Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
Un titular del
1/marzo/2024 dice: “El Salvador es el octavo país con más retroceso en el
índice de Libertad en la última década”. En referencia a que las nuevas
disposiciones electorales, restaban libertad de decisión política. Pero el
Régimen de Excepción, establecido permanentemente, también limita la libertad,
en un concepto general y, las políticas económicas, restringen aún más la
libertad, hasta afectar el motor económico social: la libertad de empresa o
libre iniciativa económica, lo cual es la más sensible en un sistema social.
Ante esta realidad, sólo
queda cantar un réquiem (canto que acompaña un funeral), por la libertad, en
sus tres formas: pensamiento, opinión y acción. Para ello es necesario, iniciar
con el pensamiento de Friedrich Hayek: “La planificación gubernamental haría a
la sociedad menos visible, más brutal y más despótica. El socialismo en todas
sus formas es contrario a la libertad”, frase tomada de la obra “Camino a la
servidumbre”. El Gobierno de Bukele, se presenta como liberal, favorecedor de
la gran empresa extranjera, pero restrictiva con la nacional, lo que sitúa a su
Gobierno, en una forma de socialismo.
El Régimen de Excepción,
impuesto permanentemente, restringe las libertades de expresión, deambulatoria
y de asociación. Invirtiendo la razón de la libre iniciativa, en el ser
republicano: del ejercicio de derechos, basados en el libre albedrio, a
privilegios, según la liberalidad del Gobierno. Lo que puede en un inicio, dar
una sensación de “normalidad”, cuando no lo es, y sus efectos restrictivos, se
van haciendo selectivos y progresivos, en la supresión de libertades y con
ello, a la persona, la posibilidad de decidir.
Un empresario, asegura públicamente
que la empresa Google se instalará en El Salvador, por la seguridad jurídica que
le brinda y la seguridad física, para su personal, sin embargo, el Gobierno,
asegura tal beneficio, sólo a ellos, pero no lo vemos en lo demás, pues si es
necesario mantener el Régimen de Excepción, es porque la inseguridad persiste y
si esta, sólo es un pretexto para el libre ejercicio de la fuerza, sin
responsabilidad aparente, es que vivimos en una dictadura, que da seguridad, sólo
a quien le conviene.
Sin libertad plena, se
lesiona la libertad empresarial, que en consecuencia, da el bienestar social,
pues en el Estado moderno, es la Economía, uno de los elementos de cohesión social:
el economista Ludwig von Mises escribió: los empresarios son la fuerza motriz
de la Economía. Sin derechos de propiedad ni emprendimiento, es imposible
asignar los recursos en forma eficiente. En una economía de planificación
centralizada, todas las decisiones, son arbitrarias y, no siguen criterios
económicos.
El concepto de
empresario, se aplica a toda persona que emprende una actividad económica por
libre voluntad, su emprendimiento, desarrollo o quiebra, será su responsabilidad,
pero el Estado tiene que dar las condiciones favorables para su desarrollo, las
cuales son sólo dos: paz interior y ordenamiento (estado de Derecho). Para
mantener un equilibrio social, debe de existir la subsidiariedad, o sea la asistencia
al que lo necesite, pero sin alterar la estructura del mercado, o la opinión política,
pues el asistencialismo se volvería populismo.
El orden social debe darse
por convicción y formación de la conducta del individuo, pero si se pretende imponer
por la fuerza del Estado, como sucede hoy en El Salvador, la libre voluntad desaparece,
y con ella, el bienestar.
La tendencia es “regular”,
la industria del café, la caña de azúcar, el ganado, las ventas callejeras etc.
En esa línea, tendremos los efectos de la paralización económica, de forma
permanente y el Estado, tomará para su subsistencia, lo que son del particular,
sus Derechos.
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