Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
Los Derechos Humanos y el autoritarismo, son nuevo
frente de batalla, de la diplomacia y la política internacional, creado por la
invasión de Rusia a Ucrania: lucha ideológica, cuyas ondas, están llegando ya a
El Salvador, con la petición de Estados Unidos de frenar, lo antes posible, el
Régimen de Excepción, evitando violaciones a los Derechos Humanos. Por tal
razón, débense examinar, con detenimiento, los sucesos, tanto en Rusia como en
El Salvador, poniendo atención, a la relación del Gobierno salvadoreño, con los
fondos de inversión de Rusia.
La invasión rusa a Ucrania, explica razones
geopolíticas y geoestratégicas, que no son válidas en el mundo globalizado
actual. Pensar, en la dimensión de Rusia de la época zarista, cuando su defensa
se basaba, en el aislamiento y, la extensión de su territorio, que permitía ante
cualquier invasión. defensa activa de gran profundidad o, basar su defensa en
el equilibrio nuclear, de un mundo que gravita entre dos polos geopolíticos,
provocando guerras de alcance limitado, en sus áreas de influencia (como sucedió
en Guatemala, El Salvador y Nicaragua), hasta la caída de la Unión Soviética.
La anacrónica concepción política rusa, ha llevado a
ésta a guerra, que rompe con los principios del Derecho Internacional moderno,
provocando un retroceso en los Derechos Humanos. Esta situación, ha avivado la
presente corriente, de Derechos Humanos, que afectará a todos aquellos
Gobiernos que tengan, o que deseen estrechar lazos con Putin, sobre todo, si su
alejamiento de las políticas occidentales, va por el camino del totalitarismo y
violación de Derechos Humanos.
La visita de Bukele al Medio Oriente, tuvo como una de
sus finalidades, adquirir financiamiento ruso y del mundo árabe (petrolero)
para sus proyectos, pero las sanciones económicas a Rusia, que alcanzan sus
fondos de inversión propios y conjuntos, han sido congeladas: seguramente han
generado también, inconvenientes, en la emisión y compra de los “Bonos Volcán”
y, en algún otro proyecto, ofrecido anteriormente, como tema de campaña y de
propaganda de inversión extranjera, lo que ya no se menciona.
Los Derechos Humanos, siempre han sido tema político
de la izquierda: complica a la izquierda que apoya a Bukele, en su mayoría
compuesta por personas relacionadas con ALBAPETROLEOS, la fracción rebelde de
las FARC y otros grupos terroristas, según lo publicado, en las obras e
investigaciones del Teniente Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
(colombiano) y, más recientemente, del periodista norteamericano Douglas Farah,
quien también, en su oportunidad, alertó de las consecuencias de un pacto del
presente Gobierno, con las pandillas. Todo esto complica la posición del
Gobierno, en dos frentes: con sus allegados y con la fracción de la izquierda,
que no lo apoya, aglutinado en un sector del FMLN.
Por lo que es posible, que el señalamiento de Estados
Unidos, sea el principio de una mayor presión, incrementada por la izquierda
internacional, lo cual recaerá, sobre el sector de izquierda oficialista, que
es el que verdaderamente, sostiene al Gobierno. Las sanciones internacionales,
encaminadas a la persecución del crimen organizado, recaerán sobre otro grupo
que sostiene al Gobierno: el crimen organizado.
Por estas razones, debemos estar atentos a los
acontecimientos en Rusia: cuyas ondas impactarán, nuestra política. Las
sanciones por Derechos Humanos o, la presión que pueda ejercer el crimen
organizado, sobre la economía y la política, tendrán espacios de maniobra cada
vez más reducidos y no será con aislamiento, represión o, la supresión de los
medios de comunicación, que desaparecerán sus efectos: el ambiente político,
será más polarizado, con perjuicio de la calidad de vida del salvadoreño.
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