Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
La responsabilidad al ser
oposición, recae sobre el partido político que es primera fuerza parlamentaria
y no está, en el Ejecutivo: ARENA es el responsable de ser la oposición
política. En lo particular, los intereses gremiales recaen sobre ANEP, FUSADES, Cámara de Comercio y ASI.
No se ha visto por el
momento, ninguna oposición ideológica, por parte de ARENA; más bien, éste reacciona cuando la mala
gestión gubernamental desborda y toca ya, muy sensiblemente, amplios sectores
nacionales. ARENA, lejos de dar soluciones prácticas, basadas en conceptos ideológicos, negocia, y termina cediendo a las
pretensiones gubernamentales.
Un ejemplo de tal ambigua
posición, es esta afirmación: “En ARENA estamos dispuestos a ponernos de
acuerdo con el presupuesto, pero no hay que financiar más de lo necesario. El
país está suficientemente endeudado.” Lo dicho, pretendiendo mostrar una
posición firme, deja entrever que, al final, terminarán cediendo y luego será
justificado afirmando: “por el bien de los salvadoreños…”. Esta ambigua posición, generalizada en ARENA, es causa de que en este año, la opinión sobre
dicho partido, se haya deteriorado en las redes sociales, revelando una baja en los comentarios, sobre
la posición del partido como oposición política y también, sobre los temas
referentes a sus candidaturas internas.
Parece que el doble rol,
de funcionarios públicos y, miembros en la dirección de ARENA, influye en dicha
falta de oposición, pues si bien se
realiza un trabajo partidario, dentro de las bases del partido, no se hace
ninguno como oposición política,
pretendiendo mantener una buena relación con el partido gobernante, en
la Asamblea Legislativa y en los Consejos Municipales.
Si no cambia la
posición de ARENA, volviéndose propositiva y crítica a las posiciones del
Ejecutivo contra la iniciativa privada y sí favorable, al cambio constitucional
hacia la Democracia Participativa, no se
creará la plataforma adecuada, para la conveniente campaña electoral, pues la gestión de los candidatos, para el
2018, girará dentro de los votantes cada
vez más desilusionados de la oferta electoral que, ya no garantizará visión ideológica alguna, sino preferencias
personales, sin favorecer la política nacional. Más bien inducirá a que
cada candidato, vea a los de su mismo partido, como sus rivales, siendo que los
verdaderos contrincantes, son los de los partidos contrarios.
Frente a la amenaza de
Nayib Bukele, el FMLN está radicalizando su posición política y no será sólo como
discurso electoral; cumplirá lo ofrecido, y hará mayores restricciones a la
iniciativa privada. Al resolverse el conflicto Bukele –FMLN, el giro hacia la
Izquierda será más rápido.
ARENA parece no estar consciente
de la amenazante nueva realidad electoral. El anuncio de la renuncia de Johnny
Wright Sol y, su ingreso a otro instituto político, pasadas las elecciones del
2018, es el preludio del fraccionamiento de la Derecha, hacia una tendencia no
liberal, sino libertaria; es decir sea basado en la libre empresa, pero con
destrucción moral del liberalismo y, sin capacidad de oposición hacia la izquierda, en el proceso de socialización. El populismo
libertario, facilitará el proceso hacia la Democracia Participativa.
Si ARENA no ejerce
oposición política férrea o verdadera, allanará el camino al populismo y, llevará a
la Derecha salvadoreña al fraccionamiento y apatía electoral: no será una
campaña de spot, jingles publicitarios, y memes, los que harán recuperar a ARENA la
confianza perdida, sino la defensa firme e inquebrantable, de los principios y
valores liberales.
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