Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
La durísima nota diplomática, enviada por la
Cancillería Nicaragüense a nuestra Canciller, refleja perdida de apoyos, debido
a la inconsistencia de nuestras políticas y, la utilización mediática, de los
diferentes temas de nación, que no son resueltos: se dejan disipar por otros nuevos, de mayor
magnitud, que generan pérdida de apoyos, a la Presidencia de Bukele.
El cambio constitucional, los procesos contra la
corrupción, el aumento del salario mínimo, las restricciones a ciertas
importaciones y, la utilización del Bitcoin, en la economía salvadoreña, son medidas
todas nacidas del populismo mediático, sin calcular el efecto nacional de las
mismas.
La más grave de todas: la derogación de la
Constitución de 1983; inició de manera inconstitucional y, ante los reparos de
la mayoría de las asociaciones de Abogados y Jueces, se ha tratado de
corregirlo, en combinación de legalidad con ilegalidad: su inicio, es en Casa
Presidencial; la propuesta, luego se atribuye a un grupo consultivo y por
último, se afirma que es a propuesta de la Asamblea Legislativa, y que
finalizará con un referéndum, por la urgencia de su vigencia. Es proceso, para encubrir
la derogación de la Constitución y la aprobación, de una nueva, en base al
poder originario, sin que realmente, este exista.
Los fines de una nueva Constitución, son para poder
introducir la Democracia participativa (socialismo del siglo XXI, sin relación
geopolítica con Venezuela), encubriendo que el Estado, será el ente principal y
el individuo, estará al servicio del Estado, y no, el Estado para el individuo:
sus Derechos dependerán de las necesidades del Estado, a criterio del Gobierno.
Como consecuencia, se verá la reelección del Presidente y el mandato
revocatorio, aplicado a la oposición.
Se ha montado inmenso teatro: la persecución de los
gobiernos anteriores, sirve para probar las tesis que ha sustentado en su
propaganda electoral, Nayib Bukele: haciendo responsable de todos los males
nacionales, al bipartidismo de ARENA y el FMLN, como fundamento del sistema
democrático, el que es necesario cambiar, para evitar a futuro, males mayores.
En este sentido, las personas señaladas, ya han sido
condenadas por la opinión pública, consecuencia de años de propaganda: los
procesos en la Asamblea Legislativa, son sólo teatro para los medios, pues las
preguntas inducidas o capciosas, manipulase, para afirmar la culpabilidad o, se
usan fragmentos, para probar dicha culpabilidad por los troles. Si huyen del
país, se afirma que dicho acto, prueba su culpabilidad, bajo el concepto “el
que nada debe, nada teme” y, así son expuestos como culpables, que admiten su
culpa, por el hecho de haber salido del país.
Esta política, en los medios basada, ha atacado
también a los otros países del área: Honduras, Nicaragua y Guatemala, no solo
por el asilo de políticos, sino por acciones durante la pandemia, realizándolas
con la finalidad de expandir influencia e imagen de Bukele, en Centroamérica.
La respuesta virulenta de Nicaragua, desahoga parte de
este resentimiento, por lo que no sería raro, que viésemos agudizar nuestros
conflictos con Honduras y que aparezcan nuevos, con Guatemala.
Todo ésta política de medios, que pretende distraer de
los verdaderos hechos de corrupción, señalados diariamente, contra el Gobierno,
se estrellan invariablemente contra la realidad: el alza de los bienes y
servicios, restando apoyo al Gobierno, e iniciando cuestionamientos a su
política y, cohesionando voluntades, en derredor de los críticos. Hasta hace
unos meses, sería impensable que hubiese una manifestación en la calle o, que
pequeños empresarios, ya dudasen de la ayuda ofrecida por el Gobierno.
Bukele pierde apoyo, en la medida que base su
política, en los medios y pretenda extender su influencia por Centroamérica.
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