Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
El abstencionismo
electoral es síntoma manifiesto, de la crisis política, creada por el
oficialismo: permite considerar, la aplicación de los principios de la Justicia
Transicional, como medio de retorno al Estado de Derecho, ejercido por la
sociedad civil.
La actual aplicación de
la Justicia Transicional en El Salvador, en los casos Jesuitas, Mozote,
Calabozo, periodistas holandeses, es una deformación de estos principios, pues
significa una retroactividad a los tratados que hemos firmado y, a la
naturaleza de nuestro conflicto, originado en la Guerra Fría, como una “guerra
proxi” (guerra librada por otros, diferentes a los antagonistas principales): significó
una acción de legítima defensa de nuestro Estado. La Justicia Transicional, no
puede romper el principio del debido proceso, pues la justicia, se fundamenta
en el proceso, el cual debe de ser justo, o sea, imparcial y permitiendo sin
pasión política, la presentación y análisis de prueba, con rigurosidad
científica.
La amnistía, significó el
perdón y prescripción, en base al principio del interés público, sobre el
individual. Su derogatoria, trajo el conflicto al presente, en benéfico del interés
particular.
El abstencionismo
electoral, inició con el régimen de excepción, que impide el ejercicio de los
Derechos Políticos y el oficialismo, al realizar un fraude estructural, se
convierte en un opresor del ciudadano, que no se expresa, por temor a la
represión, y esto se prueba, al analizar que sólo 1 de cada 10 personas
acudieron a las urnas, a participar en el sistema electoral. Los otros 9 no
dieron su voto, por considerar que el proceso era corrupto y no valia la pena
participar, pues ya las decisiones soberanas, habían sido tomadas.
En marzo de 2010, el
Secretario General de las Naciones Unidas, publicó su "Nota orientativa
sobre el enfoque de las Naciones Unidas a la justicia de transición". Se
hace un llamamiento a los Estados, para que "se esfuercen por garantizar
que los procesos y mecanismos de la justicia transicional, tomen en
consideración, las causas profundas de un conflicto o un gobierno represivo y
combatan las violaciones que se cometan de todos los derechos, incluidos los
derechos económicos, sociales y culturales". Se subraya, que ese enfoque es necesario para
que haya paz, en base al Estado de Derecho.
Para obtener la paz, el
actual gobierno, reprime todos los derechos y, basa su gobernanza en la
coerción y la fuerza, lo cual, no permite el desarrollo económico, ni trata los
distintos males sociales, desde su raíz, para solucionarlos, desde la
aplicación del principio del Bien Común, decidido libre y soberanamente.
El objetivo de la
Justicia Transicional, es evitar que las consecuencias del autoritarismo,
lleven al alineamiento con un bloque geopolítico, que ve en la fuerza, la
solución a sus necesidades.
El oficialismo ha
consumido a todos sus enemigos y luego, a sus aliados políticos más cercanos.
Ya consumió a su partido de origen, el FMLN, luego a su aliado GANA. En este
proceso, va también cambiando de aliados internacionales, alejándose del bloque
de países democráticos y acercándose, a los autoritarios, ofreciendo el único
patrimonio del país: su posición geográfica.
La Justicia Transicional,
pretende evitar las consecuencias que llevarán el camino que sigue el
oficialismo: exclusión y represión social, en beneficio del Estado y de los
allegados al Gobierno.
Por ahora, la Justicia
Transicional, sólo sirve como venganza, dentro de una concepción ideológica, contra
los militares que sirvieron según el mandato constitucional de la época, en
acciones de una “Guerra proxi” y hoy, es una amenaza a la oficialidad en
servicio, para que sirva incondicionalmente al Gobierno, aunque esto implique, el
rompimiento constitucional y la alteración del Bien Común.
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