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domingo, 18 de enero de 2015

SECUELAS DE LOS ACUERDOS DE PAZ DE 1992


Por     
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 18 de enero de 2015.

Los Acuerdos de Paz de 1992, fueron resultado inevitable del desmantelamiento del teatro de operaciones en Centroamérica y el Caribe, de la guerra Fría. La violencia que se vive hoy en el país, tiene su origen en definitiva, en los acuerdos de paz que  legitimaron un nuevo sistema político que entregó al vaivén eleccionario, el destino de los dos sistemas económicos en pugna durante el conflicto armado y al cual, habíase dado fin sin que se plantease la reconstrucción, del tejido social y económico.

La continuidad del conflicto armado fue insostenible,  por falta de recursos externos, pero dejó intactas, a ambas fuerzas, lo que dio como resultado, un orden constitucional nuevo,  el cual, si bien fue promulgado con las formalidades de ley, obedeció a la voluntad constituyente de las fuerzas creadoras de ese nuevo orden: los Acuerdos de Paz de 1992 y, por lo tanto, las  instituciones creadas (Consejo Nacional de la Judicatura y Procuraduría de los Derechos Humanos)  sujeción del poder militar al mando civil, desarme del FMLN, su institución como partido político y las leyes de amnistía, poseen un rango pétreo,  por haber sido parte de la plataforma de la refundación del Estado de El Salvador, aunque no estén incluidos en la Constitución, y lo cual, debe  mantenerse incólume, durante el tiempo en que los antiguos actores del conflicto, ejerzan directamente el poder, hasta su relevo generacional.

Los Acuerdos de Paz crearon un clima jurídico y una filosofía de pensamiento  que, en todo lo posible,  alejaba la situación de  coacción, por parte del Estado, y cual tuvo por obligada  consecuencia, la disolución de los Cuerpos de Seguridad (Guardia Nacional, Policía Nacional, Policía de Hacienda y Policía de Aduanas),  además de una drástica disminución de la Fuerza Armada (Jefaturas, Oficialidad y Tropa), todo lo cual, a la larga, generó mayores inconvenientes de los que los que hubiese causado, la permanencia, bajo el mando civil. En términos prácticos, destruyó la autoridad del Estado  que garantizaba el cumplimiento de la ley  y,  confiándose en que el individuo por su sola voluntad acataría las normas de sociabilidad, por sobre sus necesidades e instintos básicos, no adquiridos dentro del seno familiar.

La situación expuesta, generó un cambio en el ejercicio de la política práctica: se estableció la compra de voluntades, mediante la dádiva, de objetos y beneficios durante el período de campaña u ofrecimientos para el funcionario, luego de que hubiese sido electo; método que permite mantener una correlación favorable para la gobernabilidad del Ejecutivo; y que ha sido ejercido por quien logró llegar a dicha posición política. Esta forma de obtener el favor del ciudadano, distinta de la coacción electoral de los tiempos del conflicto armado, ha hecho posible que gobiernen  los más capaces de ejercer la corrupción y que vean en el cargo público, una relación de inversión en dádivas al electorado, en relación con lo que potencialmente puede redituarle el cargo público, lo cual prueba la pobreza  y necesidad de la mayoría de los electores que venden su voto, por láminas, paquetes de alimentos, útiles escolares o zapatos etc. Total, la voluntad popular se resume en una pregunta al candidato: ¿Qué te vas a dar?

En palabras de Dagoberto Gutiérrez, políticamente la forma de pensar del FMLN ha sido de “Guerra social”, después de los Acuerdos de Paz. Muy diferente ha sido la forma de pensar de los opositores al FMLN, que vieron en el fin del conflicto armado  el principio de la reconstrucción económica, sobre bases estrictamente liberales, por lo que las estructuras de poder militar de la época del conflicto, así como los políticos antagónicos al  FMLN, perdieron relevancia y en consecuencia, creyendo que ya no había lucha, descuidaron la enseñanza de las bondades del sistema económico liberal y abandonaron a su suerte a aquellos militares (Jefes, Oficiales y Tropa) que defendieron la institucionalidad del país y su sistema de libertades.

La gran beneficiada con los Acuerdos de Paz, ha sido parte de la cúpula militar del FMLN y gran perdidosos, quienes conformaron la FAES, pues muy pocos lograron terminar su carrera profesional dentro de la misma institución que les creo. Además, la insatisfacción entre veteranos e insurgentes, por el incumplimiento de los beneficios económicos como desmovilizados, y que hasta hoy son reclamados,  sólo dándoles esperanzas, con cada nuevo censo ordenado por el Ejecutivo: 55,000 para la FAES y 16,000 para la insurgencia.

La emigración iniciada durante el conflicto armado, no se detiene, pues la destrucción del tejido productivo nacional, nunca se pudo recuperar, y ha sucedido lo mismo con el tejido social, lo que, aunado a la falta de coercibilidad, por parte de la PNC y ineficacia de las demás instituciones en derredor de la administración de justicia, han generado un clima de violencia, comparable con los años más cruentos del conflicto armado, pero sin que hoy exista una fuerza capaz de oponérsele.


La insistencia de los grupos de izquierda, de exigir una retaliación por las acciones de guerra, previas a los Acuerdos de Paz, no abona al cumplimiento de los mismos, como tampoco a la búsqueda de un cambio en el modelo económico, que conlleve el cambio en el sistema político, pues los Acuerdos de Paz pusieron un alto en el conflicto y la lucha ideológica, para que la siguiente generación, decidiera su futuro, lo que aún no ha sucedido, pues la misma que participó en el conflicto armado, son quienes ejercen hoy, el poder.

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