Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION .
El anuncio de una cuarta moneda digital en El
Salvador, la imposición de nuevas restricciones en el Triángulo Norte para los
corruptos y, consideraciones sobre un posible conflicto militar en el Golfo de
Fonseca, iniciado por Honduras, son tres factores que amenazan al presente
Gobierno: sus implicaciones, afectarían la economía nacional.
En menos de tres meses, se ha aprobado la Ley Bitcoin
y, se han anunciado las criptomonedas “Bitcoin”, “Chivo”, “Morazán” y “Colón
Dólar”, monedas sin respaldo, pero con
las que pretende el Gobierno, solventar su iliquidez: es situación tan
alarmante, que ha hecho que nuestros Bonos soberanos, pierdan la escasa
aceptación que tienen en el extranjero, salvo cuando se ofrecen a la banca
nacional y a corto plazo, porque está obligada a adquirirlos, pero que no puede
satisfacer la totalidad de las necesidades del Gobierno sin poner en riesgo, la
liquidez del sistema y, los depósitos de los cuentacorrentistas.
Las maniobras del Gobierno, dirigidas por su
corrupción y, la pretensión de digitalizar la economía, en beneficio de
compañías extranjeras afines, restará la capacidad de compra de los bienes y
servicios que necesite El Salvador y, forzará a la confiscación de los
servicios de telefonía, energía eléctrica y, cualquier otro servicio básico,
imponiendo el préstamo forzoso del ahorro de pensiones, en beneficio del
Estado.
La extrema corrupción en el Triángulo Norte, impide la
sostenibilidad de la región, forzando la emigración, que alimenta al crimen
organizado y, vulnera la frontera y seguridad de los Estados Unidos, En esta
competencia centroamericana de corrupción y autoritarismo, el Gobierno
salvadoreño, va a la cabeza, haciéndolo vulnerable al Gobierno y al país, a cualquier
desestabilización externa.
Honduras ha tenido como práctica, buscar la unidad nacional,
en base al nacionalismo, expresado en sus pretensiones territoriales. El conflicto
en la Isla Conejo, de resolverte favorable a Honduras, le abrirá el paso hacia
el Océano pacífico, con detrimento del 40% de nuestro mar territorial. Pasarían a un segundo plano, los actuales
problemas en Honduras, si hubiese conflicto con El Salvador.
Es de observar que Nicaragua, ha sido una detente en
las pretensiones expansionistas hondureñas y que hoy, nuestras relaciones con
Nicaragua, están en un punto bajo. Se ha hecho público, el conflicto entre los
mandos medios de la Fuerza Armada, por las decisiones políticas, dentro de la
misma.
Al valorar el potencial bélico de las Fuerzas Armadas,
ante un posible conflicto, débese considerar la preparación y relaciones de sus
mandos medios, con su Alto Mando y autoridades civiles, así como la
capacitación y funciones de las distintas unidades, previas a un redespliegue.
Esto podría explicar el artículo intitulado “Preparación, Guerra y Paz”,
publicado el 28 de julio en el periódico La Prensa, de Honduras, que plantea un
posible conflicto, en el Golfo de Fonseca y, la necesidad de reestructuración,
de sus efectivos.
Los señalamientos de corrupción para el Gobierno
salvadoreño, no son propicios, para obtener apoyos internacionales, en caso de
conflicto, sobre todo si éste Gobierno ha ofrecido a China, una zona de libre
comercio, en lo cual Honduras ve una amenaza a sus pretensiones soberanas,
alterando intereses regionales.
Todo indica que las acciones del Gobierno, para mantener
su popularidad, a fuerza de publicidad y populismo, son insostenibles y
amenazan desestabilizar la economía nacional. La oposición, ha desaparecido,
pues si bien ha habido algunas manifestaciones en contra, no se han
generalizado, pues Bukele, sigue agitando para mantenerse, las banderas contra
la corrupción de ARENA y el FMLN, situación que no han podido revertir dichos
partidos, pero la crisis económica, que el mismo Gobierno está creando,
obligará al aparecimiento en la oposición, de nuevos liderazgos.
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