Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
No es para combatir la pandemia, que el Gobierno
necesita de una cuarentena de 15 días, con supresión de garantías
constitucionales. Es para su estrategia de consolidación de poder y no, para
evitar el contagio de la pandemia. Su estrategia es: 1) mostrarse víctima del
sistema, 2) mostrarse como protector del pueblo, 3) los “mismos de siempre” son
los enemigos de la sociedad, 4) los controles económicos, son obstáculo del
bienestar público. Todo un mensaje para sus partidarios, creando lealtad ciega
y obtención de los fondos necesarios para su campaña.
Esta estrategia, derivase de los principios
insurreccionales marxista. El FMLN tiene claro las acciones de Bukele, mas no
así, ARENA, pues mantiene un pensamiento electoral y pocos entienden estas
estrategias. Esto obliga a las gremiales y sociedad civil, a una seria reflexión,
pues lo que se disputa hoy, es la supervivencia del sistema democrático, no
como una mera abstracción, sino como la vida tradicional del país.
Bukele ha fracasado repetidamente, al procurar
destruir la institucionalidad del país, desde febrero, con su intento de
suplantar a la Asamblea Legislativa, por medio de la militarización de la
misma, luego, trato de que Walter Araujo se la tomara con el “pueblo” y, sus
troles amenazaron con violencia en las calles. Fracaso dos veces más, haciendo
un llamado a los sindicatos; sin embargo, la primera vez lo evitó, la conciencia
institucional de algunos jefes militares, que se negaron a seguir sus órdenes:
ya fueron destituidos.
El tratar de tomar el poder, interpretando la
constitución a su favor, desde su posición de Presidente de la República, lo
impidió la Corte Suprema de Justicia, mediante la Sala de lo Constitucional,
por lo que, dentro de esa estrategia, era no sancionar el Decreto legislativo
661, que le permite combatir la pandemia, pero no, el uso discrecional e
irrestricto de fondos públicos, ni le permite probar que el sistema es un obstáculo
para el bienestar social, lo que debe ser sostenido, por el “poder popular”:
fuente de soberanía.
Esta estrategia se deriva de los principios
insurreccionales y doctrinarios del marxismo, razón por la que el FMLN, lo
entiende claramente, mientras que, en ARENA, son pocos los que lo comprenden y
otros que, apoyando claramente a Bukele, votarán por su propuesta, así como los
que creen que el “pueblo” desea la supresión de sus derechos, en favor del
Estado, votarán por más cuarentena, pensando no en la pandemia, sino en una
tendencia electoral.
La disposición irrestricta de fondos, que pretende
Bukele, es para satisfacer las necesidades electorales de su maquinaria
política, pues estamos viendo que los funcionarios que pretenden ser candidatos,
tienen libertad para realizar corrupción, con el dinero público, para sus
propias campañas y las de Nuevas Ideas.
Hay que tener presente, que Bukele, participa
electoralmente de varias formas: Nuevas Ideas, CD, GANA, con algunos diputados
del PCN, ARENA y algunos independientes, pues la ideología, como base del
partidismo, no existe, al igual que lo fue con Perón en Argentina, Hugo Chávez
en Venezuela y Castro en Cuba, en sus inicios.
La oposición debe entender que la pretensión de Bukele,
es cambiar el sistema político; hasta hoy, el sistema ha sido suficientemente
fuerte, para contenerlo (activando los mecanismos de contraloría) pero no podrá
continuar así indefinidamente: el sistema terminará siendo dominado.
Las acciones de denuncia de su corrupción en el
Gobierno, deben persistir y, sobre todo, someter a juicio cada una de sus
acciones ilegales y delictivas, en las cuales se han cometido abusos de
autoridad y sus allegados, que cometan delitos o infracción a la ley, deberán
ser castigados, de lo contrario, será quebrado, el sistema actual.
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