Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
.
La Derecha, en su mayor
parte, conformada por católicos conservadores y practicantes de
la religión católica. Por la canonización de Monseñor Romero, la Iglesia exige que las doctrinas del nuevo
santo, sean aceptadas por toda la feligresía, lo que presenta un conflicto
espiritual, pues dichas doctrinas – expuesta en homilías y discursos – son contrarias
a la Fe tradicional y, contra el principio de libertad individual
Javier Nevascas escribe
en INFOVATICANA, el 2 de mayo del 2018, sobre la Teología de la Liberación: “es
un intento utópico y perverso de conjugar cristianismo y marxismo”. Calificación
sustentada en la Encíclica “Quod Apostolici Muneris”, de
León XIII, que califica al comunismo marxista, como “mortal enfermedad que se
infiltra por las articulaciones más íntimas de la sociedad humana, poniéndola
en peligro de muerte”. El Papa Pío XI, en la Encíclica “Divini
Redemptoris”, definió al comunismo marxista como “intrínsecamente perverso, y no se puede
admitir que colaboren con el comunismo, en terreno alguno, los que quieran
salvar de la ruina la civilización cristiana”
En
la práctica, dichos calificativos fueron vacíos, pues el XXVIII General de la
Compañía de Jesús, Padre Pedro Arrupe, hizo
dar un giro a la Compañía de
Jesús, quedando así, desechada la doctrina papal, pues se impuso el concepto de
“dar una bocanada de aire fresco a la Iglesia”.
Esto
afectó la percepción de la Fe, que es creencia viva en los hechos que vienen predicándose
por dos mil años. Hoy la idea es que la Fe debe trasladarse a luchas concretas
en el ámbito político, para que sea Fe “viva” que dé al hombre un bienestar
material, olvida completamente el fin espiritual y el propósito universal
humano que consagra el Catecismo, de conocer, amar y servir a Dios. Una lucha
de clases, es contraria al Cristianismo.
Hoy la masonería, es el centro de libertad de
pensamiento humano y, por eso, ha sido
señalada como contraria a Monseñor Romero, pues quiere encausársele revolucionariamente,
por efecto de la FE, dictada por intereses políticos, que afirman que la salvación, está en las luchas
sociales y, el pecado, es la acumulación de riqueza, sin importar su origen
(trabajo o herencia).
Los
que piden perdón públicamente, por haber escrito contra Monseñor Romero
¿renunciarán al liberalismo, por el colectivismo? ¿Dejarán de defender la
libertad y se sumarán a las organizaciones sociales revolucionarias? Creo que
no, pero con sólo considerar una actitud neutra o pasiva, que no defienda sus
valores, se carecerá de la suficiente fuerza, para oponerse al socialismo y
marxismo.
La
“Instrucción sobre algunos aspectos de la ‘Teología de la liberación” dado por
la Congregación para la Doctrina de la Fe, de 1984, será revertida en el caso
de que Monseñor Romero, sea nombrado Doctor de la Iglesia, pues tal título, marca que su doctrina, es guía
para el futuro de la Iglesia. En la actualidad, hay treinta y seis Doctores de
la Iglesia y, el último nombrado fue San Gregorio de Narek, un místico y teólogo
armenio, que murió en 1010, nombrado
Doctor, el 2015.
El
1 de julio de 1949 el Santo Oficio decretó,
en referencia a si un católico puede inscribirse o ser miembro de un partido a fin
al comunismo,: “se debía responder “no” porque el comunismo es materialista y
anticristiano y, sus jefes, aunque de palabra digan algunas veces, que ellos no
combaten la religión, sin embargo de hecho o, con la doctrina, o con las obras,
se muestran enemigos de Dios, de la verdadera religión y de la Iglesia de
Jesucristo”.
¿Seguiremos
una desviación de la Iglesia o seguiremos la voz de nuestra conciencia, guiada
por la Fe cristiana?
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