Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
San Salvador, 10 de
mayo de 2013.
Aunque recientemente,
algunos analistas aseguran que existe en El Salvador, un radicalismo político,
y que conviene una opción más democrática, dado su forma de expresarlo parece que
su intención, es más bien, la de proponer que se cree una realidad imposible de
existir; realidad que sólo ayude a quien haga propuestas populistas, sean éstas
ya de Derecha o ya de Izquierda, de conformidad al opositor del momento y sobre
todo, sugieren el cambio ideológico y de autoridades del partido de oposición.
No existe el
radicalismo porque todas las opciones políticas se dan o se están dando dentro
del sistema establecido y, a éste, no parece cambiarlo por ahora ningún actor
político. Lo que sí existe, es un comercio político, activo y eficiente, con el
cual, se compran voluntades y la mercancía a tasar no sólo es la lealtad del
funcionario mercado, sino la de sus supuestos seguidores, y este comercio es
mucho mas grave que el radicalismo político.
Los altos dirigentes
del FMLN, aspiran siempre a cambiar el sistema, pero mientras que su partido
subsista y ellos ostenten el poder, continuarán dentro del sistema vigente hasta
que se les ofrezcan las condiciones adecuadas para realizar las
transformaciones a que aspiran para ejercer el poder total, sino hubiese otra
fuerza capaz de contenerlos. Podemos pues afirmar que, por ahora no hay por
parte del FMLN, un radicalismo político.
Por otro lado, se presenta una lucha intestina y fratricida entre GANA y
ARENA, en la que Concertación Nacional y
Democracia Cristiana sólo son meros
espectadores, dentro del barco de UNIDAD. Los problemas internos de
Concertación, por tal alianza, son fuertes,
pero sin salir a la luz pública, lo cual les hace irrelevantes, ante la
vida nacional. Por otra parte, las estructuras
partidarias de dicho partido, son mínimas, pero sólidas en derredor de su
dirigencia, lo cual permite anticipar
que, se mantendrán en definitiva, dentro de los compromisos con Tony Saca, de
su alta dirigencia.
La lucha de Saca por
hacer que Diputados, Alcaldes y Concejales se ARENA se declaren independientes
o formen parte formal de UNIDAD, debilita la imagen de ARENA, produciendo dos
efectos: el uno, externo y, el otro interno. Por una parte, aparece ARENA ante
la opinión pública, como un partido cuya dirigencia no ejerce control sobre el
partido, lo cual lo vuelve, el menos
idóneo para construir alianzas políticas o ser objeto de financiamiento. Esta
situación empeora debido a su nueva estructura política: COENA-COMISIÓN
POLÍTICA, ya que el espíritu democrático,
bajo el cual se diseño esta estructura de mando, hoy da la idea de una
dirigencia informe y sin poder efectivo sobre los funcionarios y estructuras de
su partido, a diferencia de la imagen del poder centralizado que Tony Saca
refleja.
La realidad es que, las
estructuras de ARENA, siguen sólidas a sus mandos Departamentales y
Municipales, pues toda disposición debe de pasar por ellos y. los Directores
Departamentales – Diputados (que fue
considerado un error en la conducción del partido, por la centralización del poder que eso
implica), hoy se convierten en su
cohesión partidaria y, por lo tanto, de
su fiabilidad política. El lado peligroso de esta situación, es que todo
depende de hacia donde consideren los Directores Departamentales que debe ir el
partido, en una situación en la cual se
presentan muchas opciones a escoger; si no hubiese una visión común en tal sentido, podríase dar una verdadera fractura
partidaria.
Está demostrada con
gran claridad la capacidad de Saca para “inducir” o “comprar voluntades”; sin
embargo, un Diputado, Alcalde o Concejal, no implica que con su tránsfuga, migraran
todas sus estructuras partidarias hacia
el nuevo rumbo político escogido. ARENA ha perdido la capacidad de cohesionar a
los representantes de la voluntad popular, cobijados originalmente bajo su
bandera. Es aquí que surge un verdadero
peligro para la DERECHA, pues es la tránsfuga partidaria alienta en la sociedad civil, a ver en la clase política, una suerte de
comerciantes de la peor ralea, que venden sus ideales al mejor postor, y lo que
venden en realidad, el destino del país que ha sido puesto en sus manos por sus
electores, y que en definitiva, puede
redundar en un masivo abstencionismo, al
ver el ciudadano su intención frustrada y mercada por buen dinero.
Hay una clara diferencia de entre los efectos en la opinión pública sobre el
funcionario tránsfuga y los del militante que cambia de preferencia política,
pues el funcionario, ha adquirido un compromiso con la población: representa la
bandera de su partido por el cual ha dado
su voto. La ficción jurídica en la cual una vez electo el funcionario, no pesa sobre éste, mandato imperativo y
representa a la sociedad en su totalidad, carece de sentido ante la realidad y
pensar del pueblo, el que los ver como
traidores a su causa. La cobertura de
los medios es mayor para un funcionario tránsfuga, que para un militante. Si un
militante ha sido honesto con su forma de pensar y pone su renuncia a su
partido, no hay nada que reprocharle, pues no posee el compromiso público, lo
cual le habilita a regresar a su antiguo partido si cambia nuevamente de
idea, como lo han hecho varios de los
dirigentes actuales areneros, pero no sucede lo mismo con los funcionarios
tránsfugas.
De continuar esta lucha
entre GANA y ARENA, se corre el riesgo de una baja en la votación, no sólo del voto
indeciso favorable a la derecha, sino del voto duro de ARENA. La convicción de
UNIDAD y de ARENA, que no pueden ganar solos en la primera vuelta presidencial
del 2014, debe ser el mayor indicador del peligro que corren, pues de continuar
esta controversia, sólo se beneficiará al FMLN.
Actualmente, el principal
contrincante de ARENA es Tony Saca y, el objetivo principal de Saca es el
control de ARENA. Sin importar quien
gane, se está perdiendo de vista, el principal enemigo de la Democracia y de la
vida en libertad, el FMLN, el que, sin mayor esfuerzo podría ganar las
elecciones, gracias a la división de la derecha. En tal caso, tendrían que
pasar muchos años, para que la derecha pudiera al fin unirse, bajo la desesperación
de la opresión socialista y de la radicalización que impondrá el FMLN, ante un
control total del poder, legitimado por las elecciones. Entonces sí
habría radicalismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario