Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 12 de
octubre de 2016.
El proceso de paz de
Colombia, ha sido reconocimiento político del poder de la insurgencia, obtenido por la fuerza de las armas, pero
rechazado por el voto soberano. Los sectores conservadores colombianos, ven en su
futuro, un muy probable ascenso al poder de la insurgencia socialista, en detrimento, no sólo del conservadurismo,
sino de la inviabilidad misma del país, tal como ha sucedido en El Salvador.
Los procesos de paz de
El Salvador y de Colombia, han sido similares: ambos países fueron piezas
dentro de la geoestratégia de la Guerra Fría; las pretensiones marxistas han
sido siempre iguales de ambas insurgencias. La diferencia consiste en el método, con el cual
han sido enfrentadas por los sectores políticos: En Colombia, con una fuerte
tradición conservadora y, en El Salvador, con un pensamiento totalmente liberal
Luego de aceptados los
Acuerdos de Paz de 1992, los sectores de la derecha política salvadoreña,
tuvieron fe en que la lógica empresarial dirigiría convenientemente al país y
sería suficiente para excluir políticamente al FMLN, subestimando así, su estructura
y mandos de guerra, enfocados hacia la política. El resultado fue que no
habiendo una fuerte cohesión política contra el FMLN, éste, fuese tolerado y
aceptado como crítico del oficialismo, hasta el año 2009, aunque ya se había percibido
un descenso en la votación de la derecha, favorable a la izquierda, desde el
año 1999. Hecho superado por alianzas legislativas.
El soldado que combatió
a la insurgencia era para ésta, su férreo enemigo, pero veinte años después,
debilitose su influencia sobre la familia, como consecuencia de evolución
generacional siendo las prioridades ya no políticas, sino de seguridad y
economía debilitando el núcleo ideológico popular. Para acelerar el proceso de aceptación
política y dilución del núcleo ideológico del sector conservador colombiano y
acortar su período, se ha acordado una representación política directa, manada
de la paz y desmovilización misma, lo
cual asegura una plataforma política basada en los territorios controlados
militarmente por las FARC, sin posibilidad de ser disputada electoralmente: la
evolución del ascenso político del FMLN ha sido el modelo político de las FARC.
En El Salvador, la
oposición hacia la izquierda, se presenta hoy fragmentada y desideologizada,
particularmente, en el sector político (ARENA) porque por sus pugnas internas
ha perdido su valor estratégico y sus objetivos, frente a la defensa de los intereses económicos y de seguridad del país.
La oposición ha recaído en FUSADES, ANEP, y Cámara de Comercio;
aunque su función es la de la líneas de
pensamiento basado en los principios de
libertad y en la defensa de los intereses de sus agremiados, pero sin confrontación; sin embargo, ante el
campo libre dejado por ARENA, han tenido que asumir este nuevo rol político. Los
colombianos, saben hoy que para enfrentar la amenaza de la izquierda insurgente
deben de estar solidariamente unidos.
La derecha salvadoreña
no estaba preparada para la confrontación política con el FMLN, pero hoy, los
conservadores colombianos sí están preparados para una lucha con las FARC y
aunque el Presidente Santos, logre aceptación jurídica, por medio de una ley o
cualquier otra forma legal, las FARC no gozarán de la legitimidad necesaria y
su implementación, generará forzosamente, nuevos debates.
La inacción de ARENA,
en su lucha contra el FMLN, débese a la
seguridad de triunfar fácilmente en las siguientes elecciones y además, en los
intereses particulares de los diputados que se reflejan en la Asamblea y en la
estructura del partido; también confiase
en que sea la empresa privada, la que sufra el desgaste político. Pero esta
inacción crea un vacío que están ocupando grupos nuevos, con un interés
político nacionalista y liberal, que crecerán conforme la inacción de ARENA
y sus pugnas internas. Como ejemplo citaré
a “Poder Ciudadano” y “Libertad”, que proclaman las aspiraciones de la mayoría
de los salvadoreños: respeto a nuestras libertades.
http://ultimahora.sv/gobierno-se-declara-en-emergencia/
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