Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Hugo Martínez y Nayib Bukele han proclamado, como realizaciones
políticas, los valores del FMLN
guerrillero, teniendo a Schafik Hándal, como su ideal político. Aunque en sus campañas
hay objetivos diferentes, representan dos caras de la misma izquierda que llevó
al país a la guerra, según ellos inconclusa y, cuyos efectos sobre ARENA, han
sido propiciar una implosión, que dejará a la mayoría del electorado
conservador, sin una representación política.
La implosión es un fenómeno físico: describe el hundimiento y rotura
hacia dentro de las paredes de una estructura, cuya presión es inferior a la
del exterior. En este caso, ilustra el fenómeno que están induciendo los
estrategas de la izquierda, en ARENA al cual ésta, no sabe enfrentar, pues en
la búsqueda de nuevos nichos políticos, ha abandonado su fuerza natural, el conservadurismo político, creyendo que éste, le será siempre fiel. Al perder
dicho sustento, obliga a la cúpula y a su sector financista, a fortalecer su
estructura organizativa, dependiente de
las estructuras de sus diputados y alcaldes y no, de los sectores. En la medida en que la organización
partidaria se fortalece, se debilitan sus sustentos: las estructuras repelen al
votante conservador, produciéndose efecto opuesto, al que se pretenden.
Para la cúpula del FMLN, es indiferente que gane Martínez o Bukele, pues
ambos le aseguran su impunidad, tanto como criminales de guerra, como
defraudadores del Estado. La campaña de Martínez, tiende a consolidar el poder dentro del FMLN, permitiendo
que el ala “renovadora”, tome protagonismo y, deja que Bukele, arrastre a GANA y a la disidencia
del FMLN, en consolidación política de
la Izquierda.
Las acciones de dichos dos
candidatos, han obligado a ARENA a girar hacia el “progresismo libertario”
(aborto, aceptación de los homosexuales y mareros), en la seguridad de que sus votos, podrán darles el triunfo
electoral. Sin embargo, ha habido alejamiento de los valores conservadores,
apartando a muchos de sus votantes, en
un fenómeno de “implosión”, el cual ha generado, por la necesidad de
concentración de poder: esto se ha manifestado en dos fenómenos clave: la elección
del presente COENA y, la elección de Carlos Calleja.
En ambos eventos, túvose que forzar
sus triunfos, a costa de descontentos políticos, ahondados luego y, aún no superados,
y que obligó a un endurecimiento de las estructuras, que perdieron su relación
con el votante. Forzar la
“democratización” de los partidos políticos, desde la Sala de lo Constitucional,
fue una de las causas de este fenómeno.
La santificación de Monseñor Romero, obliga a ARENA a alejarse del Mayor
Roberto D’Aubuisson, debido al “progresismo religioso”, pero al mismo tiempo,
sin darse cuenta, se aleja de los valores conservadores que inspiraron al
fundador de ARENA. Prueba de ello, es que el inicio de campaña se hará en El Salvador
del Mundo, frente a la estatua de Monseñor Romero y no, en Izalco, ciudad
mártir en 1932 y donde se puso fin al
alzamiento comunista.
Todas las encuestas señalan la alianza de Carlos Calleja dentro de un 20% de aceptación del voto efectivo, y no crece; existe sin embargo un 51% de conservadores con voto indeciso.
Putin y Trump, como otros líderes
actuales, han comprendido que el sector conservador es aún determinante y, lo
han explotado en su beneficio.
Si ARENA se volviese a los valores tradicionales, pudiera remontarse
sobre las preferencias de Nayib Bukele; de no hacerlo, dejará sin representación
política a la mayoría de los salvadoreños conservadores. No es un giro hacia el
populismo o, hacia una “derecha más social”, la que salvará al país, sino los
valores liberales y cristianos que nos hicieron soberanos e independientes.
Asi como el fmln ha profundizado sus mentiras al grado que todos son inocentes y hasta un santo tienen arena debe fortalecer la imagen de mi Mayor que es la piedra angular
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