Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
El documento “COMO HACER DESAPARECER MIL MILLONES DE
DÓLARES”, cuyo autor es el analista y consultor internacional norteamericano,
Douglas Farah, bajo responsabilidad de IBI Consultants, LLC, en septiembre de
2020, que circula en internet, induce a la reflexión, sobre la relación de un
Estado, en el concierto de naciones, cuando al margen, de su legitimación
interna, sufre una forma delincuencial.
La intención criminal (Mens Rea), permite al sistema
penal, diferenciar entre alguien que delinquió, sin tener intención de cometer delito
y, alguien que intencionalmente, lo cometió. Puede esto, aplicarse al Gobierno salvadoreño:
el crimen organizado que actúa dentro de
él lo hace ¿por infiltración o, porque es del Gobierno, su nueva naturaleza? ¿cómo,
en tal caso, reaccionará con el tiempo, la sociedad que votó por el
oficialismo? Su anhelo era lo opuesto y,
tal relación criminal ¿cómo afectará la economía, de manera subyacente?
Señala el documento, la relación existente entre la
estructura criminal de Alba Petróleos, con José Luis Merino, Nayib Bukele, Enrique
Rais y otros funcionarios, en una trama delincuencial internacional, que abarca
El Salvador, Nicaragua, Venezuela y otros países, con grupos terroristas de
otros Estados (FARC y ETA), formando una red internacional delictiva, que
incluye terrorismo.
La primera pregunta es: ¿trátase de un grupo
delincuencial, infiltrado en el Gobierno o, su extensión y poder de decisión, cambiará
la estructura del Gobierno? La acumulación absoluta de poder, otorgado el
domingo pasado, al destruir los pesos y contrapesos, favorece el gobierno absoluto,
prevalece la infiltración y, vuelve al Gobierno, una entidad delictiva.
Este documento de inteligencia, filtrado a la
sociedad, no debe ser ignorado por la inteligencia policial o militar de El
Salvador; sobre todo si los señalamientos de Estados Unidos, van contra la
corrupción y el crimen organizado, que la protege. También existe preocupación
en otros Estados que sufren tales males, pero los combaten, pues dañan sus
economías y, el orden jurídico (soberanía) nacional.
Las investigaciones del periódico El Faro y otros medios,
son coincidentes con el documento arriba mencionado y se complementan, pues se
puede hacer la relación de esa red criminal con las extorsiones y homicidios generalizados
en el país, siendo la sociedad salvadoreña, una víctima más, sin posibilidad de
que las autoridades, tengan interés en combatirlas, pues ellas mismas, son
parte de la red criminal.
La pregunta es ¿Qué pasará cuando la sociedad esté
consciente de que vive bajo un Gobierno controlado por la intención criminal
(Mens Rea) y su economía e inseguridad empeoren? Para evitarlo, el presente
Gobierno creará distractores: iniciando persecución sobre antiguos opositores
políticos y, dando la impresión, de que la economía mejora, siendo todo lo
contrario.
El resentimiento dio a Bukele el poder absoluto y él,
teniendo conciencia de la naturaleza de su Gobierno, reconoce públicamente, que
es autoritarismo. Cuando la sociedad, adquiera consciencia de la nueva
naturaleza del Gobierno, puede voltearse y, al no existir los mecanismos de
cambio político: partidos o alternancia sin obstáculos, puede darse un
estallido social o, una emigración masiva, como ha sucedido en Venezuela.
Por ello, es importante que haya con prontitud, reactivación
económica, aprovechando la liquidez financiera, pero si el Gobierno aumenta los
controles sobre la economía o, sobre la población, en pretensión de una
economía dirigida o, iniciando expropiaciones selectivas, la recuperación económica,
no existirá.
La ayuda extranjera en tal sentido, también se verá
limitada, no será fluida, pues esta, va en razón de la reciprocidad
internacional y, la conveniencia geopolítica.
El salvadoreño debe de prestar atención a su economía individual,
que se ve perjudicada por el crimen organizado, siendo un lastre, para la democracia
y el bienestar social.
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