Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
En un artículo publicado
en LPG, basado en la investigación de Carlos Gregorio López Bernal, se denigra
la imagen y el patriotismo del Capitán General Gerardo Barrios, tildándolo de
corrupto, al igual que los funcionarios actuales. Han defendido su honor y
memoria, más de treinta organizaciones sociales y cívicas y hoy, 7 de
septiembre de 2018, se realizará, en la
plaza Capitán Gerardo Barrios en San Salvador, un acto para desagraviar su
memoria; sin embargo, conviene aclarar
la razón, de dicho ataque: la transculturización.
El término nace de la
antropología, creado por el cubano Fernando Ortiz en 1940, con el cual explica
que, los elementos de una cultura, pueden ser
substituidos por los de otra, efectuándose una transculturización; dicho
fenómeno puede efectuarse naturalmente, o inducido, con fines políticos de
largo plazo.
Años antes, el comunista italiano,
Antonio Gramsci, había creado el término
“Hegemonía Cultural” y con éste, desarrolló la teoría de “Hegemonía /
bloque hegemónico”, que atribuye un papel central, a la relación infraestructura
(fuerzas de producción y, relaciones sociales de producción) con la
superestructura (“ideología”: sistemas de ideas, doctrinas y creencias de una
sociedad), a partir del concepto de “bloque hegemónico”; en cuanto esta
relación se cambia, cámbiese también sin advertirlo, el sustento de la política
cotidiana.
La sociedad salvadoreña
es liberal y se basa en dicha doctrina, la organización política y económica de su
Estado, constituido así, desde el Gobierno del Capitán General Gerardo Barrios,
fusilado en su lucha contra los conservadores. En la política del Capitán
General Gerardo Barrios, encarnó el espíritu unionista de Morazán y, el de
independencia de nuestros próceres. Igualarlo a los políticos corruptos de hoy,
es destruir el ideal nacionalista que nos defiende contra los propósitos
de la izquierda: la transculturización,
para que la sociedad olvide las virtudes cívicas y, adopte la complacencia
actual; sería destruir la “superestructura”,
que sustenta el diario quehacer de libertad. Si eso faltase, no habría ideal
que se opusiese al marxismo / socialismo.
Si el individuo carece de
firmes valores nacionales, las teorías marxistas se apoderan fácilmente de su
mente y alma y, fácilmente es posible que se efectúe la “transculturización”;
este proceso no se da sólo en El Salvador, que existen ejemplos en México y
España.
En México se asegura que
los “niños héroes” de la batalla de Chapultepec (1847), no fueron héroes, sino
soldados borracho o reos escapados del Castillo y, que Juan Escutia se cayó
envuelto en la bandera por ebrio y, niegan su calidad de cadetes. También se
pone en duda el patriotismo de Don Benito Juárez.
La transculturización está
permitiendo destruir en España, todo
símbolo del franquismo: hasta derribar la estatua del General José Millán
Astray y Terreros: su nombre, fue borrado por el Ayuntamiento de Madrid pero,
posteriormente, el 30 de agosto de 2018, fue obligado por el Juez 7° de lo
Contencioso Administrativo, a restituirlo. Se pretende también, exhumar los
restos del Generalísimo Francisco Franco Baamonde, extrayéndolo del Valle de
los Caídos, todo para crear una nueva “memoria histórica”.
Hoy se ha quitado la misa
dominical de la televisión Española, para destruir el sustento del nacionalismo
católico y potenciar el localismo que provocará al separatismo. En El Salvador,
ha habido intentos de revivir la cultura negra e indígena, para crear
conflictos ya resueltos por el mestizaje, las leyes y las costumbres.
En la Universidad de El
Salvador, en cuya entrada están las imágenes de Melida Anaya Montes, Monseñor
Romero y Farabundo Martí, símbolos de la revolución salvadoreña, Carlos
Gregorio López Beltrán, ha encontrado inspiración, para denigrar al Capitán General Gerardo Barrios; como efecto de ”transculturización” con fines
políticos.
Buen enfoque. Campanazo para continuar defendiendo a nuestra patria.
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