Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
Para entender algo, de cómo la adopción de la moneda
virtual, afectaría nuestra economía, es conveniente estudiar el documento
intitulado “Monedas Virtuales – Definiciones Claves y Riesgos Potenciales de
LA/FT (Anti Lavado de Activos/ Contra la Financiación del Terrorismo)” publicado
el 2014, considerando que el bienestar económico de la nación, es paralelo, al
sistema bancario y político estable, basado en la transparencia, democracia y
libertad.
El dinero representa nuestra confianza, que está
respaldada físicamente y por ello, la solidez del sistema bancario, dependerá
de la confianza que proyecte y, los activos o respaldos que posea: existe en
las finanzas, clara separación, entre un depósito bancario y una inversión
especulativa y, a esto se debe, que las monedas virtuales sean exclusivas, para
transacciones interbancarias o inversiones especulativas; no tienen utilidad práctica en el diario quehacer
de las personas: sería necesario que
existiese una “convertibilidad” del mundo virtual al real o físico, de lo
contrario, esta moneda, sería tan valiosa como la usada en el juego de
Monopolio.
Y es en este punto, que se presenta la duda: si el
Bitcoin es moneda oficial ¿será la banca privada, la que hará la convertibilidad?
La respuesta es importante, pues si se especula que existen 650 mil millones de
dólares en Bitcoin, la capacidad de convertibilidad rebasa por mucho la
economía salvadoreña o, el 5% de las reservas nacionales, podrían tanto incrementarse,
como desaparecer en un instante. Para tener una idea de la especulación que
existe sobre esta moneda: la web
Coinmarketcap calcula un
total de 7.165 monedas virtuales en el mercado, hasta septiembre 2020. Sin
contar las que ya están en desuso, con pérdida total para sus inversores. La volatilidad
del Bitcoin va del 3% al 35%.
Si tomamos como
referencia la tesis “Las
criptomonedas como una alternativa de medio de pago en los mercados
internacionales para países sin divisa propia: Caso El Salvador 2017-2019” para
optar al título de Licenciatura en Relaciones Internacionales, en la
Universidad de El Salvador, dice: un sistema de pagos a base de moneda virtual,
se aplica únicamente a sistemas de transacciones internacionales, con más
riesgos y desventajas y, sin utilidad práctica, para la persona común. No
creando estabilidad mayor a la del sistema actual, a no ser, que tuviésemos una
moneda más estable que el dólar estadounidense. Pero como el Bitcoin es moneda
especulativa, su variabilidad volvería inestable nuestra economía.
Convirtiendo el 5% de nuestras reservas, a moneda virtual,
si hubiese ganancias, serían del Estado, y si se perdiese, las perdidas también
caerían sobre el Estado. Se permitiría lavado de dinero, evitando todo control
de la Corte de Cuentas de la República, porque estaría sostenida únicamente,
por un sistema tecnológico que si falla o es vulnerado, el dinero desaparece.
Por esta razón, muchos países se han opuesto a su uso, aunque algunos han
considerado regularlo, en defensa del consumidor. Aún monedas virtuales
centralizadas, como E-Gold, Liberty Reserve dollars/Euros y muchas otras, ya
están en desuso, por la pérdida de confianza y sus tenedores últimos, no
pudieron recuperar su inversión.
La dolarización nos ha traído estabilidad y facilidad
para los negocios, con un índice de inflación mínimo, sin embargo, las acciones
políticas del presente Gobierno, con sus actos de corrupción y endeudamiento
sin límites, ponen en riesgo, nuestra estabilidad económica, a la que debe de
sumársele, la inestabilidad de precios en el extranjero.
Sólo una oposición fundada en el rechazo de estas
medidas, y en la convicción de que el sistema político sustentado por la
democracia y las normas de Buen Gobierno, pueden evitar una crisis, que está a
las puertas.
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