Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 11 de
octubre del 2015.
Disciplina militar es
la disposición mental y estado tal de adiestramiento, que se resuelven en la
obediencia y adecuada, uniforme conducta, cualesquiera sean las circunstancias.
En rigor, puede conceptualizarse así: es la fortaleza de las Fuerzas Armadas
que estriba en la disciplina rigurosa y, en la inflexible obediencia a sus
oficiales. A la luz de este concepto puede apreciarse, por las noticias de los
medios de comunicación, que la disciplina dentro de la Fuerza Armada Salvadoreña,
ha decaído, hasta el grado de expresar públicamente su descontento y de realizar
actos de desobediencia.
El Código de Justicia
Militar nuestro, no es tan preciso como El Reglamento de Disciplina para las Fuerzas
Armadas de Chile, y es la razón por la cual cito su artículo primero: “El ejercicio de la
profesión militar deriva de la necesidad que tiene el país de salvaguardar su
vida institucional de toda amenaza interior o exterior y reside principalmente,
en los sentimientos del honor y del deber de todos los que la profesan,
sentimientos que desarrollados en forma consciente deben impulsar a todo
militar de cualquier grado y jerarquía, hacia el estricto cumplimiento de todas
sus obligaciones”. En su artículo segundo dice: “Todo militar debe manifestarse
siempre conforme con el sueldo que recibe y el empleo que ejerce”.
En virtud de estos
principios disciplinarios, se desarrolla la vida militar en toda Fuerza Armada;
sin embargo, la politización de la veteranía militar, por parte de los partidos
políticos y, el mando, mal ejercido por las jefaturas actuales, ha contribuido
a debilitar la disciplina, en el servicio activo. Pero el despliegue de fuerzas
militares en “Servicio de Alerta” o en “Servicio de Emergencia”, ya sea en
Misiones específicas o en apoyo a la Policía Nacional Civil, necesita la máxima
disciplina, más, por el papel
indeterminado, dentro de la Seguridad Pública, es causa del deterioro de la
disciplina y la moral militar.
Por las condiciones de
servicio diferentes a la PNC (sueldo, roles de servicio etc.), el soldado ha
visto que su condición es inferior a la
del policía y, aún más, con sueldos y prestaciones inferiores, lo cual ha
deteriorado la moral y disciplina militar, lo cual se quiere corregir
reformando la Ley de la Carrera Militar y su reglamento, en el cual se suman seis años más de servicio, creándose el
rango de General de Ejército, el cual está, por sobre los actuales de General
de Brigada y de División; creándose en los grados de tropa, el de Dragoneante
(grado entre soldado y cabo, para el que esté en su segundo año de servicio).
Estas reformas, bajan también la moral de la tropa y, aún más, si advierten el
deterioro en los servicios que presta el IPSFA y el Hospital Militar.
La Fuerza Armada Salvadoreña,
es la única entidad, que tiene a su cargo el armamento colectivo del país: artillería,
aviones, equipo motorizado y buques guardacostas. Su presencia, en los Recintos
Militares, expresa una posición de balance de poder militar frente a las demás
Fuerzas Armadas del área, las que, muy
por el contrario a la nuestra; buscan mejorar el adiestramiento y repotenciar
su maquinaria bélica. Un deterioro de nuestras Fuerzas Armadas, ya sea por su
mal uso, descuido o negligencia, crea un desbalance, en favor de nuestros
vecinos.
La oficialidad y la
tropa perciben que hay de parte de las jefaturas militares, gran interés en ostentar
rangos que no corresponde con la dimensión de la estructura militar
salvadoreña, pero sí les permiten presumir de nuevos galones y uniformes de
gala más vistosos, y además de comprobar el aumento de sus prestaciones
laborales. La restauración de la moral y disciplina militar, en estos tiempos
de inseguridad es fundamental y no sólo se logrará con ofrecer mayores
prestaciones laborales a la tropa, sino con mandos competentes, que logren satisfacer las necesidades
nacionales, en esta época de crisis.
La disciplina militar
es condición sine qua non, de la Fuerza Armada y la Fuerza Armada es condición
sine qua non de la máxima expresión de la soberanía nacional.
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