Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
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San Salvador, 26 de
mayo de 2016.
El Gobierno ha
anunciado, en los últimos meses, que está preparándose para evitar un golpe de
Estado y, lanza una alerta a sus bases: es propaganda, para justificar la
crisis económica y social que se presentará a final de este año. Nuestro
Gobierno, sólo replica así, lo que han hecho otros países del socialismo del
siglo XXI, cuando colapsan sus economías o se descubre la corrupción
generalizada.
En conferencia de
prensa, FUSADES, el día 25/5/2016, dijo que el desbalance económico, en las
finanzas públicas: poco más de $1700 millones, pudiese llegar a iliquidez en el
tercer trimestre de este año. Pudiese entonces, pasar dos cosas: a) El salvador
se declara en iliquidez con sus acreedores internacionales, b) dejándose de
pagar salarios y pensiones. Desde el 2013, viene FUSADES advirtiendo la
necesidad de un ordenamiento en las finanzas del Estado, para evitar dicha
situación, pero los economistas del Gobierno, recomendaron siempre, un mayor
gasto público, para dinamizar la economía y, lo que ha sido un error, pues la
inversión pública, se ha diluido en clientelismo político. Desde el 2014 nos
endeudamos en $ 2.1 millones diarios, en LETES y aprobamos los presupuestos, en
base a un crecimiento irreal de la economía.
Esta situación de
crisis, creada por la mala administración del Gobierno, es condición ideal para
la desdolarización, justificándola “por los intentos de la Derecha para apoderarse de la
economía”. Culpar al contrario de los errores propios, es típico de los países
del Socialismo del Siglo XXI.
Es imposible en El
Salvador, un golpe de Estado: no existen condiciones internacionales e internas
para que prospere tal movimiento. El
pensamiento del militar en servicio, es ser obediente al Alto Mando y al
Ministro de Defensa; si está descontento, solicita su baja, luego de prever
responsabilidades por las órdenes confusas y ambiguas recibidas durante la
tregua o ya no ve, posibilidad de avanzar en su carrera, por la ideologización
que hoy preténdese establecer dentro de
la FFAA.
Un golpe de Estado, paralizaría
el país y ningún empresario desea que sus empresas sean perjudicadas. Afirmar
que la derogatoria de la Ley de Amnistía, provocaría un golpe de Estado, es
falso, pues la corriente mayoritaria, entre los Magistrados de la Sala de lo
Constitucional y Corte, es que sólo
desde el Estado puede cometerse Delitos
de Lesa Humanidad, lo que excluye a la
guerrilla de toda responsabilidad en su actuación, pero abre la persecución para los antiguos militares,
hoy en retiro y, prueba de ello, es la apertura de la causa fenecida del
Mozote, a instancia de la Corte.
El FMLN es el único
favorecido con esta amenaza, pues
permítele crear cohesión entre sus estructuras y tener presencia, en los medios de
comunicación respondiendo, ante
cualquier señalamiento, con un “¡¡ golpe de Estado!!”. Pura propaganda ante un
desastre inminente.
La situación en la que nos
encontramos hoy, es muy similar a la de la Argentina, durante el Gobierno de
los Kirchner: desconocimiento de la
deuda externa, reducción de pensiones, impago de salarios, sobre contratación
estatal, un alto grado de corrupción Estatal y buen manejo de medios, descargando responsabilidades en los
opositores y, sobre todo, en “las pretensiones del capitalismo y el imperio
yanqui”. Lo que se mantiene hasta que sus propios correligionarios, pasan
hambre y sus dirigentes rebosan en la abundancia.
Para el presente
Gobierno, los golpistas son los medios
de comunicación que dan a conocer el desastre que se avecina, las entidades
gremiales que la señalan y, toda persona persona cuya opinión, sea contraria al
Gobierno y señalando su estrategia de encubrimiento político.
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