Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Dado el descalabro electoral de la izquierda, conviene
asegurarse si, el rechazo ha sido exclusivamente hacia la cúpula del FMLN o, si
también ha sido a las ideas del Socialismo del Siglo XXI; es necesario saber
distinguir entre liderazgo personal y liderazgo para la prosecución de una idea
política, el cual frecuentemente, es un pretexto para el logro y mantenimiento
del poder.
Después del 4 de marzo,
parece que la percepción hacia la izquierda ha cambiado y, así también el
liderazgo de Nayib Bukele, que era indiscutible dentro de la misma. Hoy, las
redes sociales han adquirido un dinamismo político inmediato y se han notado,
dos fenómenos: las personas abiertamente admiten, ser de derecha o de ARENA
(antes había al respecto, cierto temor)
y, sobre Nayib Bukele se ha derrumbado la opinión pública, a raíz de su
entrevista con Nacho Castillo y de sus insultos al Presidente de México Enrique
Peña Nieto.
En las redes sociales
puede apreciarse que hoy, la opinión del público es más favorable hacia ARENA y
las posiciones de derecha, libre empresa y libertad económica: es como si se abriese
esperanza de un cambio favorable a la libertad, contra el asistencialismo e
intervención del Estado. A Bukele se le percibe hoy como un “hijo de papi” que
con sus millones juega a la política, como un revolucionario nacido del seno
del conflicto: se burlan de su política basada en juegos de “Dragon Ball Z”.
La mayoría de los jóvenes
salvadoreños, que ha cursado una carrera
universitaria, pero trabajan en el empleo
que han podido conseguir – no en su profesión- y un líder que ha despuntado por
el poder económico de su padre y quiere
jugar juegos japoneses y “animes”, no
representa al salvadoreño joven, que ha madurado, piensa en sus hijos y en
divertirse sí, pero según sus
posibilidades y, dentro de su madurez mental.
La estructura de troles de
Nayib Bukele, era alimentada por el
pensamiento estratégico del FMLN y sus tácticos políticos, pero hoy, que no cuenta ya con esa dirección
ideológica, y el FMLN, tampoco tiene ya, la estructura de troles necesarios
para sostener la lucha en medios, se ha podido apreciar un espectro social, sin
muchas interferencias y conocer la realidad en su forma natural, sin deformaciones inducidas por el quehacer
de las cuentas falsas.
.
Se da el caso de que la izquierda, produce “memes” contra Bukele y,
que los mismos jóvenes que le apoyaban con sus opiniones, hoy replican esos “memes” y se burlan de él.
Los “memes que salen de la derecha, contra Bukele, terminan replicados y
comentados, desde la izquierda, sin que haya inteligencia previa, soló que se
burlan de lo que es naturalmente gracioso y, políticamente absurdo.
Si bien Bukele mantuvo
una imagen sostenida por la “anti política”, los insultos hacia el Presidente
Peña Nieto y los candidatos de ARENA, le han hecho cruzar la línea que lo sitúa
dentro de los más ineptos políticos.
La radicalización
económica expuesta por Dagoberto Gutiérrez,
debe entenderse con reservas: hay
que separar su carisma personal, de la
aceptación de las ideas derivadas del socialismo del siglo XXI, pues si bien, el triunfo de ARENA, puede haber
mejorado las condiciones de inversión nacional, la sola posibilidad de un
siguiente período de la izquierda y un giro hacia la radicalización socialista
-con estructuras políticas que poseen vasos comunicantes con Irán y otras fuerzas
relacionadas con el radicalismo islámico - pueden hacer que el país, pierda todos su atractivo económico y
viabilidad dentro del mundo globalizado.
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