Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
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San Salvador, 8 de
septiembre de 2016.
Tres son los elementos
necesarios para la subsistencia de la
corrupción estatal, que burla los controles de la institucionalidad
democrática: 1) la pérdida generalizada de los valores morales y cívicos, 2)
que a la política estatal, sirva la
corrupción y 3) que el poder estatal corrupto, esté protegido por la
conveniencia de intereses geopolíticos. De la sumatoria de estas tres condiciones,
son ejemplos Mauricio Funes y Dilma Rousseff.
En una sociedad, la
existencia de generalizada corrupción, débese a la pérdida
de los valores religiosos, morales y
cívicos. Dicha corrupción es la que permite, dentro del Estado, un estándar de
vida superior a las posibilidades normales de una sociedad ética. Dicho
estándar de vida, no puede existir fuera de la estructura del poder estatal,
pues en tal caso, la suprimirían los controles propios del Estado. Cuando la
estructura corrupta, proviene del Estado – caso de Mauricio Funes o de Dilma
Rousseff – el Estado mismo, es el que la protege, evitando la justicia o,
minimizando sus efectos.
De dicha protección, es
ejemplo el asilo político concedido a Mauricio Funes, que se ha materializado,
por los intereses geopolíticos regionales entre el FMLN y el FSLN. Es relación
que se remonta en el área, desde finales de la Guerra Fría. El FSLN da a Funes
lo que el FMLN no puede ya darle en El
Salvador. Es necesario para el FMLN, que no se conozca judicialmente, la
generalizada corrupción del Gobierno de Funes: primero porque daña la imagen
del partido en su militancia, ahora cuando se le está pidiendo austeridad y
sacrificio económico; segundo, porque el presente Gobierno nació del Gobierno
de Funes y tanto el Presidente Sánchez Cerén, como la mayoría de sus Ministros,
fueron partícipes de dicho Gobierno y naturalmente, también de la corrupción
estatal.
El 19/5/2016, la Revista
electrónica Sputnik, reproduce un artículo de la Revista austriaca “Contra Magazín”,
en donde, analizando el proceso contra Dilma Rousseff, cita al Viceministro de
Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, qque dijo: "Percibimos una nueva
intensificación de la política exterior estadounidense, en esta área, vemos
intentos de interferir en los asuntos internos de un gran número de Estados de la
región"…… “Según el diplomático, Argentina, Brasil y Venezuela son solo
algunos de los ejemplos más evidentes. "
La destitución de Dilma
Rousseff, por falsear las cifras
oficiales de la economía brasileña, (también hecho por Saca, Funes y Sánchez Cerén)
fue posible por la pérdida del apoyo político
de su Gobierno, al descubrirse la
corrupción generalizada en las empresas estatales, originada desde el principio del Gobierno de
Lula, persiste bajo la administración de
Rousseff, llega hasta el Gobierno
de Mauricio Funes y a todos los países del Socialismo del Siglo
XXI en tal grado que, los mismos miembros del PT, votaron
contra ella. Su defensa, no sólo la hacen algunos socialistas brasileños, sino también los intereses Rusos en el área y, en la medida
en que éstos cobren fuerza en Latinoamérica, defenderán a sus aliados naturales: los
socialistas latinoamericanos, protegidos
en su corrupción, por los intereses geopolíticos a que sirven.
En el caso de Mauricio
Funes, su retorno a El Salvador sólo podrá ser impulsado por la protesta de la
sociedad salvadoreña, exigiendo moralidad en la gestión gubernamental y, por la
oposición nicaragüense, que tiene hoy, nuevo argumento contra Daniel Ortega.
Si Cesar Augusto
Sandino y Farabundo Martí reviviesen, condenarían a los partidos FSLN y FMLN, por proteger a quien, abusando
del poder, hizo uso del dinero del Estado para enriquecerse, pues la lucha de
aquellos revolucionarios precisamente
fué, contra el abuso del poder del Estado para beneficio personal.
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