Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
La humanidad sufre mundialmente, un período de
descomposición social: como resultado aflora, la corrupción de sus valores
tradicionales. A pesar del avance
tecnológico, la sociedad se descompone, generándose conflictos innecesarios,
que sólo aumentan la pobreza preexistente; éste, general problema, nos afecta
grandemente en el país
Preciso es comprender la descomposición social: así,
podremos estar conscientes de que el avance tecnológico, del cual gozamos hoy,
es resultado del desarrollo social que permitió que los avances científicos,
pudiesen ser aprovechados por el conglomerado social. Es el estado de libertad social, el que ha
permitido el avance y disfrute tecnológico; no el libertinaje (libertad irrestricta), sino
la libertad dentro del marco de la aceptación mayoritaria, sin imposición de
las minorías de tendencias contrarias a
la naturaleza.
Para que exista un clima favorable a la tecnología, necesitase
un clima social estable, que favorezca al comercio sin restricciones, que no
limite el consumo o la producción y que, todo producto, se pueda consumir libre
y tranquilamente: es la paz social que genera leyes justas que favorecen la
estabilidad y el desarrollo.
La religión, la moral, los convencionalismos sociales
y el Derecho, ofrecen características comunes, aunque provienen de fuentes
diferentes; convergen en el hombre, dándole la estabilidad necesaria para su
desarrollo y, si este se altera, suúfrese la corrupción actual: en la política,
en la propagación de ideas atentatorias al desarrollo humano: aborto,
homosexualidad, abandono de los valores familiares y anulación de la autoridad
de la familia, etc.
Sin advertirlo, estamos cayendo en una perversa
manipulación, resultado de esta misma generalizada corrupción de la sociedad:
la manipulación política, a base de la tecnología y el uso y comprensión del
“Big Data”: la inmensa masa de datos que se generan dentro de la internet y que,
al ser analizados, predicen para su manipulación. Tendencias sociales, las
cuales se están usando, para introducir muchas de estas ideas aberrantes, propias
del comunismo y anarquismo: aborto, homosexualidad, destrucción de valores
familiares y revolución social.
Esta manipulación se ha visto también, en la elección
y sostenimiento de políticos: Putin, Trump, López Obrador, Bolsonaro, Fernández
y Bukele o, en gestores del separatismo (BREXIT o Cataluña). En lo que vemos
una altísima aceptación, hasta que sus opositores invirtiendo mayores sumas en
tecnología más nueva, afectando su popularidad que decae, lo cual hace que el
sistema social sea manipulado, en una suerte de socialismo tecnológico a base
de dinero.
Toda sociedad dirigida, tiende a fracasar, pues no
puede adaptarse naturalmente, al devenir social; por eso el socialismo o
comunismo, nunca han podido, a largo plazo, dar buen resultado, pues existen
siempre variables, no consideradas por sus líderes y todo termina en un gran
colapso social.
Hoy vemos que la sociedad, puede tener sus mecanismos
formales de democracia, pero si los políticos manipulan el sistema (opinión
pública y preferencias sociales) este, ya no puede recuperarse naturalmente y
afecta la educación y la familia, entrando en un proceso de descomposición; esa
aceptación social inducida, termina como analgésico, que combate el dolor que
produce una gangrena, pero esta subsiste: el paciente cree que mejora, más en
realidad, muere lentamente, sin advertirlo mientras sus órganos fallan.
La manipulación social de que hoy somos víctimas, no
nos permite ver que nuestra sociedad salvadoreña está desapareciendo: la
tolerancia hacia las degeneraciones social, el dominio extranjero sobre nuestro
suelo, la reducción de nuestro territorio, la inducción a la destrucción de
nuestros valores cristianos y occidentales, no son sentidos por nuestra
población y por lo tanto no reaccionamos: hemos entrado realmente y sin
advertirlo, a la descomposición de nuestra sociedad.
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