Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
Llega un momento,
en que las neo-dictaduras (dictaduras o autocracias nacidas del voto popular),
necesitan expandirse. para justificar su absolutismo: entonces cometen errores
que, en vez de corregir, profundizan, acentuando la crisis, por ellos, ya
iniciada, cuyos efectos, se sufrirán durante décadas. Contribuye a este
fenómeno, la visión limitada del electorado y, los escasos efectos negativos
iniciales en su percepción: advirtiendose, cuando ya es demasiado tarde.
En el caso ruso,
para consolidar el poder interno y, dar entelequia a la grandeza de dicho país,
Putin, emprende una guerra para anexar nuevos territorios, que en una época
fueron parte del Imperio Ruso: sus acciones, condenadas por Occidente, provocan
ya, sanciones internacionales que, en los próximos meses, se harán sentir en su
población.
Con un ejército
agotado, demostrando la ineficacia del mismo, pese a los esfuerzos de
modernización realizados, desde el año 2000, procura, en vez de retirarse, crear
nuevos conflictos militares con Moldavia (Transnistria) y Georgia (Osetia del
sur), y amenaza a Europa, con cortar el envío de su gas, en el intento de
hermanar sus intereses con China e India, para su independencia económica de
Occidente, en un autosuficiente aislamiento.
O sea que, lejos
de solucionar los conflictos ya existentes, súmale nuevos, creando un mayor
peso, que vuelve la situación del país, más inestable. Este proceder lo vemos
hoy también en El Salvador. Pues la dictadura, al ser señalada como tal, desde
el 1/5/2021, en un proceso iniciado el 9/2/2020, ha ido alejándose de los
países democráticos, buscando apoyo en China, Rusia, Turquía y países árabes.
Siendo la primera
consecuencia, el no refinanciamiento de la deuda pública, ni la aprobación de
nuevos préstamos, dicho error, pretendió corregirse con el Bitcoin, y potenciar
su negocio, para luego querer emitir deuda en criptomoneda, la cual ya no es
aceptada, quedando únicamente el dinero de las pensiones y el fondo circulante
(dinero con el que compra y vende cada quien) para financiar su gobierno, o sea
que profundiza con otras nuevas crisis, las ya existentes.
El alza de precios
internacionales y el desabastecimiento de bienes para la producción agrícola
(fertilizantes y otros agro-químicos) más la acción de las maras, siempre al
alza, por la crisis económica del país, ha hecho que el Gobierno otorgue
subsidios generalizados y, decrete un régimen de excepción (que será prorrogado
indefinidamente), el cual no es sostenible por el hacinamiento en las cárceles
y el descontento que genera, aún entre sus mismos partidarios, sobre todo, al
hacerse público, el pacto con las pandillas.
Con la crisis de
liquidez del Gobierno, el subsidio es insostenible a mediano plazo, pues
tendremos que utilizar “tokens” en vez de moneda: las reservas de las AFP y la
liquidez nacional, será empleada para la compra de bienes, en el exterior, lo
cual agudizará la crisis, ya iniciada, por la baja en remesas.
Al igual que en
Rusia, los oligarcas viendo sus intereses afectados por la guerra, han
expresado su descontento con Putin, aquí el alto empresariado expresará su
descontento pues El Salvador, queda como un área estéril, para los negocios de
los cuales se lucra. Quienes tienen negocios aquí y en el exterior, sólo
migran. La nueva postura de la ANEP, de no confrontación con el Gobierno, por
la falta de libertades económicas, es el último intento de hacer negocios con
el Estado, cuando ya no son viables con la población, pero al reducirse el circulo
económico, irremediablemente serán afectados.
Las
neo-dictaduras, pueden parecer fuertes, pero sus mismos errores las vuelven
débiles y vulnerables, aunque sus consecuencias, duran un largo plazo. ¿Cuándo
y cómo será el fin de la tiranía actual?
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