Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 30 de
diciembre de 2014.
El reciente cambio en cuanto
a las relaciones diplomáticas de los Estados Unidos y Cuba, no implica
modificación en sus políticas geoestratégicas: es más, Estados Unidos, por
ahora, tiene sus intereses fuera de Latinoamérica. El mantener el embargo a
Cuba, representabale un costo mayor, a los beneficios obtenidos por el mismo.
En cuanto a Cuba, sólo dará una apertura aparente y temporaria, conforme a sus intereses, pues es siempre pieza clave para
los intereses Rusos en Latinoamérica.
La inevitable quiebra
venezolana, la recesión Rusa y el decaimiento de la economía Iraní, sugerían que
la apertura Cubana, sería en consecuencia, mayor hacia los Estados Unidos y la
democracia, con el propósito de salvar su economía y, darle un poco de
bienestar al pueblo cubano; sin embargo, dadas las recientes declaraciones de
Raúl Castro, en las cuales afirmo que espera respeto para la revolución cubana
y el anuncio de Anatoli Antonóv, Vice Ministro de Defensa de Rusia, en una
conferencia de prensa (Rossiya Segodnya), el 24/12/2014 dijo: "Estamos
interesados en que nuestros buques puedan entrar en puertos latinoamericanos y
utilizar sus aeródromos, estamos trabajando en ellos con nuestros socios"
(esto refiriéndose a Cuba, Nicaragua y Venezuela), hacen pensar que los
intereses geopolíticos, son los mismos de la Guerra Fría y que, la apertura cubana será sólo momentánea y limitada,
tal como la que se dio anteriormente, con la llegada del Papa Juan Pablo II a
Cuba, en enero de 1998.
Los intereses
norteamericanos en Centroamérica, están claros: son cuestión de política y
seguridad interna; detener la migración hacia los Estados Unidos, por lo cual,
debería de esperarse una buena relación de los Estados Unidos con los Gobiernos
centroamericanos, aunque éstos presenten en el área, una posición favorable a
los intereses venezolanos y cubanos. Por lo que hoy, en este juego geopolítico,
la oposición política latinoamericana
(generalmente pro Estados Unidos) ha perdido relevancia, a diferencia de lo que
fue, en la Guerra Fría.
El desdén de los
Estados Unidos para con Centroamérica y el resto de Latinoamérica, puede
deberse a la fragilidad de sus economías
y a la dependencia de las remesas, que provienen de sus emigrantes en los
Estados Unidos y, a las balanzas comerciales, siempre favorables para las
importaciones norteamericanas, además que, de cualquier modo, por su posición
geográfica, siempre será más competitiva, una exportación hacia los Estados
Unidos que hacia Europa, Rusia o China. Independientemente de estos factores
económicos, se encuentra la facilidad con que el político latinoamericano
acepta cambiar gustoso su posición política, siempre que pueda conseguir un favor personal. Por lo cual, Latinoamérica
siempre es y será vulnerable, ante cualquier
presión norteamericana, aún sin que este apoyo no se sienta en los sectores políticos
pro – norteamericanos.
También se pensó que la
crisis económica Rusa, obligaría a esta nación, a abandonar o, al menos
posponer, sus planes en los Balcanes, armonizando sus intereses con los de la
Unión Europea, o que ésta, sería más tolerante para con Rusia. Las condiciones económicas
de Rusia, son no obstante, mucho mejores que las que tenía en 1998 y así hoy,
podrá soportar mejor esta crisis económica, sin abandonar sus pretensiones
expansionistas, volviéndose más agresiva, como suponen algunos analistas. En
este escenario es en el que entran Cuba, Nicaragua y Venezuela, ya sea como
piezas de negociación frente a su pretensión en los Balcanes o, como cabezas de
playa en Latinoamérica, con un acuerdo posible con China.
Rusia ha enfocado su trabajo diplomático en América Latina, explotando
los instrumentos regionales de la CELAC y UNASUR y usando estas instituciones
como medio para penetrar el “patio trasero” de los Estados Unidos. Los países
que visitó el canciller ruso, Serguéi Lavrov, fueron Nicaragua, Cuba, Chile y
Perú. Con la visita a Nicaragua y Cuba, reconoció la estructura regional del
ALBA-TCP, contraria a los intereses y visión de Estados Unidos, mientras que,
contrariamente, su visita a Chile y Perú, países que pertenecen a la Alianza
del Pacífico (propulsora a favor de los Tratados de Libre Comercio TLC), son
considerados como dos países clave para el proyecto del ALCA. La visita del Canciller
Ruso, dejó fuera de su agenda a Brasil y Argentina pues, aunque son países en
el área preponderantes, sus intereses van mucho más allá de los comerciales y se concentran, en la geoestratégia, contra
los Estados Unidos.
Alexei Sazonov,
portavoz de la cancillería Rusa dijo, "Regresamos a América Latina y
regresamos para siempre", esto en concordancia con el pensamiento
del Presidente de la Federación Rusa, Dimitri Medvédev. Frase publicada en el Comité Independencia y
Soberanía para América Latina (CISPAL),
el día 15/3/2012.
Refiriéndose a la
política norteamericana en Latinoamérica, Alejo Vargas Velásquez, Profesor de
la Universidad Nacional de Colombia, Director del Grupo de Investigación en
Seguridad y Defensa, en su edición 113, se encuentra el artículo intitulado “Latinoamérica:
cambia el escenario de seguridad regional”, y dice: “En la posguerra, con los cambios políticos
globales el panorama cambia sustancialmente. Basados en el “descuido” de
Estados Unidos sobre la misma, entran a jugar otros actores globales como
Rusia, con importantes acuerdos militares con Venezuela, Brasil y otros países,
y renovando los lazos de la antigua URSS con Cuba; China, con un “poder blando”
de tipo económico y grandes inversiones en este sentido –también con convenios
militares–, e Irán con pactos de diferente naturaleza con Venezuela y otros
países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
Así mismo, la Unión Europea con acuerdos militares de varios de sus países
–especialmente el de Brasil con Francia–. Es decir, Latinoamérica pasó de la
unipolaridad a un escenario más multipolar y debe asumirse como tal”.
Las acciones del
Presidente Obama, hacia Cuba, le dejarán con la mano extendida, pues no habrá en
Cuba, ninguna apertura democrática real, pues no se puede aún vislumbrar con claridad, el
costo interno que tendrán que pagar los Demócratas, por las acciones de Obama,
tanto en el tema de Cuba, como en el migratorio; pues lo que sí está claro, es
que de no modificarse la política de los Estados Unidos hacia Latinoamérica, se
mostrará ésta en un futuro no muy lejano, en claro antagonista de los intereses
norteamericanos y posiblemente, europeos, al impulso de la nueva realidad que los mismos Estados
Unidos mismos han creado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario