Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consueg
Un periódico digital nos
ha presentado el dilema; ¿permaneceremos liberales o, nos volvemos libertarios?
El libertarismo es corriente filosófica moderna y conviene entenderlo, desde
sus efectos prácticos, en la política salvadoreña: apoyo al aborto, libre consumo
de drogas, supresión de la subsidiariedad y de la reglamentación básica del Estado.
El libertarismo es
doctrina venida de los Estados Unidos.
Pretende el goce de la libertad en grado máximo, pero que puede llegar hasta la
anarquía y la abolición de las
estructuras estatales, impidiendo al Estado la defensa de los intereses
colectivos.
El liberalismo establece
el equilibrio entre la libertad individual y el
poder del Estado, para que la persona pueda desarrollarse libremente,
pero con el necesario marco regulatorio; exigiendo reglas claras, supervisa las
cuestiones de interés nacional, como la Seguridad Pública y la justicia.
Como ya lo sugerimos,
toda persona libertaria será pro aborto, aprobará el matrimonio homosexual y
estará conforme con la libre empresa; por esto último, muchos autores citan
esta doctrina dentro de la derecha, aunque haya coincidencia con las agendas de
izquierda, pero choca con el pensamiento cristiano y el conservador, que
persigue los valores morales y las buenas costumbres Para el libertario, es
correcto todo lo que es conforme a su voluntad, sin otro límite que la voluntad
de quien pueda oponérsele.
Ya ha habido choques sociales con grupos LGTB y
pro abortistas, y podría suprimirse o disminuir, la subsidiariedad del Estado:
abandono de los hospitales públicos y de los controles sanitarios. Todo esto
llevaría al caos social, porque repentinamente pasaríamos de un asistencialismo
a un abandono.
No se ha entrado aún, a
los posibles debates; ¿Por qué invertirse en los hospitales públicos?, si es
responsabilidad de cada quien, el velar por su propia salud, o ¿Porque debe
pagarse el subsidio al transporte?, si obligación es de la persona, pagar su transporte.
Pudieran discutirse otros
problemas; ¿Por qué sostener la Fuerza
Armada, si la PNC basta?, o ¿Por qué
interviene el Ministerio de Salud en la
sanidad de los alimentos y las medicinas?, si tengo libertad de producción y
venta de lo que se me antoje Y ¿Por qué me voy a hacer cargo de las pensiones del IPFA y el
Seguro Social, si han quebrado por la irresponsabilidad y corrupción de sus
directores? Sin entender que el Estado no puede abandonar la asistencia social,
porque precisamente ha sido creado para velar y contribuir a la estabilidad
social.
Un gobierno de Izquierda
latinoamericana, como el que tenemos, nos impulsa a querer más libertad y llevar el péndulo
político, hacia el extremo opuesto; sin embargo, nos alejaríamos de ese difícil
equilibrio que se logró con el sistema liberal, plasmado en nuestra
Constitución de 1982 y que ya viene desde la época de 1950. El equilibrio
social es derivado de la subsidiariedad y el desarrollo de la iniciativa
privada; si lo moviésemos hacia el libertarismo, podríamos tener aún tantos males sociales, como los que ha causado la Izquierda.
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