Por
Lic. Fernán
Camilo Álvarez Consuegra
La
pretensión inicial de China, era una zona autónoma en la costa, de 5,000 kms2,
lo que siendo inconstitucional, se
cambió por la figura de proyecto de “Ley De La Zona Económica Especial De La
Región Sur Oriental de El Salvador”, solicitándola, antes del rompimiento con
Taiwán. La extensión hoy propuesta, abarca poco más de 2,000 kms2, la cual debe
desarrollarse previamente, para cumplir
los fines propuestos. Este proyecto, presenta cinco problemas conceptuales, que
no traerán beneficio ni sustentabilidad: crearán un inmenso endeudamiento como
el de Venezuela, Sri Lanka o los países africanos.
Los problemas
son: 1) control absoluto del Ejecutivo, 2) exclusión de nacionales, 3) desarrollo previo de la zona, 4) insostenibilidad a mediano
plazo 5) La zona económica, abarcará, la zona costera, permitiendo la
explotación de los recursos marinos y del gas natural, lo que no es típico, de
una zona maquilera.
Aunque se
incluya la participación de dos alcaldes, el ejecutivo tendrá pleno control de
todo proyecto. Por lo que, en algún momento, todo podría ir contra la autonomía
administrativa municipal, garantizada por la Constitución. La experiencia
hondureña nos enseña que, es necesario un desarrollo previo, no contemplado aún en el proyecto de ZEE y, el cual tendría que costearse con deuda; el mantenimiento de dicha
infraestructura, no sería sostenible en el tiempo, pues si cada empresa, aporta
el 3% de su inversión para desarrollo, al llegar al límite de inversionistas,
en una suerte de pirámide, sólo será sostenido
por los impuestos de nacionales en la zona y, no tendrían capacidad para sostener la infraestructura
creada, especialmente la que esté bajo responsabilidad de las municipalidades: sería
necesario aumentar los impuestos a los salvadoreños en el área y, las
actividades excluidas de beneficios fiscales, como la caña, se verían
perjudicadas.
El sistema
esta creado para un endeudamiento progresivo e insostenible a largo plazo. El
desarrollo de la zona, fue planteado a Taiwán a un costo de 27,000 millones de
dólares. China ofrece comprar la deuda
nacional, la cual llega a casi 20,000 millones de dólares y financiar el
desarrollo del área.
El
presidente chino, Xi Jinping, anunció un nuevo paquete de financiación (60,000)
millones) en el discurso inaugural del Foro de Cooperación China-África (FOCAC)
en Pekín, para buscar el desarrollo, del continente africano; sin embargo,
igual política ha sido desarrollada en Venezuela, que le debe hoy, 70,000
millones, ahora Nicolás Maduro está renegociando su deuda, pues Venezuela no
puede pagarla y, dará como pago, la administración de sus pozos petroleros. De esta manera Sri Lanka,
ha perdido un puerto y África, perderá
sus recursos naturales.
Se nos
ofrece negocios a corto plazo y, satisfacer las necesidades de la zona, pero a
un costo mucho mayor, a largo plazo, pues las actividades económicas, no
relacionadas con la actividad China, tendrán un perjuicio económico.
Nueva
Zelanda fue el primer país desarrollado, en subscribir un TLC con China; hoy, está
preocupado por la facultad que, a las empresas chinas, da el acuerdo de llevar
a juicio al gobierno de Nueva Zelanda,
caso que este, decidiese restringir, de cualquier modo, el comercio y
las inversiones chinas, por motivos asociados a los derechos laborales, las
normas ambientales, de salud y las desventajas en que han caído los productores
agrícolas neozelandeses. Se han presentado ya, problemas medioambientales y de
salud pública y, de competividad agropecuaria. Varias empresas han cerrado por causa
de su asocio con empresas Chinas.
La prometida
bonanza será ilusoria; sólo asegurará el
neo colonialismo Chino. ¿Con qué pagaremos? Con nuestro gas natural, nuestros
recursos marinos y mineros. Y el desmedro de nuestra industria azucarera. ¿no
seremos entonces una colonia?
Siempre es necesario un desconfiado. Hay que tener cuidado, algo traman esos chinos, se les nota en la mirada.
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