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lunes, 2 de septiembre de 2024

SEÑALES POLÍTICAS

 

Por    

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓNACCION 

 

El mensaje político que el Gobierno salvadoreño envía es de inestabilidad, y de encontrarse al borde de un colapso económico. El autoritarismo impuesto por el oficialismo, ha hecho de
El Salvador, el país con mayor riesgo financiero de Latinoamérica y el Caribe. La reducción de la institucionalidad, ha hecho que la corrupción pública, sea el mayor opositor del oficialismo, y el populismo impide una política de nación.

 

La investigación periodística “Muyshondt: 182 días antes de su muerte”, publicada por la Revista FACTUM, presenta la trama de corrupción dentro del Estado Salvadoreño, que llevó a la muerte a Alejandro Muychondt, luego de comunicar sus hallazgos a Nayíb Bukele ya Congresistas norteamericanos. . La corrupción descubierta, vinculaba a funcionarios de los Órganos Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en una compleja trama de corrupción, vinculada con el crimen organizado internacional.

 

En un Estado gobernado por el autoritarismo, sus intereses no son el Bien Común y la conveniencia nacional, pues cualquier criterio político puede surgir y convertirse en una Ley, si es de interés del dictador. Esta forma de gobernar, tiende a destruir paulatinamente las formalidades propias de la administración pública legítima; por ejemplo: no juramentar a los ministros y otorgar concesiones por cincuenta años, sin ser presentación a la Asamblea Legislativa.

 

El riesgo financiero, se establece por el grado de incertidumbre en el rendimiento de una inversión, debido a los cambios que, en un sistema jurídico y económico, puedan darse. El sistema político y económico salvadoreño, ha sido alterado por el autoritarismo del Gobierno, hasta hacerlo el más riesgoso de Latinoamérica y el Caribe. El modelo autoritario, promovido por el Gobierno, como el ideal para un Estado, ha sido el causante de la pérdida de confianza, pues todo depende de una voluntad autocrática, y no de la institucionalidad de un Estado. La disminución constante de las remesas, presagia un cambio negativo en esta fuente de ingresos y la nueva conformación demográfica, vaticina una mayor carga futura para el Estado, con una disminución de su fuerza laboral.

 

Se puede apreciar un resquebrajamiento en la estructura del Gobierno, causado por disputas generadas por la corrupción: plazas fantasmas y para sus amantes, parientes u otros tipos de allegados, sobresueldos, que facilitan el mal manejo del erario público.

 

Al señalarse la corrupción legislativa, desde la Presidencia de la República, genera una serie de denuncias mutuas de actos corruptos, lo que tiende a resquebrajar la obediencia al régimen autocrático, por ejemplo: no nombrar a los Magistrados del TSE,  no tramitar la concesión a Yilport en la Asamblea, cuestionar a los candidatos a Magistrados de Corte, previamente acordados en Casa Presidencial. Los troles oficialistas, denuncian la corrupción en la Asamblea Legislativa y la Corte de Cuentas, amenaza a los alcaldes de Nuevas Ideas, con sancionarlos por corrupción, si alzan una voz disidente.

 

En San Petersburgo, Rusia, Félix Ulloa propone abandonar el dólar y adoptar una criptomoneda, sostenida por los BRIC ampliados. Por otra parte, los economistas de Nayíb Bukele, solicitan un refinanciamiento del Fondo Monetario Internacional y se niega a realizar un ajuste fiscal y hacer públicas las finanzas estatales, creando desconfianza financiera internacional.

 

María Corina Machado, líder demócrata venezolana, ha definido al Gobierno Salvadoreño, como régimen dictatorial en similitud con el venezolano. Cuando los troles oficialistas insinúan que El Salvador, puede ser la plataforma para la operación de grupos mercenarios que arresten a Nicolás Maduro, los allegados al Gobierno, especulan que puede tratarse de la necesidad de Bukele, de contratar  personal de seguridad mercenaria.

 

Mientras el Gobierno envía señales de desconfianza y de corrupción, se confirma que el 62.68% de los salvadoreños, viven en pobreza, sin esperanza de mejoría.

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