El artículo “La Derecha
y el Mundo Militar”, de Fernando Athauby, publicado en Chile hace algunos
años, permite reflexionar sobre el pensamiento
militar actual y el de antaño, en su influencia social y en su relación
presente, con la Derecha. Profundizando dicha comparación, descubrimos lo
beneficioso que fue el militarismo y la
causa de la fragmentación actual de la
Derecha, como grupo opositor a la izquierda gobernante.
Desde los años 50 a
80, la Derecha confiaba en que, la
influencia del comunismo, aunque aquí penetrase, no daría ningún fruto: La
Constitución de 1950, estableció una estructura jurídica moderna y de progresismo
social, pero se tenía como seguro, la
estructura militar y su doctrina, que nos guardó de la influencia del comunismo
soviético, manteniéndonos en una evolución social, ajena a la Guerra Fría y, dentro
de un sistema de libertades El conflicto armado, debemos verlo, como la
activación del seguro constitucional, contra la penetración ideológica y
geopolítica del comunismo. Y este fenómeno,
fue repetitivo, en toda Latinoamérica.
Con la firma de los
Acuerdos de Paz de 1992, se sacrificó la estructura militar, pero la formación
de orden, respeto a las instituciones, rechazo al comunismo y, a cualquier
forma socialista, siguió pesando en la
conciencia nacional, gracias a la formación dada en los cuarteles y en la
instrucción pública, antes de la reforma educativa de 1969. Fue inercia que duró hasta el período del Presidente
Francisco Flores, cuando fue necesario
comprar a los diputados del FMLN, para lograr la gobernabilidad, pero que llevó
al desplazamiento y fraccionamiento de ARENA, en el siguiente período
presidencial.
El ciudadano nace, vive
y muere en un sistema que le ofrece la posibilidad del goce de todas las
comodidades, pero no está consciente de que
eso es posible sólo por que vive, dentro de las bondades del liberalismo. Se
preocupa hoy, por lo que le falta en el sistema: seguridad, trabajo y poder
adquisitivo. No ve lo que le permite el sistema, sino culpa a éste, de lo que
carece, porque así se le plantean hoy.
La corrupción de los
funcionarios públicos, ha creado el desinterés en la política. Hoy las
estructuras partidarias están conformadas por los allegados del funcionario y,
el ciudadano común, desprecia la corrupción de los políticos, por lo cual no quiere involucrarse en las intrigas de
poder partidario, que no le benefician y
desatienden los problemas nacionales.
Sin la influencia del
militarismo y con un sistema educativo que no educa cívicamente, la Derecha es
una masa sin motivación y lo es más aún, cuando sus representantes se enfrascan
en luchas fratricidas. Algunos piensan que de romperse el orden constitucional,
por el Gobierno del FMLN, o ante un mayor control territorial de las pandillas,
podría la Fuerza Armada, ser la
salvación: vana ilusión, fue la misma Derecha, que no sólo descarto a la
oficialidad y tropa que le sirvieron en el pasado conflicto armado, sino alentó
un cambio doctrinario en la Fuerza Armada y,
el presente Gobierno, ha ideologizado
a ésta, para que le sirva políticamente
y tolere a las pandillas.
Hoy, la Derecha se debate en una pugna que va más
allá de grupos de poder. Lo que está en juego, es la escala de valores que
regirá a la Derecha en el Futuro: liberales o libertarismo. Esto conlleva temas
sobre la libertad sexual, droga, subsidiariedad etc, y la forma de cómo
enfrentaremos a la izquierda.
La división de la
Derecha, pone en peligro nuestro futuro
electoral y con ello, la estabilidad del país. Damos pie a que sea la izquierda
la que nos diga qué hacer y, ponemos en manos de ella, nuestro futuro.
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