USO POLÍTICO DEL AGUA

Por     

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Desde la Secretaría del Medio Ambiente (SEMA), hoy Ministerio de Medio Ambiente, se predijo  en 1992, que en el país, la siguiente guerra,  sería por el agua; parece hoy que tal  vaticinio, fue cierto,  pues la izquierda ha levantado tal bandera, creando con ella,  un conflicto ideológico, bajo el lema “no a la privatización del agua” que, en primera instancia cubre con cortina de humo, muy oportuna, para distraer del latrocinio cometido contra el Estado.

Con el cambio climático, era previsible el problema del agua, y  la profundización  del mismo, por la sobrepoblación y el  crecimiento urbanístico desordenado, tolerado desde el Estado; pero que pudiese ser resuelto por un buen sistema de políticas públicas, basado en los principios de libertad y propiedad privada. Sin embargo, lejos de resolver un problema social, se está usando al agua, políticamente,  “cortina  de humo”  a corto plazo, para desviar la atención sobre la corrupción de Funes, que llega a la alta dirigencia del FMLN, Nayib Bukele y otros funcionarios de Gobierno,  creando un conflicto de largo plazo.

Bajo el lema el lema “no a la privatización del agua”,  se pretende modificar  la ley de ANDA y  ley de aguas ya existentes, para dar un mayor control al Estado, pretendiendo crear una lucha del ciudadano vrs el uso industrial del agua (en la agricultura y en el sector alimenticio), siendo que cualquiera  sea la forma en que  emplee el agua, es disfrutado por el individuo, pero vendría a encarecer los productos actuales y darle más poder al Gobierno.  

La presente epidemia de cólera  y salmonela aparecida en el país, pudiera ser a causa de la impureza del agua que sirve el ANDA, y lo cual obliga al consumo de agua embotellada. El gobierno pretende usufructuar, por medio de autorizaciones e impuestos, esta industria, y que podría extenderse a otras industrias alimentarias. El uso agrícola del agua,  es origen de la seguridad alimentaria y, un rompimiento del equilibrio presente, llevaría a una ineficiencia de la producción y, por lo tanto, a una escasez de alimentos y, a falta de competitividad de la agricultura.

Un cambio en la administración de ANDA, sería necesario, para evitar que esta institución sea politizada,  y  lo cual puede lograrse  mediante la participación ciudadana,  aglutinada en a ANEP.