Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
Actualmente vive El
Salvador, un proceso de revolución, realizando, la transición de un Estado de
Derecho, a otro de Autoridad, aunque en el proyecto de la nueva Constitución,
se habla de la transición hacia un Estado de Bienestar, sin embargo, el
“bienestar”, que pretende el Estado, depende de su transformación, la cual no
es consentida ni aceptada, por la población, sino impuesta y supuesta, por la
ausencia de protestas o, mediante la falta de activación de los mecanismos
democráticos. Esta “aprobación social de cambio”, proviene de la misma voluntad
del Gobierno, obtenida mediante la intimidación y la desinformación, lo cual
crea un Estado autoritario, sin vínculo con su sociedad.
Este proceso, tiene varios
síntomas, la no participación en los procesos soberanos: elección o independencia
de las autoridades, en su ejercicio público constitucional. Un ejemplo, es la
elección de Magistrados en la cual, sólo los Abogados, y la Asamblea
Legislativa, pueden intervenir. De 50,000 abogados autorizados, se espera la
participación de entre 4,000 a 5,000, como máximo, pues los propuestos son
quienes tienen alguna relación con la misma estructura del Gobierno, por lo que
luego de las elecciones recién pasadas, se presupone que sólo los candidatos
oficialistas ganarán y éstos, apoyarán todo este proceso de transformación
social, que va de un Estado de Derecho a otro, de Autoridad absoluta.
Se basa el Estado de
Derecho, en la supremacía de la “Ley”, garantizando plena libertad, para que
cada quien alcance, según sus posibilidades y deseos, una condición de
“satisfacción”, protegido, por la subsidiariedad del Estado. En el Estado de
Bienestar, es el Estado, el que garantiza la “satisfacción individual”, basada ésta,
en la satisfacción de las necesidades sociales, pero siempre, considerando que
la autoridad originaria, reside en la voluntad del individuo, que es el
soberano. En el Estado de Autoridad, el Gobierno, decide y se legitima a sí
mismo, mediante la manipulación, desde el Gobierno, de los mecanismos
democráticos.
En el sistema de
Autoridad que se está creando, la voluntad proviene del mismo Gobierno,
manipulada por las redes sociales, en primera instancia, luego es potenciada
por otros medios de comunicación oficialistas y concretada en los procesos
políticos, pero ahogando cualquier voz discordante.
Una forma de
intimidación, es tener la mayor cárcel del mundo, con capacidad de 100,000
detenidos y para 50,000 reos más, en otras prisiones. La posibilidad de ser
encarcelado sin orden judicial, la da el Régimen de Excepción, que ya está en
su vigésima octava prórroga, cuando sólo sería permitida una prórroga, pero al
dominar el Estado, los mecanismos de contraloría, se vuelve juez y parte em todo proceso. Ya se han dado
300 decesos de reos, no investigados.
Las nuevas reformas
aplicables a Notarios y Abogados, les obliga a reportar toda actividad
económica de sus clientes, a la fiscalía general de la República y, al estar
obligados a enviar todo documento privado autenticado, a un servidor de la
Corte Suprema de Justicia, dichos documentos, que son de naturaleza privada,
pasan a ser públicos, y a disposición del Estado.
Estas reformas invierten
el concepto de presunción de inocencia, convirtiendo como “sospechosa”, hasta
no probar lo contrario, toda actividad. La propuesta de cambiar la legislación
bancaria, para convertir al sistema en una “banca de inversión”, es para que el
Estado, pueda dirigir la inversión privada, por medio de la banca comercial y,
tomar fondos de ésta, para la “inversión pública”. Imponiendo las reglas, a
favor del Estado, para el control social, identificándose el interés del
Gobierno, con el del Estado.
La fusión de las
distintas entidades destinadas a garantizar las pensiones, permitiría el
control de los fondos por el Estado y, la dependencia del pensionado, a lo
reglamentado por el Estado, sin garantía de sus derechos adquiridos, pues todo
derecho, depende de la garantía que le da el Estado, por la vigencia de la Ley,
pero esto desaparece, cuando el Estado, es quien crea la Ley, a su voluntad, y
es quien va a decidir dicha controversia, creándose un Estado autoritario.
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