Justicia Transicional en El Salvador, en los casos Jesuitas, Mozote, Calabozo, periodistas holandeses, es una deformación de estos principios, pues significa una retroactividad a los tratados que hemos firmado y, a la naturaleza de nuestro conflicto, originado en la Guerra Fría, como una “guerra proxi” (guerra librada por otros, diferentes a los antagonistas principales): significó una acción de legítima defensa de nuestro Estado. La Justicia Transicional, no puede romper el principio del debido proceso, pues la justicia, se fundamenta en el proceso, el cual debe de ser justo, o sea, imparcial y permitiendo sin pasión política, la presentación y análisis de prueba, con rigurosidad científica.

 

La amnistía, significó el perdón y prescripción, en base al principio del interés público, sobre el individual. Su derogatoria, trajo el conflicto al presente, en benéfico del interés particular.

 

El abstencionismo electoral, inició con el régimen de excepción, que impide el ejercicio de los Derechos Políticos y el oficialismo, al realizar un fraude estructural, se convierte en un opresor del ciudadano, que no se expresa, por temor a la represión, y esto se prueba, al analizar que sólo 1 de cada 10 personas acudieron a las urnas, a participar en el sistema electoral. Los otros 9 no dieron su voto, por considerar que el proceso era corrupto y no valia la pena participar, pues ya las decisiones soberanas, habían sido tomadas.

 

En marzo de 2010, el Secretario General de las Naciones Unidas, publicó su "Nota orientativa sobre el enfoque de las Naciones Unidas a la justicia de transición". Se hace un llamamiento a los Estados, para que "se esfuercen por garantizar que los procesos y mecanismos de la justicia transicional, tomen en consideración, las causas profundas de un conflicto o un gobierno represivo y combatan las violaciones que se cometan de todos los derechos, incluidos los derechos económicos, sociales y culturales".  Se subraya, que ese enfoque es necesario para que haya paz, en base al Estado de Derecho.

 

Para obtener la paz, el actual gobierno, reprime todos los derechos y, basa su gobernanza en la coerción y la fuerza, lo cual, no permite el desarrollo económico, ni trata los distintos males sociales, desde su raíz, para solucionarlos, desde la aplicación del principio del Bien Común, decidido libre y soberanamente.

 

El objetivo de la Justicia Transicional, es evitar que las consecuencias del autoritarismo, lleven al alineamiento con un bloque geopolítico, que ve en la fuerza, la solución a sus necesidades.

 

El oficialismo ha consumido a todos sus enemigos y luego, a sus aliados políticos más cercanos. Ya consumió a su partido de origen, el FMLN, luego a su aliado GANA. En este proceso, va también cambiando de aliados internacionales, alejándose del bloque de países democráticos y acercándose, a los autoritarios, ofreciendo el único patrimonio del país: su posición geográfica.

 

La Justicia Transicional, pretende evitar las consecuencias que llevarán el camino que sigue el oficialismo: exclusión y represión social, en beneficio del Estado y de los allegados al Gobierno.

 

Por ahora, la Justicia Transicional, sólo sirve como venganza, dentro de una concepción ideológica, contra los militares que sirvieron según el mandato constitucional de la época, en acciones de una “Guerra proxi” y hoy, es una amenaza a la oficialidad en servicio, para que sirva incondicionalmente al Gobierno, aunque esto implique, el rompimiento constitucional y la alteración del Bien Común.

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