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martes, 29 de marzo de 2016

EL ISLAM EN EL CORAZÓN DE EUROPA


Por    
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 29 de marzo  2016.

Muy difícil es comprender,  en toda su grave dimensión, el problema musulmán en Europa, pues lo dificultan, no sólo las posiciones diplomáticas sino también, los intereses de algunas fuerzas políticas europeas. La dificultad estriba, en que las naciones europeas se ven obligadas a mantener con el mundo árabe, una relación diplomática cordial, para preservar sus intereses nacionales actuales y también, los de algunos partidos políticos socialistas, a los que parece que, la defensa de los intereses musulmanes es un proceder ofensivo al sistema democrático y parte de su lucha contra el sistema. No obstante, su sentimentalismo humanista – herencia cristiano romana –  del ciudadano común, le mueve a compadecerse de los individuos cuyas calamidades, les ha obligado a llamar a las puertas europeas: es la solidaridad humana en función; pero es el caso, que los recién llegado, no se integran al sistema de la sociedad europea: pretenden por el contario, cambiar por la de ellos la cultura nacional, y  con tal propósito, emplean tres medios: 1) sentimentalismo; 2) mecanismos legales para el cambio social y; 3) la fuerza y el terrorismo.

Para ilustrar dichas posiciones, tomaré como ejemplo, el cuaderno N° 48 de la Escuela Diplomática, del Ministerio de Asuntos  Exteriores y Cooperación del Reino de España, titulado  “El Islam y los musulmanes hoy. Dimensión internacional y relaciones con España”, redactado por Olivia Orozco de la Torre y Gabriel Alonso García (eds.), editado el 2013 por la Escuela Diplomática y Casa Árabe,  y además las posiciones políticas de “Podemos”, sobre todo, en Cataluña. Aunque me circunscribo exclusivamente, a España,  y puede observarse igual fenómeno, en cada uno de los países que conforman la Unión Europea.

El Islam se presenta, como  cultura que beneficia el desarrollo humano y que, en razón de tal beneficio, debe ser reconocido y aceptado, dentro de una interacción cultural  globalizada; haciéndose  hincapié, en la necesidad de borrar del Islam, todo pasado estigma. Esta posición, muy favorable a las relaciones diplomáticas y comerciales actuales, no es congruente con la realidad que se vive en muchos países árabes.

Para comprenderlo, citaré como ejemplo, la expulsión de cristianos en Marruecos (que es país progresista y tolerante dentro del mundo árabe): del salvadoreño, Maestro Gilberto Orellana hijo, que en El Salvador había sido Director de la Orquesta Sinfónica Nacional, se desempeñaba en Tetuán, como profesor de música, fue expulsado el 2006 junto con otros 500 extranjeros, porque, abusando de la libertad religiosa, evangelizaba. Se realizó tal expulsión, sin darse el debido proceso legal, considerándose, no obstante, una “magnanimidad”, pues el Art. 220 del Código Penal marroquí, señala una pena de entre seis meses a tres años de cárcel, por expresar libremente una confesionalidad, diferente a la del Islam. El Maestro Orellana se benefició de la intervención de la Cancillería española,  pues, siendo su condición  muy complicada, se le había amenazado, con aplicársele la pena de muerte por decapitación.

Es congruente la posición española, con la de toda la Unión Europea: fomenta la consolidación cultural Islámica, dentro de la Unión y,  permite que los líderes islamitas como el imán británico Anjem Choudary,  se expresen considerando como  “una ofensa” y “un menosprecio” a la religión del Profeta, dice: las procesiones de Semana Santa en España; - utiliza como argumento, la misma ley vigente en España-: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones” Constitución Española, Art. 16.3. Los musulmanes además de estar conscientes de su fuerza numérica en Europa y del peso político del número, poseen una entelequia en base de la fe, que arraiga, en suelo europeo, un nuevo nacionalismo, el cual tendría  una dimensión espacial, más amplia que la de los nacionalismos ya existentes, pues abarcaría en uno sólo, toda Europa.

Mientras esto sucede en Europa, el Gran Muftí de Arabia Saudita, jeque Abdul Aziz bin Abdullah, máxima autoridad religiosa de dicho país, exigió en marzo de 2015, a los musulmanes, que destruyan las iglesias, apelando a la orden que Mahoma  dio a sus seguidores: “Yo expulsaré los judíos y cristianos de la península de Arabia y no dejara a nadie que no sea musulmán.”( Hadiz Muslim 19.4366). Esta orden, aplicable para el medio oriente,  la hacen suya los musulmanes en Europa,  aplicándola a su ámbito de acción, debido a la no integración con la cultura europea. Podrán afirmar algunos, que no todos los Muftí tienen la misma visión,  pues el Gran Muftí de Siria, Ahmad Badreddin Hassou, el 2013, pidió orar, junto al Papa Francisco, por la paz en Siria. Esto no significo un interaccionismo o tolerancia, sino el fin común, de evitar un mayor derramamiento de sangre entre musulmanes el cual  generaba el exterminio en dicho país, de las diferentes confesionalidades cristianas.

De hecho, los gobiernos clasifican en dos a los musulmanes: los pacíficos y los terroristas, preocupándose únicamente, por los segundos, que son el fruto de una conciencia anti occidental. En cuanto a los primeros, se les ha dado coexistencia pacífica, pero bajo el entendido de su sometimiento al poder político de la nación. Situación que, históricamente puede ser apreciada en tres épocas: luego de la toma  de Granada en 1492, de la Paz de Karlowitz en 1699  y de la Paz de Pazarowitz en 1718. Estos tres sucesos dieron fin a una lucha geopolítica entre poderes de los Estados cristianos con el árabe y el turco. La cultura Islámica, sin la estructura de un poder o de un Estado,  puede coexistir pacíficamente,  pero en la actualidad, ha surgido una vez más, una forma política islámica, cuyo  objetivo geopolítico, es el territorio europeo. Por tal peligro, la coexistencia pacífica con el Islam, ya no es posible.

Ya hace varios años, Jean-Marie Le Pen, ex – Presidente del Frente Nacional (derecha francesa) advirtió que, al no integrarse a los valores tradicionales franceses de libertad, la comunidad musulmana tendrá la capacidad política, de suprimir dichos valores, en virtud de la misma ley, pues tendrán con dicha capacidad, el número suficiente de votantes. Notorio es que la capacidad política musulmana, sobrepasa las fronteras y se sobrepone a las políticas de cada uno de los países que conforman la Unión.

Los movimientos internacionalistas como “Podemos”, apoyarán el radicalismo por considerarlo un medio legítimo de lucha, además de pretender sumar a su causa, un sin número de personas, sobre todo aquellas, cuya meta presente es el separatismo, además de las que apoyan cualquier movimiento que esté  en contra de  las estructuras tradicionales.

Sin embargo, el apoyo que “Podemos” da hoy al Islam y los ataques hacia el catolicismo en España, se revertirán, con el tiempo, en su contra; pues, el debilitamiento del catolicismo, lesiona parte de la cultura occidental y, a la larga, entrarán en conflicto con el mismo Islam,  debido a  la concepción que este  tiene de la sociedad: considera que las prácticas sociales sostenidas por “Podemos” y el socialismo, son una aberración contra el Islam y así, serán ellos los primeros en ser sometidos a la Sharia (ley Islámica). Lo que aún no está claro, es si este fenómeno tendrá inicio en tierras españolas o en los países del Norte de Europa, por la presión generada por los partidos socialistas, cuya posición política, estimula el surgimiento de grupos neo nacionalistas, que destruirán también, los principios en los que está fundada la Unión Europea, debilitando aún más su posible defensa contra el Islam.


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