Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 24 de
febrero 2016.
El cese del conflicto
armado en El Salvador, dio fin a un derramamiento de sangre, cuyo único fin, era la disputa del
control geopolítico de América Latina. Un cese al fuego, estabilizado por una
Ley de Amnistía, sólo favoreció la reconciliación nacional y permitió que
hubiese una alternancia entre ARENA y el FMLN. Sin embargo, un grupo de juristas de izquierda,
especialmente españoles, que no vivieron nuestro conflicto, en la añoranza de
una retaliación por la derrota republicana en la Guerra Civil Española
(1936-1939) procuran revivir, en nuestras tierras latinoamericanas, los odios dejados atrás, manipulando para ello, la justicia española,
la norteamericana y la salvadoreña.
Los querellantes españoles,
han ofrecido a los familiares de los fallecidos en la Universidad
Centroamericana UCA el día 15 de noviembre de 1989, jugosas compensaciones económicas.
Hecho sucedido durante las acciones militares realizadas para contener la
ofensiva insurgente “Hasta El Tope”. Lo mismo se ha hecho en Perú, Ecuador,
Chile, Argentina, Brasil, Guatemala, Haití y Colombia. Encontraremos los mismos nombres de los
querellantes españoles y las organizaciones a las que pertenecen, en los
distintos documentos sobre violaciones a los Derechos Humanos en Latinoamérica,
destacando por hoy, la española Almudena Bernabéu, con un grupo de abogados de
Valencia y otro grupo de abogados brasileños. Aquí, a El Salvador, han venido a
presidir los Tribunales Internacionales para la Aplicación de la justicia
Restaurativa, a iniciativa del IDHUCA y de la Red de Comités de Victimas
Salvadoreñas, creado por el mismo IDHUCA.
Hoy el mismo
IDHUCA, junto a los querellantes
españoles, promueven los procesos contra militares salvadoreños, lo que implica
la continuación de la lucha revolucionaria de la Teología de la Liberación, ya
señalado como una amenaza para Latinoamérica, en el “Documento de Santa Fe I”,
creado por Roger W Fontaine, Richard Allen, Lewis Arthur Tambs, para perfilar la política Busch frente a las
amenazas en Latinoamérica. Una lucha también tratada en el capítulo “Los jesuitas
en Iberoamérica: el plan apostólico en la provincia Centroamericana”, de la obra
“Oscura Rebelión en la Iglesia”, del investigador Don Ricardo de la Cierva y al
que se le puede agregar, “Tiempos de Locura, El Salvador 1979-1981”, de Rafael
Menjívar Ochoa. La UCA y, en especial Ignacio Ellacuría no sólo se limitaron a
ser unos meros teólogos de la liberación, sino también, según libros que
explican el conflicto armado en Colombia,
lo señalan como el enlace entre la ETA y las FARC. Si leemos “Una
Oportunidad Perdida”, del Coronel Adolfo A. Majano, integrante de la Junta
Revolucionaria de Gobierno, sabemos, como Ignacio Ellacuría fue el enlace entre
los golpistas de 1979 y los insurgentes,
para que éstos últimos, no realizaran acciones que pudiesen entorpecer
el golpe de Estado, en la confianza de que,
luego de realizada la manipulación de la
juventud militar, ésta haría los cambios
sociales exigidos por la insurgencia y luego, éstos tomarían el poder.
Se realiza la manipulación
en España, cuando se cambia la tipificación del delito por la muerte de
los Jesuitas de, homicidio en nacionales (españoles) a Crimen de Lesa
Humanidad, alegando persecución social por terrorismo de Estado. Ellacuría y sus
compañeros habían renunciado a la nacionalidad española, para poder participar en la política
salvadoreña como nacionales.
Los militares salvadoreños fueron juzgados y
amnistiados aquí en El salvador. Bajo la justicia Española, se ha llevado a
cabo una instrucción penal contra los diecinueve militares, sin que se permita
escuchar a sus abogados, por establecerlo así, la ley española. Y de someterse
voluntariamente al proceso en España, implicaría que los procesados renuncian a la protección que da la Constitución Política a
sus ciudadanos, para aceptar el poder
soberano de un Tribunal extranjero, en donde las posibilidades de defensa
material son totalmente nulas. Bajo la petición de los querellantes, el Juez
español se ha pronunciado declarando la ilegitimidad del Gobierno salvadoreño y
la farsa de los procesos judiciales en El Salvador.
También se ha mostrado
sorda la justicia salvadoreña, pero no por
cuestiones de procedimiento, sino por el
peso de las teorías de la Justicia Transicional y la Justicia Restaurativa, que
ya, sin ser leyes de la República, influyen en la conciencia del juzgador, creándose
así, un limbo legal, generando nuevas víctimas del conflicto armado, por el
poder del Estado, manipulado por estas
fuerzas.
Esto reafirma el caos
jurídico - político en que vive El Salvador y persistimos en sacrificar a salvadoreños en aras de teorías e
intereses extranjeros.
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