Por
Lic.
Fernán Camilo Álvarez Consuegra
San Salvador, 27 de
agosto de 2013
En días recientes,
Joaquín Villalobos, antiguo guerrillero, publicó, en medios extranjeros, dos
artículos: en uno, describe a la sociedad salvadoreña como dominada por una
oligarquilla criolla y en el segundo, complemento del primero, plantea el temor
de dicha oligarquilla por el surgir de una rebelión social incontenible y, en
razón de tal temor, plantea la conveniencia del gane de las elecciones por una
tercera vía, que sería la conveniente
solución, entre la derecha radical y la izquierda revolucionaria. Dando a la
sociedad salvadoreña, una tercera vía y señalando para esta solución a Tony
Saca como el candidato ideal, se resolvería el problema y el temor a una
rebelión social.
Es esta, una visión muy
equivocada de la realidad salvadoreña y
que es preciso puntualizar. La realidad
planteada por Villalobos, corresponde a una visión marxista de los años 70,
para justificar sus movimientos insurgentes revolucionarios. Es visión que los más recalcitrantes exponentes de esas
ideas en El Salvador, la corrigen, para
dar a esta teoría, un nuevo giro más congruente con elementos evidentes, pero sin abandonar el meollo de la cuestión:
la lucha entre ricos y pobres. Cito al
respecto, una nota periodística de
Francisco E. Valencia y Daniel Trujillo - fechada el 19/11/2010- publicada en el periódico vespertino
CoLatino, e intitulada “8 Grupos
Económicos Dominan El Salvador”, dicho artículo anuncia la presentación de
un libro del ideólogo, economista y efemelenista, Salvador Arias.
Los dos primeros
párrafos de la nota dicen así “Las 14 familias
poderosas del país allá por los años 70 del siglo pasado ya son historia.
Ahora, después de la privatización y la invasión de las transnacionales, luego
de los 20 años de gobierno de ARENA, el poder económico y político se
concentran en ocho grupos, una argolla “burguesa y capitalista pura en sus
relaciones sociales”..….“Así lo demuestra el ex diputado y miembro del FMLN,
Salvador Arias, en su libro denominado “Atlas de la pobreza y la opulencia en
El Salvador”, en el que detalla que las referidas argollas manejan 722
empresas, las cuales, se apoderan del 60% del excedente de la riqueza producida
en el país.”
Al
respecto recordemos que los capitales agrícolas fueron destruidos físicamente
por el FMLN y, jurídicamente, por las leyes promulgadas por la Democracia
Cristiana, con el aval norteamericano (Presidencia Carter) y la tolerancia de
ARENA, por considerar que el futuro del país, estaba en la industria y no en el agro. Todo
esto se dio en la década de los 80. La
privatización bancaria de los años 90,
permitió cierta acumulación de capital salvadoreño pero, en la década del 2000, se vendió todo a empresas extranjeras y el
capital salvadoreño, migro hacia lugares más seguros. En la actualidad, los
diez bancos privados existentes, son de capital extranjero y, los dos
restantes, son del Estado que disponen del capital mínimo para dar créditos agrícolas a
microempresarios.
El fenómeno arriba descrito, crea una pujante
clase media, pues los descendientes de antiguos terratenientes, ven, en el
estudio de una profesión, la obtención
de recursos que de otra forma, no obtendrían; lo mismo sucede con todos los que migraron a las ciudades por la
presión de la guerra. Hecho este comprobado
por los siguientes fenómenos : 1) la creación de muchísimas universidades privadas durante las décadas del
80 al 2000, para dar abasto a ingente
demanda de estudiantes; 2) muchos pequeños negocios de servicio que operan con
franquicias extranjeras, o venden productos importados, son negocios propiedad
de la clase media ; 3) la existencia de
una multiplicidad de Cajas de Crédito,
que con sus pequeños préstamos, dinamizan la economía informal del país y son nutridos por
dicho sector económico; 4) La clase media ha decidido con su voto, el resultado de las últimas elecciones, por estar concentrada en las grandes zonas
urbanas del país: San Salvador, La Libertad, Santa Ana y San Miguel y; 5) la
inmensa cantidad de salvadoreños en el extranjero, que han encontrado en otros
países, lo que no pudieron encontrar en el suyo, pero por sus remesas se
sostiene la economía salvadoreña.
La nueva
realidad, ha hecho cambiar las prioridades del salvadoreño: hoy son poder gozar
de todos los bienes y servicios que se le ofrecen. Para lograrlo, el único
medio es obtener un buen empleo o establecer un pequeño negocio. Esta necesidad
se refleja también hasta en las “preferencias de los mareros” pues al extorsionar exigen dinero en efectivo, con el cual pueden sufragar los gastos de sus parientes y pueden
comprar celulares y aparatos tecnológicos de última generación y también,
realizar recargas telefónicas.
El centrismo
no ha sido jamás una opción para el salvadoreño. Si lo hubiese sido, la
Democracia Cristiana se habría mantenido en el poder en las elecciones de 1989.
Luego el pensamiento Social Demócrata habría tenido también alguna acogida y,
más aún, lo hubiese tenido cuando Joaquín Villalobos funda el Partido
Demócrata, pero que fue cancelado en 1999, por no alcanzar la votación
suficiente para existir. Hoy Tony Saca, pretende enarbolar esa misma bandera y
pasar de la Derecha, a la Izquierda, guardando sin embargo, la antigua imagen de Derecha, que lo llevó al poder el 2004.
El
desencanto en los políticos tradicionales, es evidente: la corrupción que les
envuelve, es causa de su desprecio por la mayoría de los salvadoreños; es causa
del gran abstencionismo y la razón por la cual, Joaquín Villalobos y Tony Saca
ven un nicho apropiado a explotar: el de los indecisos y apáticos, pues en El
Salvador, quienes piensan en la política,
ya han definido su papel, dentro de la Izquierda o en la Derecha. El nicho de “indecisos”, puede ser hasta de un
31%, según las últimas encuestas de la Universidad Tecnológica (dada a conocer
el 26/8/2013) y una parte mayoritaria de este grupo, es clase media de las
zonas urbanas.
El
periodista izquierda, de origen
argentino, pero radicado en México,
Roberto Baldini, ha publicado un artículo intitulado “Metamorfosis de Joaquín
Villalobos”, en el cual señala a dicho ex guerrillero, como un asesino de
izquierda que colabora con la derecha, sólo por conveniencia propia, restándole
mérito intelectual. Es interesante este artículo, porque Baldini, sufrió la
influencia, en sus primeros años, del movimiento “Tacuara” (Movimiento paramilitar argentino, de pensamiento neonazi
y nacionalista) y conoce muy bien las metamorfosis ideológicas, pues además,
vivió de cerca, la guerra en Centroamérica, reportándola a periódicos y
revistas de izquierda y fue tan de cerca,
que porto un fusil en Nicaragua. Es de esperarse que alguien que es disidente de un movimiento como es
Villalobos, sea utilizado para golpear a los movimientos revolucionarios, por lo cual, le ha
servido a los ex presidentes Calderón (México), Uribe (Colombia) y Flores (El
Salvador) Pues es la prueba del error de las pretensiones revolucionarias, pero
de esto a que acierte al dictar los fundamentos ideológicos y la visión de la
realidad salvadoreña, a favor de Tony Saca, es un error. Sólo refleja el verdadero pensamiento de Saca y Unidad: la
izquierda encubierta, la cual no tiene oportunidad política en El
Salvador, por que su estrategia, esta
basada en una realidad inexistente.
Puede
esperarse que Villalobos, en días futuros, cambie su posición hacia la Social
Democracia, movimiento que ha pretendido siempre, controlar en detrimento de
los representantes de dicha tendencia en El Salvador; tendencia con la que comienza también a
coquetear el Presidente Funes, como ideología que le permita una identidad política
propia, cuando abandone la silla
presidencial y vea en Villalobos, un “posible asesor”, si es que ya no lo es en
el presente.
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