Por
Lic. Fernán
Camilo Álvarez Consuegra
San Salvador, 8
de diciembre de 2013.
La información
sobre los distintos procesos contra personas relacionadas con el partido ARENA,
han sido muy hábilmente dosificadas: primero, rumor; luego, denuncia
gubernamental, confirmación de fuentes externas y, por último, la fase fiscal y
judicial. Para que en buena parte de lo dicho, quede demostrado por la rigurosidad del Derecho, que lo dicho
era una mentira, pero los fines
propagandísticos se han logrado ya. Esta
forma de manipulación de la opinión pública, sigue el principio de Operaciones
Psicológicas, adaptada de Flavius Vegetius Renatus, plasmado en las Instituciones Militares de los Romanos,
en el 378 a.de c., la cual dice “El apartar a los soldados enemigos de su
lealtad y su bravura es un servicio especial; para el adversario es más dañina
la deserción que la matanza”.
Este principio es también expuesto por Sun Tzu en su obra: “El Arte de la Guerra”, en las máximas
que dice: “De esta forma, tienes que hacer desaparecer la energía de sus ejércitos
y desmoralizar a sus generales”, “Desanímalos (a los enemigos) con la
perspectiva de tu victoria, sorpréndelos” y “extiende tu influencia personal
amenazando a los adversarios, todo eso hace que las ciudades enemigas sean
vulnerables. Otorga recompensas que no estén reguladas y da órdenes
desacostumbradas”.
Las acusaciones
del Presidente Funes, de Rosalío Toches y del Fiscal Luis Martínez, han seguido
el patrón arriba expuesto, viendo la contienda política como una guerra y no,
como lo que en realidad es: sólo una consulta ciudadana sobre su futuro
Gobierno. Las posiciones políticas de estas personas, con respecto a la
corrupción y a la probidad pública, se iniciaron como investigaciones legítimas,
hasta que por fin, revelaron sus verdaderas intenciones: la de utilizar el
aparato del Estado, como arma política, hasta el grado de afirmar que el Fiscal
General de la República, es quien resguarda los intereses de quienes hoy
detentan el poder del Estado y no es resguardo del Estado mismo como
corresponde. Las acusaciones por soborno, realizadas por el Dr. Bertrand
Galindo contra el Fiscal Martínez, más el refuerzo presupuestario a la
Fiscalía, proveniente de la Partida Secreta de Casa Presidencial, y del anuncio
de la contratación de nuevos querellantes, han creado, ante la opinión pública, una confirmación de la
corrupción de las funciones del Estado y de la posición política antiliberal y
partidaria, en favor del FMLN y, aunque
no se puede probar con la rigurosidad judicial, es de presuponer que sí existe
dicha corrupción de parte del Gobierno de Funes, del Lic. Luis Martínez y de
Rosalío Toches. Además al amenazar al Dr. Bertrand Galindo con un
proceso por el delito de difamación sin realizarlo,
lejos de disipar la duda sobre la
veracidad de la acusación, la confirma el sentir popular. Y sobre todo por el
hecho de lanzar una amenaza directa por parte del Fiscal Martínez a los
analistas políticos para evitar que opinen sobre el caso CEL-ENEL. El Fiscal
General de la República rebasa sus atribuciones constitucionales al pretender
acallar la libertad de expresión, plasmada en el Art. 6 de la Constitución.
Los comentarios
surgidos de la entrevista televisiva del
Lic. Córdova, en el programa de Alfredo Mena Lagos, tratando del caso CEL-ENEL,
permiten deducir que, los abogados contratados por la Fiscalía General de la
República asesorar y entablar la demanda contra los ex funcionarios de tal autónoma,
pudiesen estar cometiendo Patrocinio Infiel, puesto que ya antes habían
representado, los intereses CEL y de los hoy acusados, defendiendo l, o sea,
las decisiones las decisiones tomadas por dichos ex funcionarios, en defensa de
los intereses del Estado, ante instancias jurisdiccionales internacionales. Esta
situación, no abona en la credibilidad
del Fiscal Martínez, ni la pureza del proceso en su Instancia Judicial; todo lo contrario, son en beneficio de las
declaraciones de Guillermo Sol Bang y de
quienes le han defendido públicamente.
Si todas estas
acciones fuesen dirigidas sólo hacia la población salvadoreña, no preocuparían
mucho, pero es el caso que también involucran a los Estados Unidos y a la República de
China (Taiwán). El Presidente Funes ha querido dar la impresión de que tiene el
apoyo personal de los Estados Unidos y de que, la actual posición de Washington, es
de apoyo total al FMLN. Sin embargo, los
hechos no son como él pretende: aunque dio al principio de su Gobierno (de
Funes) la impresión real de ese apoyo
durante la gestión de Hillary Clinton como Secretaria de Estado (2009 -2013).
Todavía Mauricio Funes, necesita mostrar
una posición de fuerza frente al FMLN, para que sus dirigentes, al finalizar su
mandato, no hagan públicos sus actos de corrupción y pretendan cobrarle la traición hacia la dirigencia de
dicho partido. El candidato de Funes, Tony Saca, ha perdido su relevancia en la campaña electoral
y se esfumado la posibilidad del relevo presidencial planeado por ambos.
También sus procederes le abren la
puerta al próximo Canciller del FMLN (si llegase a ganar) para endurecer su
posición con Taiwán, permitiendo un favorecimiento a China Popular. Le permite también la posibilidad de señalar
a ARENA como un partido político cuyo financiamiento fue ilegal y oscuro,
y esto bajo los considerandos actuales del Código Electoral, pudiendo así desvirtuar ante la opinión
pública, las acusaciones del financiamiento al FMLN, ilícito porque proviene
del ALBA, la cual es extranjera y con fines políticos transnacionales.
El documento que
supuestamente recibió el Presidente Funes, que supuestamente recibió de FinCEN (Financial Crimes Enforcement Network),
y cuyo texto ha revelado, contiene una
cláusula de reserva que va mucho más allá de meras exigencias de
confidencialidad: la ley que regula la divulgación de los datos de un informe
de operación sospechosa, es la del secreto bancario. Esta intencionada
indiscreción de Funes, pretende hacer ver a la población salvadoreña, una
posición política de los Estados Unidos, muy favorable al FMLN y contraria al
salvadoreño, que cree en la iniciativa privada. Es como un recuerdo de la
política internacional de Carter para El Salvador, la cual dio muy pésimos resultados: costó a
los Estados Unidos, el sostenimiento del país y su conflicto armado, durante la
década de los 80; y todo, por la falsa creencia que la población apoyaba a la insurgencia y
que, un gobierno alternativo como la Democracia Cristiana, aplacaría las aguas
revolucionarias del FMLN. El efecto que esta posición puede traer hoy, es la
falta de incentivo privado nacional e internacional y, en provecho del ALBA.
Pero El Salvador no es de interés primordial
de los Estados Unidos, su Gobierno se
muestra con mucha cautela diplomática y displicencia política, aunque sea manipulada su imagen por Funes, pues un
cambio brusco en su trato con El Salvador, sí pudiera precipitar acciones tendientes
a estrechar filas más rápidamente, con posiciones venezolanas, favoreciendo su
esfera geopolítica del Proyecto ALBA.
Las muestras de
solidaridad expresadas a favor de los procesados Jorge Nieto, Billy Sol y los demás
imputados y, aún del Paco Flores, y Ana
Vilma de Escobar, son posiciones poco
gratas al FMLN y a todos los acusadores, pero el apoyo que se les da, siembra
en la opinión pública la duda de la
culpabilidad, y creyendo que el Gobierno de turno tiene interés de descargar
sobre ellos la culpabilidad sobre la acusación, no por justicia sino por
venganza política.
Las Operaciones
Psicológicas realizadas por el Presidente Funes, tienen dos finalidades:
divisivas (hacia los simpatizantes de voto duro de ARENA) y cohesivas (hacia el
voto indeciso) para causar una identificación con el FMLN, por no haber sido
acusado de actos de corrupción, alejando el peligro en que le podría dañar su
pasado guerrillero. La única forma de la Derecha de contrarrestar estas
acciones, es seguir la recomendación de John Foster Dulles: “Hay
que estar dispuesto a arriesgarse por la paz, El mejor seguro contra la guerra
es estar listo y decidido a pelear”.
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