Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
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San Salvador, 29 de
febrero 2016.
Algunos diputados y funcionarios municipales de ARENA, han
cometido desaciertos políticos, por
causa del desconocimiento de la ideología que representan o, porque a la misma,
dan poca importancia cuando valoran y sopesan sus acciones públicas; y de la
misma manera proceden, en la conducción interna de su partido.
El Diputado David Reyes
declaro, ante un medio de comunicación escrita,
que ARENA, tiene que renovarse y crear una oposición dialogante que
represente a la Izquierda y la Derecha…., también agrego, en otro noticiero,
que hay que fraccionar más el poder dentro del partido. Declaraciones que
denotan falta de conocimiento y
comprensión de la ideología que dice el Sr. Reyes, representar: antepone su
interés electoral, a sus funciones como diputado; estas declaraciones nos
permiten reflexionar sobre los errores ideológicos, con que se actúa dentro del
partido ARENA.
El primer error, es
creer que entre el capital y la masa de simpatizantes debe de haber una
completa separación; pero por el contrario, un partido político será fuerte
cuando disponga de una gran aceptación nacional, reflejada y organizada en los
diferentes sectores sociales, y
financiada por el capital: quien no posee dinero, aporta su trabajo y, quien no tiene tiempo, porque lo consume su
trabajo, aporta su dinero; pero esta es relación que debe ser cultivada recíprocamente.
No aporta el rico si en ello no ve beneficio algun y el pobre, no colaborará si
no ve representados y satisfechos sus intereses. Ambos intereses convergen
dentro de una economía fuerte y una pujante clase media, la cual está
desapareciendo en el país, debido a los desaciertos ideológicos.
La base de nuestro
sistema económico liberal, es la simbiosis de capital y fuerza laboral, por lo que deberá a uno y otra tratársele como
si fuesen una sola entidad, a no ser que se crea que es su base fundamental, la lucha de clases. Por
ello es que, la propaganda del FMLN, se dirige siempre a
señalar que ARENA defiende sólo los intereses del gran capital. Más, debe
advertirse que si se defiende al gran capital, se promueve la actividad económica de todo el Estado y es así como pueden
cubrirse las necesidades de toda la población.
Error es pensar que, un
partido político, puede ser la primera fuerza del país, en gracia a las estructuras personales creadas por sus
diputados y alcaldes con sus visiones
locales; pensar así, es condenarlo a una existencia mediocre y de supervivencia
electoral. La visión nacional, se deriva lógicamente, del quehacer de los
distintos sectores, representados socialmente, en el organigrama del partido. Si la política local prevalece, junto al interés
electoral del funcionario púbico, se pierde
el rumbo del partido y sobre todo, la perspectiva nacional.
Otro error, es creer
que puede aplicársele a un partido
político el principio de la división de poderes propio del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial. El partido político
como objetivo tiene la toma del poder del Estado, por medio de los funcionarios
electos. Si divide su poder, como si fuese el del Estado, emplea sus energías en reacomodos internos,
sin lograr sus objetivos ideológicos: lo principal para el partido es su fin, y
no, las cuotas internas de poder. De lo contrario, el partido reacciona
tardíamente ante los acontecimientos políticos nacionales, cediendo la
iniciativa a la Izquierda, con todo el peligro que esto implicaría.
Un error estratégico,
es creer que los partidos pequeños, que antes fueron aliados de ARENA, seguirán siéndolo, por amistad personal, por
antiguas relaciones partidarias o por comunidad de intereses. Tal creencia es
falsa: entre los partidos políticos existen sólo intereses coyunturales, razón
por la que debe vérseles como rivales y tratárseles
como enemigos que poseen un caudal de
votos que pueden engrosar las filas del partido propio; pero por el contrario,
se ve como enemigos a los grupos cívicos y gremiales que colaboran
electoralmente, pero que no están sujetos a las estructuras del partido. Son ellos
los aliados naturales, pues toda organización política no partidaria y toda
gremial que defienda las libertades económicas, políticas y religiosas, tienen forzosamente
que apoyar la gestión política de ARENA, porque es el único que legítimamente puede
alcanzar el poder, pero ese apoyo existirá siempre que se dé una comunidad de
valores.
Los desaciertos
ideológicos en ARENA, tienen su origen en la lucha interna por el poder del
mismo, y es lo que no le permite, capitalizando los errores y desgastes del
FMLN, llevar la iniciativa en busca de la recuperación moral, económica y
social de El Salvador.
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