Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
Virus que ha causado más estragos que el coronavirus, es
la incertidumbre, cuyos estragos es necesario evaluar, para poder reconstruir
el país. No debe continuar controversia del Ejecutivo, contra el Legislativo y
Judicial, que utiliza como arma política, el sistema de contraloría democrática,
mientras el país se destruye.
La cuarentena termina hoy, a las 12:00 P.M., no
sabemos si será de golpe o, paulatinamente. Claro queda, que el poder de
insurrección de los seguidores de Nayib Bukele, era infundado, sólo creado por
sus troles, para asustar a la oposición y, crear la expectativa de fuerza, para
el dominio de las instituciones del Estado. Por primera vez, sus troles han sido
superados por los tuits de personas reales y hasta las encuestas, pagadas por
el mismo Ejecutivo, han revelado que la aceptación de Nayib Bukele, va a la
baja, anulando la tendencia, creada por sus troles, artificialmente.
La Asamblea Legislativa ha debido decretar dos Leyes
iguales, para que el Presidente concrete el proceso de formación de Ley, de una
de ellas y, crear una normativa para progresivamente, salir de la cuarentena,
según lo solicitado por el Ministerio de Salud, posición, primero consensada y
luego cambiada, por Bukele.
El alto empresariado, convocado por el Embajador de
los Estados Unidos, para acordar la apertura económica, el 6 de junio, fue
utilizado, para crear una imagen de acercamiento de los Estados Unidos y el
empresariado, hacia la persona de Bukele, en rechazo a la ANEP y otras
asociaciones, pero fueron burlados, pues sus acuerdos sólo sirvieron para crear
una fotografía y hacer que las acciones de los opositores, fueran
obstaculizadas en sus pretensiones de preservar la institucionalidad.
Para que esta manipulación no continúe, es necesario
que se deduzcan las responsabilidades derivadas de ella, pues cada acción
violatoria de los Derechos Individuales, debe ser castigada conforme lo manda
la Ley, para evitar que el abuso de poder, realizado al amparo de una pandemia,
no continúe o se repita.
Si el Ministro de Defensa, su Estado Mayor, el
Director de la PNC, Ministro de Salud y los Alcaldes, son autores materiales
del cierre y confinamiento forzoso de los habitantes, en clara violación a la
Constitución, deben ser juzgados. Y si todos ellos, fueron instigados para
seguir órdenes del Presidente Bukele, es él, quien debe de retornar al país a
la normalidad, evitando la confrontación entre órganos del Estado. Si esta
actitud persistiese, sería necesario un antejuicio, para que Nayib Bukele,
fuese juzgado, asumiendo su cargo, el vicepresidente, Félix Ulloa.
La substitución de Bukele, no eliminaría el problema
de fondo, que es el desprestigio de los partidos políticos y de los
funcionarios nombrados por ellos y si insisten, en ser reelectos, tendremos un
abstencionismo aún mayor, que en las presidenciales pasadas.
Las banderas blancas han disminuido sólo con la supresión
de los cercos policiales, pues permiten que las personas puedan ganarse la vida
de la forma más humilde: comercio informal de alimentos, pero eso no garantiza
la estabilidad y desarrollo nacional. Es necesario evitar la fuga de cerebros,
que puede darse, si no se encuentran empleos adecuados para ellos, también es
necesario recobrar la confianza en la estabilidad nacional, que es la que
genera la inversión. Muy difícil será, mientras el país continúe en el Estado
presidencialista que pretende Bukele, manejándolo como si fuese un califato o
hacienda personal.
La acusada inestabilidad de Nayib Bukele en los
últimos días, debe analizarse, pues él es parte del proceso de formación de Ley
y el Gobierno, no puede ocultar la información sobre lo ocurrido sobre la
pandemia: El Salvador, es de todos y todos conformamos El Salvador.
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