Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
José María Tojeira
expresa, en un extenso artículo, sus opiniones sobre la elección interna de
ARENA: hace muy notorias las fortunas personales de ambos candidatos y concluye,
que el fin que persiguen, es su mayor enriquecimiento personal. Su disgusto,
tan enfáticamente expresado, tiene base en los deseos políticos, por los que la
UCA ha trabajado durante muchos años; Tojeira ha sido representante de dicha
universidad y, por consiguiente, afea y
rechaza todo acto o suceso que pudiese frustrar sus anhelos. Es natural que
este político no pueda considerar los
desaciertos de la UCA.
Desde mediados de los
años 70´s la UCA ha cometido tres grandes errores conceptuales: Primero, creer
que la izquierda, es la solución a nuestros males sociales; segundo, creer que
por medio de la conspiración política, basada en la preparación académica, se generará
el cambio social por ellos deseado y tercero, creer en la teología de la liberación
como visión correcta del cristianismo y que
en ella se fundirán la conspiración, la
política y la religión.
Esta ha sido la teoría,
pero veamos la práctica: en la UCA, se instruyó a la mayoría de los militares que dieron el
golpe del 15 de octubre de 1979; y fue allí también, en donde instruían
ideológicamente, a miembros de la
insurgencia, pretendiendo manipular separadamente, aquellas dos fuerzas, lo
cual permitió que fuera promovido Ramón
Mayorga Quirós como miembro de la primera Junta Revolucionaria de Gobierno;
puede afirmarse pues, que la UCA fue Gobierno entre el 15 de octubre y el 28 de diciembre de 1979 y que perdió el
poder, porque trató de desestabilizar a la Junta, para que los insurgentes
ingresaran, en substitución de la Guardia Nacional, la Policía de Hacienda y la
Policía Nacional, además que se removiesen de sus cargos, a todos los militares
con rango de coronel o superior, pero la Democracia Cristiana entró en el
juego, echando a perder todos sus proyectos.
Uno de los efectos menos
visibles de dicho Gobierno, fue el
descontento con las políticas del Gobierno de Sudáfrica, que desemboco en el
secuestro de su embajador en El Salvador, Archibald Gardner Dunn y el inmediato
rompimiento de relaciones diplomáticas con su país, para procurar desligarse de las obligaciones
del Estado de El Salvador y, potenciar la imagen internacional de las FPL.
Durante todo el conflicto
armado, fue claro el apoyo político de la UCA a la izquierda, muy
particularmente en noviembre de 1989. Puede observarse que los procesos que se
llevan contra militares en El Salvador, todos promovidos por la UCA, son contra
la juventud militar de 1979, pretendiendo ocultar los errores políticos
mediante la anulación de la credibilidad de los involucrados que pueden afirmar
la participación política conspirativa en la que intervino la UCA.
La presión ejercida sobre
Monseñor Romero y otros sacerdotes para promover la lucha social como expresión
revolucionaria del cristianismo, sólo favoreció la expansión del evangelismo en
El Salvador, pues el cristiano común no
busca ser mártir de la revolución, solo quiere un consuelo diario en su fe cristiana.
Ahora la UCA conspira contra sus antiguos protegidos, las FPL y favorece otras
fuerzas.
En sus comentarios contra
ARENA, José María Tojeira sólo expresa la frustración de más de cuarenta años de políticas y conspiraciones fallidas y la existencia de
personas que creen que la libre empresa es la visión correcta de la sociedad,
pues sólo en libertad, puede crearse la
legítima riqueza que en su accionar, favorece a individuos, grupos y a la
población en general. Las conspiraciones fallidas de la UCA y la ira de José
María Tojeira son prueba de su error en la apreciación social y religiosa.
La UCA debería limitarce a su rol educativo, el cual está en decaída por su desgaste político y social esa Universidad estaría mejor sin José Maria Trojeira y todos sus adeptos y que aún creen en esa Teología de la Liberación, la cual ha demostrado ser una corriente de pensamiento fallido, obsoleto y vulnera la Iglesia Católica.
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