Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 8 de
enero de 2017.
El alza al salario
mínimo, vigente para este año, tiene
como fin la consolidación electoral del partido gobernante; no es el reflejo de
la realidad económica del país. Esta alza,
en contraste con la imposibilidad de dar cumplimiento al alza salarial
estatal (aplicación del escalafón), ya planificada para el presente año, ha
creado un malestar social, acrecentando la inestabilidad política y produciendo impacto económico en las industrias que operan
en el punto de equilibrio; complicando aún más, la situación económica nacional. Es
primer síntoma, la exclusión de ARENA de la mesa de dialogo con el Gobierno, en
relación al presupuesto y asuntos económicos.
No será la gran
industria de servicios impactada directamente,
pero sí lo serán, el sector maquilero,
la PYME y el sector informal. El sector agrícola, tanto el cafetalero
como el cañero y lechero, serán impactados en sus producciones respectivas, ya
que éstos operan, dentro del punto de equilibrio. Aunque el sector cañero, para
compensar el alza salarial, podría solicitar un cambio en el precio interno del
azúcar que, por razones políticas, no sería autorizado, ni se permitiría una participación del productor, en
el proceso de generación de energía, El
cafetalero no tiene forma de ajustar sus costos, salvo sacrificando la renovación
del parque cafetero, pues los precios, dependen de la Bolsa de Nueva York. La
industria lechera, sólo opera en un 15% mediante procesos industriales y, un alza en
el costo de los no industrializados, por tratarse de producciones familiares de
subsistencia, pondría en riesgo la producción de derivados lácteos.
Los grupos que
encabezan el descontento contra el gobierno, pertenecen a los sindicatos
gubernamentales que no recibirán los aumentos pactados y, los que se suman los sindicatos de empresas,
que no quieren ver a sus afiliados, despedidos por causa de competitividad de
la empresa y además, los sectores que han sido afectados por el Gobierno en su
incumplimiento de pago: proveedores y sectores subsidiados. A todos, como es natural, se sumará la empresa
privada, aunque la iniciativa sea de los sindicatos, que han planteado dentro
de sus demandas, la moratoria por diez
años, de la deuda externa, lo cual provocaría
otros problemas.
Cuando en el 2001,
Adolfo Rodríguez Saa, Presidente de la Argentina, anuncio que el Estado suspenderá el pago de la deuda externa (y esos
fondos) serán utilizados para los planes de creación de fuentes de trabajo y
progreso social”, sumió a dicho país, en la mayor crisis económica de su
historia.
Tal sucedería, si
nuestro Gobierno, se fuese por tal vía, más; se está considerando primeramente, mantener la comisión que estudie
la derogatoria de la Ley de Integración Monetaria, para con ello, contener el descontento de la
empresa privada y que ésta, no se sume a lo ya planteado por los grupos de
izquierda descontentos con el Gobierno y, a los cuales, recientemente, se han
sumado: los veteranos del conflicto armado, siempre por ofrecimientos no
cumplidos por el Gobierno. El problema del FMLN es que no puede atacar
abiertamente y en conjunto, a todos estos sectores, sin sufrir negativo efecto electoral.
Entonces buscará una solución que sea compatible con sus propuestas.
El salario mínimo podría
aumentarse aún más, si hubiese planes claros de un desarrollo económico a largo
plazo, seguridad jurídica y plena libertad económica. Lo mismo que piden los
inversionistas extranjeros, solicitan los locales. No es posible un aumento
salarial, en la situación social actual: se obliga en el campo, a poner en
planilla a miembros de la mara de la zona o se limita el libre tránsito laboral,
por residir y laborar en territorios controlados por pandillas rivales.
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