Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓNACCION
Desde la crisis de los misiles en Cuba, en 1962, ha sido tendencia
de las distintas administraciones estadunidenses, desde Nixon hasta Obama:
disminuir el potencial nuclear y mantenerlo dentro de la estrategia de “disuasión
atómica”. Ese equilibrio, fue roto de facto por Rusia el 2022 y, de hecho, en
noviembre de 2024. La tendencia de disminuir el riesgo atómico de las distintas
administraciones de EEUU, se aplica junto a una corriente social mundial ecologista,
o de comprensión de la importancia del medio ambiente, para la preservación de la
vida del ser humano. Ahora el Gobierno salvadoreño, junto a Nicaragua, ansia el
desarrollo nuclear bajo el auspicio ruso y considera, que la minería metálica,
prevalece sobre la el interés humano.
El último discurso de Putin, dejó en claro que el sistema
de seguridad internacional se encuentra roto, y que la hegemonía de Estados
Unidos era la causante del rompimiento. Esto implica que rusia, plantea un
nuevo orden mundial basado en la fuerza, la cual descansa en su `poderío
nuclear y la decisión de usarlo. Por lo que “la disuasión nuclear”, como
estrategia militar y principio de relaciones internacionales, ha perdido su
vigencia. Luego asegura Putin, que la tecnología militar rusa, es superior a
las defensas occidentales y éstas, no tienen la capacidad de interceptar un
ataque de este tipo. Ya fueron probados los propulsores, con explosivos
convencionales, contra Ucrania.
La doctrina de la disuasión nuclear, garantizaba la no
agresión mutua entre potencias nucleares. Durante Guerra Fría (1947-1991), esta
política, garantizó que no hubiera un desbordamiento de los conflictos y que
estos fueran de alcance limitado, aunque se libraran en cuatro de los cinco continentes.
Hoy se le llama “Guerra Proxy o Guerra Subsidiaria” y ya se libra en medio
Oriente y en el Sahel, amenazando rusia, con activar otros conflictos latentes.
Este actuar ruso, se debe al neoeuroasianismo, popularizado
en los años 90´s, como adaptación moderna del euroasianismo - corriente nacionalista
anti bolchevique-. La nueva corriente considera que Rusia. está más cerca de
Asia que de Europa y, por su posición geográfica, Rusia debe de ser el eje
geopolítico mundial. Se recomienda leer “El Sueño Eurosiberiano, Ensayo sobre
el futuro de Europa”, de Jorge Verstrynge y “Fundamentos de Geopolítica”
de Aleksander Duguin. Este pensar, elevado a política de Estado por Putin, hace
inevitable la confrontación con occidente, sino se desploma Rusia por su propio
peso, como paso con la Unión Soviética en 1991.
La guerra contra Ucrania, nación que se identifica con el
modelo occidental y se siente europea, difiere del modelo geopolítico ruso,
pese a sus orígenes comunes. Y al llevar rusia su economía al límite, para
sostener dicha guerra, utiliza el poderío militar para generar una “negociación
activa”, o sea, impedir que se tomen decisiones políticas por temor a la
destrucción nuclear.
Al devaluarse el rublo en días pasados, y solo tener al
sector militar en producción y alimentos básicos como la mantequilla, pan,
papas etc, con mas del 50% de inflación en un año, es indicador de un pronto
colapso. Y sostener sus operaciones tácticas con material obsoleto o
proveniente de otros países; se ve obligado a mantener el conflicto a base de
la amenaza nuclear.
La política rusa, ha dividido a occidente: los que
prefieren sacrificar a Ucrania, esperando la contención rusa y los que ven las
pretensiones de Rusia, como un peligro existencial, por haber vivido ya bajo el
dominio de la Unión Soviética.
Ucrania solicita un retorno al orden mundial roto, lo que
posiblemente no sea posible por ahora, pero lo preocupante para El Salvador, es
que su actual Gobierno, ve en el modelo ruso, una justificación del
autoritarismo que ejerce y que la minería metálica, es su última esperanza de
obtener recursos, adunque destruya el hábitat del ciudadano, razón por la que
se aleja de occidente.