Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
El Gobierno ha prestado por ley, a las AFP, $ 6,300
millones: busca no pagar y, disponer de lo que aún queda, de los aportes de los
trabajadores, de allí, su intención de nacionalizar, esto es el inicio, seguirán
bancos, empresas de electricidad y telefonía. Se vale del sentimentalismo
básico, sobrepasando la razón y la realidad nacional. Para subsistir como
nación, la sociedad debe unirse; dejo claro, en su discurso del 31/5/2020 que
el Estado es él, lo conforma y, utilizará para sus fines, los patrimonios
privados.
El 52% (prestado al Gobierno) del dinero de los
ahorrantes, rinde apenas el 1.5% (factor de devaluación) y ya se presentó una
propuesta, para que el Gobierno pague el lucro cesante de su préstamo (devuelva
a los trabajadores, lo no pagado) e incrementar su pensión en un 30%. Ese
dinero está hoy, en riesgo, pues la nacionalización significará confiscación de
sus ahorros, a cada uno de los cotizantes, que recibirá una promesa, sin
fundamento posible.
La insistencia de que los servicios no deben de ser
pagados es, para debilitar financieramente a las empresas y, crear la
imposibilidad de pago de los abonados, para justificar la nacionalización de
dichos servicios. Los bancos son fuente de financiamiento, por el ahorro
captado y ayer 30, dejó claro, que echará mano de donde haya dinero, para sus planes
de inversión, que serán, no para las personas, sino para sus contrataciones.
La intención de declarar moratoria en los pagos a los
colegios y universidades, es para forzar que, por utilidad pública, pasen al Estado,
para una educación centralizada, como ya lo anunció Bukele, durante su campaña.
Para ello apelará a la emoción y al principio: “la política es percepción”, manipulándola,
aunque la realidad y necesidades, sean muy distintas.
La Izquierda lo entiende bien y proclama: “el pueblo
unido, jamás será vencido”, considerando que el número de sus partidarios, debe
ser, mayor que el del contrario. La Derecha
se basa en el individualismo, pero cuando considera que sus intereses individuales
están en riesgo, o hay una causa y riego común, se une y los enemigos,
secundario y terciario, se unen contra el primario.
Hoy el patrimonio individual, en derechos o
propiedades está en juego, el respeto a las instituciones está en juego y el
FMLN, luego de los Acuerdos de Paz, silenció los fusiles, se sometió a las
reglas del juego y gano las elecciones; luego las perdió y entregó el poder.
Hoy todos los que vivimos el pasado conflicto debemos unirnos en un frente
común para salvar lo construido en 1992 y, los jóvenes, deben unirse, para
salvar su futuro, en el que ellos decidan sobre sus personas.
Una mayor moratoria a los alquileres y las deudas
bancarias (el banco es un intermediario financiero) pondrá en riesgo la
recuperación de los créditos, por falta de liquidez en el sistema y, provocaría
por populismo, un nuevo decreto 207 de la Reforma Agraria, que permitió a
FINATA, la expropiación de tierras para “beneficio del aparcero” y, en muchos
casos, aún no se les han entregado sus escrituras y las deudas generadas, por
los créditos políticos, aun son carga de FOSAFI
El interés o bien común, está siendo amenazado y, parece
que Nayib Bukele, usa a sus aliados internacionales para hacer un Estado presidencialista,
en el cual, el Órgano Judicial y la Asamblea legislativa, sólo sean una forma o
proceso para concretar sus deseos, sin límite constitucional. La realización de
este proyecto, dependerá de los salvadoreños y, por ahora, sólo existen dos
bandos: quien apoya a Bukele y quien defiende la Constitución y su sistema
democrático y republicano.
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