Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
En artículo publicado en el Faro, intitulado ¿ESTÁ
DERROTADO EL FMLN?, DE Carlos Argueta, se hace un recuento de las veces en que el FMLN ha sido derrotad pero se ha levantado;
sin embargo, la derrota actual tiene por causa, sus propias fuerzas internas,
contra su cúpula; algo que nunca había ocurrido. El FMLN hizo ya cambios y
podemos predecir lo que pasará; por otra
parte, ARENA aún no ha hecho cambios y, está por verse, cuál rumbo tomará.
Los cambios que ha hecho
el FMLN son únicamente, dentro del Gobierno, rotando a sus funcionarios y, dando
mayor poder a Oscar Ortiz, para que
abandone la línea cubana y venezolana y adopte, la línea china y nicaragüense o sea, dureza política y apertura económica, pero sujeta al Gobierno. Estos cambios,
durante una campaña de elección presidencial, son imposibles de
implementar, estando en contra las bases de su partido y
del resto de la izquierda
El mandato de Ortiz, ha comenzad con poner en realidad las cuentas
nacionales, lo cual revela un mayor grado
de endeudamiento, del 74% en relación con el PIB real. Tal nueva realidad
plantea un reajuste fiscal (mayor tributación) y mayor gasto en los subsidios.
Por otra parte, plantea un país menos atractivo para la inversión,
contrarrestando el optimismo de un cambio económico, al haber un cambio
político.
Los cambios del FMLN, no
tendrán efecto en su militancia, ni en la población votante, pues todos esperaban
un cambio: Medardo González, José Luis Merino y Salvador Sánchez Cerén, dejaran sus cargos dentro del partido y
conservando posiblemente, sus cargos públicos. Pero Salvador Sánchez Cerén ha
dejado su alto cargo, en manos de Oscar Ortiz, pero no el de su participación
en la dirección del FMLN, lo que no
satisface a nadie dentro de su partido, la cual ha estrechado filas contra la
disidencia, que es la única que podría salvar al FMLN.
El FMLN está destinado a
ser un elemento más dentro de toda la izquierda, pero sin poder de dirección, en la política
nacional. Por otra parte, ARENA no ha hecho ningún cambio y se esperaría que
luego de la elección de su candidato presidencial, se vea el rumbo que tomará,
sin embargo, hay dos actitudes que pueden determinar su supervivencia o su
descenso: 1) es la actitud que tome la bancada de ARENA, si hace todo lo
posible por reducir la junta directiva de la Asamblea y esos esfuerzos sean
apreciados por la población así como que sean dadas señales de probidad desde
la bancada. 2) así como las señales del proceso de elección interna sean
transparentes y sin presión para el votante.
Una reelección de Beto
Romero, como jefe de bancada de ARENA, enviaría una señal negativa, pues haría pensar en la preeminencia de los
diputados por sobre el resto de poderes dentro del partido. Y si se percibe que
las elecciones internas, han sido influidas
desde las diputaciones, podrá tenerse un candidato triunfador, pero con escaso apoyo fuera de la estructura
primaria del partido.
ARENA es la única
alternativa viable para un cambio de poder y dar un giro al desastre económico que
tenemos, pero si envía las señales
equivocadas, sólo estaría contribuyendo al abstencionismo y carecería del apoyo fundamental de las estructuras secundarias
del partido, que hacen la campaña
localmente y la conexión con el votante
indeciso. También perderán la confianza de las distintas organizaciones cívicas que, directamente, han colaborado para que
las estructuras secundarias, se mantengas dentro del partido, no como un apoyo a la dirigencia, sea nacional o local, sino a la conveniencia,
que los principios liberales, retomen al poder en substitución de la nefasta
izquierda.
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