Los acuerdos finales
del Foro de Sao Paolo, recientemente
llevado a cabo en Managua, obligan a
ciertas preguntas sobre la vida política de nuestro país, pues se nos está advirtiendo claramente, sobre el
plan de hacer de El Salvador un Estado totalitario, y mientras los salvadoreños, seguimos aún el juego
democrático, basado en los Acuerdos de Paz de 1992.
El Foro de Sao
Paulo, ha planteado para El Salvador, la
toma del poder absoluto, mediante el control de la Sala de lo Constitucional, de
la Fuerza Armada y de la manipulación de los medios de comunicación. Son tres pretendidos
controles, que riñen con la Constitución, en cuanto a la libertad de expresión,
el debido proceso y, la apoliticidad de la Fuerza Armada. Todo cuanto garantiza
la existencia del pluralismo político y, la división efectiva de los poderes
del Estado.
Lo propuesto lleva a la
primera pregunta: ¿Declara que su objetivo es el desaparecimiento de hecho, de la división y contraloría de
poderes? Al parecer, así es, pues se
están actualmente, ejecutando acciones que redundan en la manipulación de las
elecciones para Magistrados de la Sala
de lo Constitucional y la Sala de lo Civil, además de fomentar la corrupción
gubernamental, para que obstaculice la efectiva división de poderes.
La segunda pregunta es:
¿Está la existencia de la Fuerza Armada, condicionada a su lealtad política? Al
parecer así es; pues su estructura
presente, ha desnaturalizado sus fines y
objetivos constitucionales, puesto que han
permitido el abandono territorial, en manos de las pandillas, lo cual ha inducido
a la corrupción de la oficialidad y desmoralización de la tropa.
La tercera pregunta es
¿controlarán el espectro comunicacional del país, para dar una versión única de la realidad
nacional? Al parecer todo va en dicho sentido,
pues dentro de pocos meses, controlarán más del 66% del espectro
radioeléctrico, con comunicación comunitaria manejada por el FMLN y por el Gobierno. Ya hay proyectos de ley para
restringir la libre comunicación en las redes sociales y disminuir la
importación de papel, mediante maniobras impositivas y aduaneras además, de las
estructuras de troles, que ya han afectado a los principales medios de
comunicación escrita.
Estas acciones, tienden a un estado de autoritarismo e
ilegalidad permanente, aunque se
mantengan las instituciones estatales. Es propósito de los países del
Socialismo del Siglo XXI, mantener la formalidad institucional, pero bajo su control. Si se pierde la máxima
contraloría, en los recursos de inconstitucionalidad y amparo, se puede ejercer
la fuerza de una manera discrecional, por parte de la PNC y la Fuerza Armada (de
forma activa o pasiva), de cualquier otra institución gubernamental y muy
difícilmente, serían efectivas las voces disidentes, si son controlados los
medios de comunicación.
También se ha anunciado
la utilización del mecanismo constituyente en El Salvador, para modificar la
responsabilidad del funcionario público y utilizarlo políticamente, contra la
oposición y además, cambiar la
estructuración económica del país. Estos cambios, tenderían a la limitación de
la actividad privada, en beneficio de los intereses del Estado. Estas
propuestas no son nuevas, pero dichos
planes se basan en la consideración de que la oposición, no tiene capacidad para ejercer una resistencia
coordinada, pues los intereses
particulares de cada grupo, son freno que detiene una respuesta conjunta y así, bastará que los objetivos pretendidos, sean
ejecutados en secuencia y no, como un todo.
En Venezuela, se ha pasado
a un siguiente estadio: crear estructuras ad hoc y, nuestro Gobierno le apoya. Nuestro destino
sería una dictadura semejante a la venezolana si la oposición no se une y
trabaja fuerte y en conjunto.
Estas preguntas jamas tendran una respuesta sincsra. Pero vale la pena divulgarlas masivamente para que la población despiere de su letargo, de su indiferencia, de su falta de interes en lo que nos espera ante tanta pasividad.
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