Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
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San Salvador, 20 de
agosto de 2016.
El destino de ARENA y
de la oposición política, estará muy pronto, en manos de Mauricio Interiano, de
Edwin Zamora o de Hugo Barrera, y siendo iguales sus objetivos, quien sea
electo, importará poco. Momentáneamente, la opinión del partido estará dividida
entre estos tres candidatos, pasada la
elección, el partido deberá unirse, en derredor del nuevo COENA, salvo algunas
excepciones, como siempre ha sucedido. Importante es que ARENA sea oposición
política sólida, activa y propositiva. Su balance de poder interno debe ser,
más o menos, igualitario, sin preeminencia del poder de los Diputados y sin el
poder acumulado, que resulta de los dobles cargos.
La estrategia de “a
mínima confrontación, mínimo desgaste”, ha dejado a la ANEP a FUSADES y a
Aliados por la Democracia, el peso de la oposición política, lo cual perfila la
imagen de una pérdida de valor político de ARENA, que se traduce en disminución de colaboración
económica al partido. Para su militancia, el hecho de carecer de la estructura
de comunicación permanente, dentro del partido, permite dejar, en manos de las
Directivas Departamentales, esta importante función, de tal manera que, dichas
directivas se dedican más a promocionarse a sí mismas que a promocionar al partido
viendo únicamente los problemas locales (de las catorce Directivas
Departamentales, once son presididas por Diputados).
La oposición ejercida
por los Diputados en la Asamblea Legislativa débese al normal desempeño de sus
funciones pero, limitada por los acuerdos de gobernabilidad, los que
frecuentemente, sólo les trae beneficios personales y sin favorecer, ni al
partido ni a la nación. La función del COENA y de la Comisión Política, es
trazar las grandes líneas del partido, basándose en su ideología: el
liberalismo. Parece, sin embargo, que tal línea no existe o que, ante los
problemas dentro de ARENA, se ha difuminado. De allí la necesidad de un
liderazgo fuerte, con clara conciencia de los fines que persigue su ideología,
conjugados con los intereses de cada uno de los diferentes sectores, que
necesitan de libertad para su existencia.
Lo que debe de
preocuparnos hoy, es la posible alianza con GANA: su acercamiento a ARENA se
debe a que, a su extinción lo arrastra el costo político de su amplia relación
con el FMLN – relación que le permitió jugosos frutos económicos – dicho costo político le obliga hoy, a cambiar
de estrategia y buscar un acercamiento con ARENA. Una alianza en tal sentido,
pudiera traernos beneficio electoral, más también, contaminación de los valores éticos e ideológicos del
partido.
ARENA no ganará las elecciones por el sólo desgaste del FMLN
y por los señalamientos que la empresa privada haya hecho de las políticas de
tal partido: necesita una oposición fuerte y la capacidad de ser flexible, para
poder negociar con las distintas fuerzas del país, pero inflexible, en temas
ideológicos que pongan en riesgo, alguna o alguna de las libertades del sistema
liberal.
A cada uno de los candidatos
es posible, hacer objeciones de carácter,
trayectoria o de pensamiento político, no obstante, su elección saldrá
del pleno del partido: más de veintisiete mil afiliados e imperativo es que las autoridades actuales del partido,
reconozcan y acepten la voluntad de su mayoría. Luego, será responsabilidad será
del triunfador, mantener la unidad y línea del partido, sin olvidar que éste,
sólo con el apoyo de su militancia tendrá peso político y que, sin el
financiamiento de los colaboradores, no será posible el funcionamiento del
partido. Esto no es sólo por aspectos ideológicos sino por la estructura de las
distintas fuerzas políticas producto del liberalismo.
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