Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
Parece librar el Ejecutivo, carrera contra el tiempo: su
aceptación internacional ha decaído, amenazando su propaganda interna. Si no
logra el control absoluto de la Asamblea Legislativa y con ello, el dominio de
las demás instituciones públicas, la institucionalidad hará reos de él y sus
allegados, por estafa a la economía del Estado. Si logra cumplir sus objetivos,
salvándose de tal destino, la economía nacional, dará inequívocos síntomas de
su quiebra, debiendo entonces, crearse nuevos distractores sociales y,
responsabilizar a otros, de sus errores y, necesitando controlar a la
población, por medio de la represión, ya legalizada.
El cortometraje “9F El Retorno de los Fusiles” muestra
cómo, los acontecimientos del 9 de febrero en El Salvador, fueron provocados
como derivación de la insatisfacción, por el servicio de agua, hasta degenerar
en un creciente autoritarismo. De igual manera sucedió en Francia, con los
Chalecos Amarillos (por el alza del combustible), con Indignados, en España (por
insatisfacción con los partidos políticos) y, los movimientos revolucionarios
en Chile que hoy, luego de una protesta por el alza en el pasaje, han derivado
en la propuesta de una nueva Constitución y, la abolición de las estructuras,
que le han dado estabilidad, desde el Gobierno de Augusto Pinochet. De igual
manera, surgió la Primavera Árabe.
Por esta razón y, lo inorgánico del movimiento de
Bukele, debemos analizar éste, desde la perspectiva de los Movimientos
Revolucionarios Disipados. Actualmente,
lleva una carrera contra el tiempo, para su consolidación interna, pues no es
posible sostener el presente régimen, sin que todo el Ejecutivo sea enjuiciado
por corrupción, según señalamientos internacionales y de la Corte de Cuenta de
la República. Los mecanismos internos, apegados al Estado de Derecho, son lentos
y, el Ejecutivo, lo está aprovechando.
Por parte de Nuevas Ideas, la falta de candidatos
conocidos, hace imposible que éstos, derroten por si solos, las estructuras de
los partidos tradicionales; en consecuencia, la imagen de cada uno de ellos, está
acompañada por la imagen de Bukele, portando la Banda Presidencial, en señal de
su poder, advirtiendo que dicho candidato, cuenta con la fuerza del Gobierno,
por medio de sus instituciones y de la Fuerza Armada. Tal advertencia, no sólo pone
en desventaja electoral, a los otros candidatos, sino que destruye la base del
sistema democrático y republicano.
Es imposible sostener el gasto gubernamental presente,
con el PIB actual, lo que hace que la clase productiva, tenga en perspectiva un
decrecimiento económico y, una mayor tributación, sin que se vean los
resultados, en beneficio público. Si esta mayoría productiva y reflexiva, no
concurre a las urnas, será superada por una mayoría populista, que tiene como
objetivo, el asistencialismo. Y esta es razón, por la cual Bukele, sus Troles y
Nuevas Ideas, golpean a los partidos tradicionales, para evitar así, que
capitalicen ese tipo de voto y, que prevalezca el voto populista, que espera el
asistencialismo estatal.
El desafortunado viaje de Bukele a Estados Unidos, tuvo
como objetivo que no fuese recibido, para probar a sus seguidores, que Estados
Unidos, ya no es un socio confiable. Si hubiese sido recibido, las fotografías
tomadas con funcionarios norteamericanos, serían mostradas como el apoyo que
esa nación le da a él, personalmente, tal como ha utilizado a su Embajador
norteamericano, destacado en El Salvador y, se ha valido de grandes
empresarios, para descalificar a la ANEP, ASI, FUSADES y Cámara de Comercio.
Es necesario que todos los ciudadanos que producen y,
cuyo pensamiento es reflexivo, concurran a las urnas y luego se preparen, para
ser oposición al Gobierno, frente a las arbitrariedades que se están
planificando, en beneficio del sostenimiento del Ejecutivo.
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