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lunes, 21 de septiembre de 2015

LA CRISIS INSTITUCIONAL PARTIDARIA


Por     
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 21 de septiembre  de 2015.

La reciente renuncia al COENA, del Diputado (Parlacen) Gerardo Suvillaga, mediante carta comentada en las redes sociales y  la divulgación de la Resolución del Tribunal de Ética de ARENA, por parte del Sector Femenino nacional, permiten apreciar claramente, la crisis interna en ARENA, en derredor de sus futuras autoridades y del mismo modo, puede saberse del malestar interno del FMLN, debido a las nuevas medidas impositivas, propuestas por el Ejecutivo, según puede saberse por el Twitter del economista Salvador Arias Peñate, cerebro económico e ideológico de su partido y así, como por la disputa pública entre Oscar Ortiz y Nayib Bukele, siempre por las políticas impositivas del actual Gobierno.

La resolución del Tribunal de Ética de ARENA, establece que debe haber una separación entre cargos partidarios y cargos públicos; resolución basada en consultas a los diferentes Sectores de ARENA y a sus Fundadores, para poder contestar a un requerimiento hecho por el mismo COENA y por la Comisión Política. La prohibición partidaria, a los dobles cargos, evitaría el caciquismo o la argolla política, sea ésta nacional, departamental o municipal, mediante la cual, el funcionario público, utiliza su cargo para consolidar su poder partidario y, desde el partido, asegurar su futura candidatura y elección pública.

La prohibición a la duplicidad de cargos, es una tendencia moderna tendiente, no sólo a la democratización partidaria, sino también a ampliar su estructura de base y evitar el transfuguismo o la presión de los funcionarios, hacia su dirigencia partidaria, a fin de obtener beneficios personales. Aunque estos razonamientos no están incluidos en la Resolución antes mencionada, claramente se desprenden de las discusiones que en tal sentido  se han llevado a cabo, en otros partidos políticos  latinoamericanos, los que al analizar sus problemas internos, concluyeron que el cacicazgo local, puede imponerse sobre las decisiones nacionales de partido, afectando la línea ideológica del mismo.

Algunos afirman que el doble cargo, asegura el  trabajo y la existencia partidaria en  los municipios, pues los funcionarios públicos en cargos de dirigencia partidaria, son los que invierten sus ganancias de funcionarios,  en el sostenimiento y campaña del partido, por lo que, si se les desvinculase de la dirigencia, dejarían de apoyar al partido y éste desaparecería. Esta argumentación es falsa, pues siempre habría militantes que deseasen la dirección local, aspirando a un cargo público y señalando los errores de los funcionarios de su partido para que éstos, no puedan ser reelectos, si hubiesen realizado un mal gobierno. Por otra parte, el funcionario ya no podría si no se le dan los beneficios que pide, amenazar con pasarse a otro partido, llevándose su estructura. Y además esta forma de pensar, fomenta la corrupción partidaria, pues el funcionario se vuelve un empresario de la política y por sobre todo, impide la evolución partidaria.

Tanto el partido gobernante como la oposición, deben de ser partidos internamente fuertes, pues de ello depende su contrapeso para crear una estabilidad nacional que garantice los cambios que se necesitan, pero que éstos no sean tan bruscos e ideológicos que generen inestabilidad.

El FMLN, aunque partido gobernante, es también  muy inestable, pues las necesidades gubernamentales son tantas (aumentadas exponencialmente por la corrupción y el despilfarro) que obliga a promover medidas que son, no sólo impopulares, sino lesivas a la estabilidad económica nacional y de gran repercusión, en las futuras elecciones.

El FMLN, no sólo lucha por mantener su cohesión interna, haciendo un llamamiento a sus bases para enfrentarlos contra sus opositores, sino además, tiene que mantener alejados a sus antiguos aliados de Izquierda,  llevar un difícil equilibrio entre su lealtad venezolana y la necesidad de apoyo internacional. Su inestabilidad, al igual que la de ARENA, no abona a la solución del problema de las pandillas, el narcotráfico y la crisis económica, que son los factores desestabilizadores del país,  que generan una única solución para el ciudadano común: la emigración hacia los Estados Unidos.


El otro peligro que trae la desestabilización partidaria, es que puede dar pie al aparecimiento de líderes populistas, quienes apoyados por los sectores descontentos dentro de los partidos  políticos, apoyen el orden basado en la fuerza y, en soluciones ilusorias, como sucedió en Venezuela, con Hugo Chávez o en el Perú, con Alberto Fujimori.

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