Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
El transfuguismo, violenta el principio de la representación y, está prohibido por la ley; no obstante,
Nayib Bukele, según declaraciones de dirigentes del PCN, publicadas en La
Prensa Gráfica, está sobornando a las estructuras más pobres de dicho partido,
obteniendo su apoyo político; presenta, dicho proceder, escenario de neo-trasfuguismo,
no sancionado por la ley, pero sí, por los partidos políticos; de sancionarse,
obligaría a la expulsión del partido, pero sin anular el cargo público
ostentado, lo cual daría al tránsfuga, la ficción de tener, de quien le ha pagado, formal representación
política.
Si el PCN, ha denunciado
la compra de sus afilados con cargo
público, es de suponer que lo mismo se ha hecho con los afiliados del PDC y de
ARENA. El caso de Julio Henríquez Medina, concejal de la Alcaldía de Ilopango, quien ha dado públicamente su apoyo a Nayib Bukele, afirmando en el periódico digital UtimaHora.sv, que se ha
pasado a Nuevas Ideas. No importa el motivo de su decisión, ha sido por convicción o dinero, pues está
ejerciendo un cargo público con intereses contrarios al partido que lo eligió: el
dilema practico es ¿Qué línea política seguirá?, seguramente no, la de los
electores.
El cambiar de línea
política, es normal y, la ley no regula
la decisión de la voluntad humana; sin embargo, haciendo una analogía, podríamos
compararla con la compra de un voto, en el día de las elecciones, derivando de
allí, una tipo de fraude electoral, aún
no regulado por la Ley, pero sí, por la ética.
Según el Art. 104 lit. d,
de los Estatutos de ARENA, dicho
Concejal, pierde su afiliación al partido; esto, si se le llevase ante el
Tribunal de 1ª Instancia, pero no, el de funcionario propuesto por el partido,
así podría proclamarse, como el primer Concejal de Nuevas Ideas, sin haber sido
aún sometido a elecciones. Razón por la que,
aplicar este Art. sería de hecho, facilitar y avalar el transfuguismo. La única
manera de evitar más deserciones, es aplicar una “suspensión de los derechos
del partido”, inhabilitándolo, para pasar a otro partido, manteniendo la
estabilidad en público, pues de hecho,
esa persona, hará todo lo posible por favorecer a quien le ha ofrecido algún beneficio
político o dadiva.
El rumor político dice que,
para asegurar la candidatura de Bukele en GANA, cada uno de los diputados de dicho partido,
fue favorecido con $ 30,000, en un plan
orquestado desde Casa Presidencial y, financiado desde la estructura oculta de
Saca, pues solo ha sido encontrado un
10% de lo defraudado al Estado.
El hecho de cada diputado,
de su aval para que Nayib Bukele ingrese a su partido, no es delito, ni lo es, la intriga política, ni usar el dinero que fue
defraudado al Estado, si éste, no ha sido señalado como tal, por la Fiscalía
General de la República; sin embargo, sí dice que el sistema político, está
podrido y corrupto, sin que se cumpla el fin de conducción del país.
Nayib Bukele, ha
desmentido la acusación de haber sobornado a funcionario alguno, sin embargo
¿es para el público en general creíble dicha afirmación? La votación de febrero
del 2019, lo dirá.
La población percibe que
en la vida política, está privando el interés de poder, para que los funcionarios
públicos se lucren, pues “invierten” en la política, para que ésta, les reditué aún más.
Ya no es la política para
defender sus intereses económicos, pero sí, para adquirir directamente un
bienestar económico, mediante el latrocinio de los bienes públicos; ese, es el
mensaje que nos han dejado Tony Saca, Mauricio Funes y hoy Nayib Bukele.
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