DOS NUEVAS TESIS INTERNACIONALES
Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓNACCION
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 14 de agosto de 2024.
La crisis en Venezuela, ha asentado dos tesis
jurídico-política, claramente definidas: 1) No se puede utilizar el Derecho
Penal, para limitar los Derechos Individuales. 2) Tiene que demostrarse el
sustento de la voluntad popular, para reconocer a un Gobierno. Esas dos tesis se
pueden aplicar en El Salvador, como consecuencia de la corriente de
antiautoritarismo latinoamericano, que puede generarse, luego de los
acontecimientos en Venezuela.
Estas dos tesis, derivanse de dos principios universales
del Derecho Internacional: 1) el Derecho a la autodeterminación de los pueblos
y 2) la importancia de los Derechos Humanos, como fin universal del hombre.
Ambos principios, modernamente reconocidos por las distintas declaraciones
hechas, a partir de las resoluciones de Naciones Unidas.
Los cambios mencionados, obedecen a la utilización del
Derecho Penal, como medio de control social, cuando el Derecho, en su
aplicación moderna, es para evitar un daño a la sociedad y reeducar al
individuo. El exceso en la utilización del Derecho Penal, para corregir
cualquier problema social, ya no es aceptado y los señalamientos dan inicio con
múltiples denuncias de violaciones al debido proceso, en las diligencias
penales.
Estas situaciones se está dando en El Salvador, pues la
individualización, esencia del Derecho Penal, no puede darse en un juicio de
2,047 reos. En Venezuela, el Derecho Penal, se ha utilizado para el control
social de la oposición. En ambos casos, el Estado, no puede ejercer
coercibilidad, contra sus propios ciudadanos, pues la conducta antisocial,
necesita: 1) ser individualizada y 2) ser sometida a la aplicación de los
principios del debido proceso o de las garantías procesales; pues debe de haber
una proporcionalidad entre el delito y la pena. La transgresión a la norma,
debe ser plenamente probada, en un juicio con garantías procesales.
La auto determinación de los pueblos, es respetada por el
concierto internacional, a partir del anuncio de las autoridades legítimamente
constituidas; pero si hay duda en la legitimidad o imparcialidad de las mismas,
su credibilidad decae y si no se valida con el recuento de votos, esa
legitimidad, queda en duda y no se reconoce. En el caso de Venezuela, hay una
clara manifestación de la oposición, que supera la capacidad de contención
social del oficialismo.
En las elecciones pasadas, Nayíb Bukele, claramente rompió
la Constitución, para su reelección se basó, en el proceso electoral; pero la
oposición, al no poder demostrar y convencer a la opinión internacional, del fraude
efectuado, no se cuestiono el triunfo de Bukele. Pese a que la oposición, no
tuvo acceso a la fase inicial del escrutinio, ni a participar en las juntas
receptoras de votos o acceso a las actas. El abstencionismo, favoreció a Bukele,
pues su campaña publicitaria, proclamó que el 94% dela población, aceptaba su
mandato, lo que permitió internacionalmente, que no hubiera duda sobre su
legitimidad.
Este cambio, viene luego que el régimen chavista, ha roto
diferentes pactos políticos internacionales (Barbados y Catar) en la que se
aseguraba las realizaciones de elecciones libres, y fuera evidente, la participación
delictiva del Gobierno venezolano.
Las capturas en el exterior, de mareros y narcotraficantes,
deja en evidencia la participación delictiva del Gobierno salvadoreño y si éste
disuelve la Asamblea Legislativa, para cortar el vinculo delictivo entre
Diputados y miembros del Órgano Ejecutivo, generará un efecto muy parecido al
que hoy recae en Venezuela.
Existe una gran similitud entre los regímenes de El
Salvador y Venezuela, pues ambos son dictaduras, que se encuentran en
diferentes etapas de evolución política. En El Salvador, se promueve el autoritarismo
y la desaparición de garantías individuales, como la forma perfecta de
Gobierno, en Venezuela, es modelo agotado.
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