Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 11 de diciembre de 2014.
Muy difícil es de
probar la corrupción, por su forma y
bajo parámetros judiciales; sin embargo, fácilmente es detectable y con
la suficiente robustez moral, cuando existen situaciones que no son normales, sobre
todo, de evidente encubrimiento como lo ha demuestrado la conducta de Sigfrido
Reyes.
Estudiemos su caso: envió
Reyes, extensa y autenticada carta, de nueve páginas, a La Prensa Gráfica, exigiéndole
la publicación integra de la misma, en concepto de respuesta a los
señalamientos que, a su persona, hiciera dicho medio de información, (la carta puede
ser consultada electrónicamente en: //scribd.com/doc/249585330). Pues bien,
esta carta, luego de leerla, deja más dudas sobre su participación en los
hechos ya imputados, por la prensa y la opinión pública, por dos razones: La
primera, por la insistencia en los aspectos formales de la operación, por sobre
su participación en dicha empresa y su papel como funcionario público, pues no
basta, en tal sentido, una afirmar que no ha existido prevalencia del cargo y
lo segundo, es por la pronta movilización del FMLN, para acallar toda voz
contraria a las acciones de Sigfrido Reyes
En un programa de
opinión, presentado en horas de la noche, uno de los panelistas hizo una
interesante reflexión: ¿Por qué la Asamblea Legislativa compró al IPSFA un
inmueble, con sobre pecio, y luego, el IPSFA vende con un descuento substancial, un inmueble a
personas naturales (por medio de su empresa) que de alguna manera,
intervinieron en la primera venta del
IPSFA?, advirtiéndose la posibilidad de un negocio relacionado. Y a lo cual sigue: compra en efectivo, cuando
hay una recesión económica. Todos estos indicios son más que suficientes para
el inicio de una investigación, que se está evitando, por las mismas acciones
de quienes están obligados a ejercer contraloría.
La negativa del
Gobierno a investigar a Reyes y sus negocios privados, que con el paso de los días
se hacen más extensos; sólo aumenta la especulación en la mente del ciudadano común
y más aún, cuando el país, está insistiendo en la necesidad de combatir la
corrupción, a no ser que se entienda como
corrupción sólo la de quienes no gozan del favor gubernamental.
El deterioro de las
finanzas venezolanas, creará de alguna manera, cierta presión sobre la cúpula
del FMLN, cuyos miembros se han favorecido partidaria y personalmente de los
dineros del ALBA, pero agotado dicho recurso, las inversiones creadas en el
país, tienen que dar sus frutos económicos, necesarios para mantener la
maquinaria del partido y el tren de vida de sus dirigentes. Esto obliga ya en
la actualidad, al ejercicio del poder político, como un medio de favoritismo
directo, que es la base de la corrupción. Por ahora, sólo se ha relacionado a
Reyes con terrenos, pero ya aparece su asesor, con ventas de petróleo, lo que
nos permite preguntar ¿qué otros negocios hay en manos de éstos y de otros
dirigentes del FMLN?
Muy largamente ha sido
denunciada esta situación, por quienes han combatido a la izquierda, y lo han hecho tanto y de tal manera, que
dicha crítica ya no produce efecto
alguno en la comunidad, que lo da por cierto e inevitable, pero ¿qué piensa el
militante de Izquierda que se siente hoy, traicionado por el FMLN? El FMLN encuentra su organización y popularidad partidaria,
en una etapa de gran fragilidad (no digo la Izquierda), pues las campañas de
abstención y voto nulo que están realizando sus mismos opositores de Izquierda,
pueden hacer que la balanza se incline efectivamente, en contra del FMLN, como
muestra de repudio hacia su dirigencia. En estas acciones, la Derecha no tiene
nada que ver; es resultado del desencanto de la Izquierda por la Izquierda
Oligarca: un legítimo sentimiento de frustración pues, tras años en la montaña
y en acciones clandestinas, pues es inadmisible que hayan tenido en mente una
lucha, para el fomento de la corrupción de su dirigencia.
La opinión pública
puede imponerse de estos casos de corrupción, gracias a que existe todavía una prensa
independiente del Gobierno, pues si no fuese por ésta, se contaría sólo con las redes sociales, por
lo que seguramente, serán éstas el siguiente objetivo de control gubernamental.
Evitar este control debe ser acción ciudadana, así como la denuncia pública de
la corrupción.
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