Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
Las presentes posiciones del Gobierno y de la oposición,
parecen centradas en el actual tema electoral, sin proyecciones a futuro pero que,
forzosamente serán moldeadas por los acontecimientos internacionales, a causa
del descalabro económico interno y, la escasa posibilidad, a corto plazo, de
maniobra del Gobierno, por lo que. en todos los sectores, hay especulación e
incertidumbre.
Los recientes acontecimientos, provocados por nuestra
Embajadora en Washington, son reflejo de las instrucciones, que ha girado la
Cancillería salvadoreña: defender, con miras electorales, la imagen del
Presidente Bukele, aun a costa de falsedad y, utilización de la imagen de funcionarios
extranjeros. Si hubiese sido, “error” de una embajadora política y “novata”,
habría sido retirada inmediatamente, gestionando las disculpas del caso, para
evitar repercusiones mayores.
La visita a Estados Unidos, del Presidente Bukele, proponíase
aprovechar en su campaña, la imagen de funcionarios norteamericanos, pero no
logrando este objetivo, cumplía el de crear una imagen de “víctima del
desprecio norteamericano” el cual, facilitara un acercamiento al rival geopolítico
de Estados Unidos: China y, posiblemente, a los intereses rusos. Estrategia
usada por Fidel Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro y otros dictadores, cuando
son señalados por sus violaciones a los Derechos Humanos y al orden
democrático.
Nayib Bukele, había asegurado a los Estados Unidos que,
en su Gobierno, se debilitarían las relaciones iniciadas con China continental,
para retomar la amistad con Taiwán; hubo también, compromisos en temas migratorios
y de seguridad, los cuales no ha cumplido, por lo cual, se duda de que cumpla
sus compromisos de ahorro y ajuste fiscal, contraídos durante la pandemia, con
organismos económicos supranacionales, no pudiéndose ahora, precisar el futuro económico
del país.
Dichos acuerdos, tienen por fin, la estabilidad del
país, pero no habiendo seguridad de que se cumplan, se genera incertidumbre. La
implementación de estos acuerdos, impedirá la recuperación de la economía, pero
es necesario pagar los despilfarros ya ejecutados por el Gobierno. Si este
triunfa, no los implementará, pues siendo impopulares, buscará otras salidas
que serán más gravosas, responsabilizando a la oposición o a bloqueos externos.
La oposición tiene la esperanza de obtener más de 29
diputados, pudiendo así, evitar el control absoluto de la Asamblea Legislativa.
Sin embargo, con el apoyo de la Fuerza Armada y policía, puede convocarse a
Constituyente, aunque todo sea ilegal, invocando el “poder popular”, anunciado
por sus Troles.
El asegurar bonos a la tropa y, cambios en los mandos
militares y policiales, conforme a la lealtad al Presidente y existiendo ya, un
despliegue de la mayor parte de las fuerzas operativas, crea incertidumbre ¿cómo responderán estas,
ante una proclamación de fraude, como ya lo ha anunciado Bukele?
En lo más alto del sector empresarial, existe
especulación y, se está dando el apoyo económico a Bukele, a cambio de
beneficios mercantiles actuales o a futuro, en menoscabo de las posiciones de
las gremiales empresariales, que exigen un trato justo y equitativo en sus
relaciones con el Gobierno o que éste, no emplee su fuerza contra las empresas
nacionales por los criterios políticos de sus dueños. Esta es la razón de la
desconfianza de los inversores.
En algunas calles puede leerse la palabra “Revolución”:
es un mal presagio; existe una lucha política muy fuerte, que indica que al
final, si no se respeta el Estado de Derecho, la situación puede desembocar en
hechos violentos que darían al Estado, nueva forma: autoritaria; por ello, en
este momento, existe alto grado de especulación e incertidumbre.
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